En el MWC, Panasonic ha dado a conocer el primer producto en utilizar la red móvil virtual, será la cámara de videovigilancia Nubo que no precisa conexión WiFi.

 

Panasonic ha aprovechado su asistencia al Mobile World Congress, que se está celebrando en Barcelona, para explicar como va a integrar la conectividad móvil en todas sus líneas de producto para que todos los dispositivos accedan a los nuevos servicios que ofrece la nube M2M, como la supervisión remota, la recopilación de datos o el análisis.

El proyecto global de operador de redes móviles virtuales (MVNO) viene a complementar un proyecto interno de este tipo desarrollado para el mercado japonés y lanzado en octubre de 2014.

“Nuestra nueva red M2M es el principio de una transformación estratégica. Es el primer paso para introducir la capacidad M2M en nuestra cartera de productos y ayudar a los clientes a aumentar la inteligencia de sus infraestructuras y procesos empresariales, reducir sus costes e inversiones inmovilizadas y mejorar su servicio de atención al cliente”, explica Masaki Arizono, Managing Director de PSCEU.

Nubo: videovigilancia 4G móvil

El primer producto en utilizar la red M2M será la cámara de videovigilancia con conexión 4G móvil Panasonic Nubo. Un equipo que también ha sido presentado en la feria y permite ser desplegado en diferentes ubicaciones y destinarse a usos muy dispares sin necesidad de alimentación ni de conexión WiFi.

Nubo se comercializará junto a una aplicación móvil de control y supervisión, diferentes complementos como baterías externas y paquetes de sensores, y un sistema de almacenamiento seguro en la nube que permite gestionar datos y vídeos fácilmente.

“Nuestros proyectos conectados hacen convergir cada vez más la tradición de Panasonic vinculada al mercado de consumo tradicional con nuestro creciente enfoque B2B. Panasonic Nubo es un ejemplo de este tipo de productos transversales: utiliza tecnologías M2M, pero se dirige a los clientes que buscan libertad y flexibilidad en términos de uso y despliegue”, añade Arizono.

Fuente: Digital AV Magazine

El piloto del Airbus A320 que se disponía a aterrizar en el aeropuerto de Londres Heatrow el 22 de julio de 2014 estaba realizando las últimas comprobaciones cuando, a 700 metros de tocar la pista, vio un pequeñoobjeto negro a su izquierda.

Afortunadamente, no llegaron a tocarse. Pero investigaciones posteriores confirmaron que se trataba de un dron y que llegó a estar a solo 20 metros del avión.

El incidente causado por el misterioso dron en Heathrow ha originado si cabe más expectación alrededor de estos aparatos voladores teledirigidos.

De hecho, expertos en seguridad han alertado que, al ser invisibles para la mayoría de radares, un dron en malas manos podría incluso ser utilizado para atentados terroristas en las proximidades de aeropuertos.

Pero al mismo tiempo que aumentan estas preocupaciones, los drones tienen cada vez más usos civiles en numerosas actividades, también en el turismo.

Su abaratamiento y facilidad de uso permite que estos aparatos teledirigidos, equipados con una cámara de televisión o fotos, tomen por ejemplo espectaculares imágenes que luego se usarán en acciones de promoción turística, principalmente a través de internet, redes sociales...

Por ejemplo, Richard Branson , propietario de Virgin, recientemente publicó en su blog un video realizado desde un dron en el complejo turístico Necker Island, en el Caribe.

En el siguiente video se comenta, por ejemplo, que los drones podrían utilizarse en parques nacionales de África como sistema de videovigilancia desde el aire para prevenir la caza furtiva de rinocerontes y elefantes.

Marco legal

De hecho, el uso que pueda darse a los drones probablemente dependerá tanto de la imaginación de los profesionales como del marco legal.

En España, el Gobierno ha aprobado una norma provisional que permite el uso de drones en determinadas actividades: tareas de extinción de incendios, publicidad aérea, salvamentos, proyectos científicos, etc, si bienprohíbe que sobrevuelen ciudades, al menos hasta que haya una legislación definitiva. 

Experiencias fallidas

Mientras, en Estados Unidos comienzan a ensayarse usos cada vez más innovadores. Por ejemplo, un hotel de California, en Sausalito, ha incorporado un dron a su servicio de habitaciones. El aparato se usa para transportar champán (tres botellas por vuelo) hasta una de las terrazas.

Pero también ha sido noticia en EEUU una experiencia desastrosa. Y es que a los propietarios de unrestaurante en Nueva York se les ocurrió utilizar un dron dentro del establecimiento para llevar hojas de muérdago por encima de los clientes, que de esta manera se besaban siguiendo la tradición navideña. Sin embargo, las hélices chocaron contra la nariz de una mujer, que sufrió varios cortes.

Fuente: hosteltur

 

 

 

Más seguridad y más vigilancia para el jardín del Turia. Ese es el objetivo del ayuntamiento que colocará en todos los tramos del cauce cámaras en determinadas zonas del pulmón verde de Valencia, aunque en un principio solo estaba previsto que las tuvieran en el tramo entre el puente del Real y la Ciudad de las Ciencias.

Así pues, los dispositivos estarán en todos los accesos y lugares estratégicos, facilitando el visionado de las zonas más susceptibles de vigilancia. En total, la inversión ascenderá a 620.000 euros. Hoy en día, la única parte que cuenta con cámaras de vigilancia es el entorno del Gulliver.

El jardín del Turia tiene una longitud de más de diez kilómetros desde el parque de Cabecera hasta la zona de la Ciudad de las Ciencias. Para el proyecto se ha dividido en nueve tramos, donde existen instalaciones deportivas, accesos del metro y otros lugares de gran afluencia de público durante el día. El Centro de Control se ubicará en la Central de Policía Local, en el centro de datos en la avenida del Cid.

El ayuntamiento ha necesitado la autorización de la comisión de videovigilancia para colocar todo el dispositivo que ha salido a concurso.

Fuente: Las Provincias

 

El autor confeso del robo del texto medieval Códice Calixtino, el electricista de la catedral de Santiago de Compostela José Manuel Fernández Castiñeiras, comparecerá este lunes ante el tribunal encargado de juzgarle por la sustracción de ese manuscrito de gran valor patrimonial.

El documento, del siglo XII, el ejemplar más antiguo y completo de esa obra denominada Liber Sancti Iacobi, de la que existen unas doscientas copias en distintos puntos de Europa, desapareció misteriosamente del archivo de la catedral compostelana en julio de 2011.

El canónigo archivero responsable de la custodia del manuscrito y deán de la catedral de Santiago, José María Díaz, afirmó entonces que "el que se lo llevó sabía de qué se trataba, sabía del incalculable valor, y sabía cómo llegar a él, y si no, lo averiguó para poder llegar".

Las críticas a las insuficientes medidas de seguridad en la catedral se mezclaron durante meses con especulaciones sobre posibles tramas de sofisticados ladrones y hasta el temor al deterioro de ese tesoro patrimonial, mientras los investigadores analizaron horas y horas de grabaciones de las cámaras de seguridad.

Justo un año después, a principios de julio de 2012 fue detenido el electricista de la catedral y recuperado el manuscrito, hallado en una zona de un garaje propiedad suya entre ladrillos y cemento, envuelto en papeles de periódico dentro de una bolsa de plástico junto a otros facsímiles y documentación sustraída de la catedral y en perfecto estado, según los expertos.

La investigación policial permitió descubrir que el electricista disponía de llaves de diversas dependencias y que se había apoderado durante años no solo de documentación, sino de dinero y objetos valiosos de la catedral.

El Vaticano mostró su satisfacción por ese hallazgo y hasta el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, acudió a la catedral de Santiago el 8 de julio de ese año a una ceremonia simbólica de entrega del Códice Calixtino.

Vigilancia reforzada desde entonces

Las medidas de protección del manuscrito han sido reforzadas desde entonces con un dispositivo de videovigilancia de cuarenta cámaras y un equipo estable de ocho personas.

Fernández Castiñeiras, que consiguió empleo de electricista en la catedral porque su madre había sido la lechera que suministraba al arzobispo, reconoció entonces a los investigadores: "Sí, fui yo quien robó el libro. Me lo llevé el 4 de julio del año pasado, sobre las 12 de la mañana".

Las declaraciones del autor confeso de ese robo son desde entonces confusas, con pretensiones de haber actuado contra la Iglesia por no contratarlo formalmente, o contra determinados individuos.

El pasado viernes, Fernández Castiñeiras había sido citado ante el Juzgado de Santiago de Compostela para responder del robo de la correspondencia de sus vecinos en la contigua localidad de Milladoiro, donde reside.

Sin embargo, no se presentó tras ingresar esa mañana en un hospital de la provincia de Pontevedra por un cuadro de estrés, aunque fue dado de alta pasado el mediodía y un médico forense que lo examinó posteriormente concluyó que "está en condiciones de ser sometido a juicio oral" que debe comenzar este lunes.

El electricista se enfrenta a una petición de la Fiscalía de 15 años de cárcel, mientras la Iglesia, personada como acusación particular, elevó la petición de penas a 31 años por apreciar que Castiñeiras abusó de la confianza del personal de la catedral.

Por su parte, la defensa quiere probar una serie de irregularidades y vulneraciones susceptibles de conseguir la nulidad del proceso.

Fuente: 20minutos.es

Tras la oleada del robo de cable de cobre de los últimos años, el último grito en robos para obtener un metal que poder vender a receptadores son los catalizadores de vehículos. Hace tiempo que se puso de moda, pero es que ahora a las comisarías de distrito llega cada día un caso como mínimo y hay ocasiones en las que se juntan hasta media docena de denuncias diarias, si la banda en cuestión ha actuado ese día por un barrio en concreto y quiere deshacerse pronto del material. La situación preocupa a las empresas de transporte, que suelen ser las más afectadas, ya que furgonetas y camiones cuentan con catalizadores más grandes y, por tanto, más rentables para los delincuentes. También se han producido robos en desguaces, porque no importa que la vida útil del catalizador haya expirado, ya que los metales siguen valiendo para su fundición. Al igual que ocurre con el cobre, la crisis ha provocado el aumento de este tipo de robos, bastante sencillos de extraer, aunque hay que estar bien entrenado para resultar lo más discreto posible a la vista de otros. Hay muchas veces que directamente se limitan a cortar el tubo de escape o dan un tirón con otro coche tras atarlos con una cadena, hay veces que las bandas van preparadas con las herramientas necesarias para «serrarlos». En un par de minutos, si se les da bien, pueden hacerse con ellos. Los delincuentes suelen actuar en garajes privados o incluso en los de centros comerciales, aunque también pueden hacerlo en plena calle si el coche está aparcado en una zona no muy transitada. Pero ¿qué metales se pueden vender de un catalizador? Los expertos explican que muchas veces depende del modelo, pero suelen llevar metales como el platino, paladio y cromo, que al venderlos en el mercado negro pueden alcanzar precios muy elevados. Por ejemplo, de platino estaría en algo más de 30 euros el gramo. «De cada catalizador se pueden sacar hasta dos gramos de platino, por lo que se puede decir que por un catalizador ganan unos 100 euros: es muy rentable», explica un agente policial. Porque además del platino (por el que sacarían 60 euros) puede sacar paladio, que está a unos 20 euros el gramo, aunque del precio de la cotización a lo que pague el chatarrero (y, en este caso, también receptador ya que compra un metal a sabiendas de que no hay ninguna garantía de que no sea robado) suele haber mucha diferencia. También se puede extraer rodio del catalizador, según los expertos, y éste ahora mismo cotiza a 32 euros el gramo. Si bien es cierto que los receptadores suelen pagarlo según oscile el precio de cotización del mercado mundal de metales, «traducen» las onzas (que es como se miden los metales) a gramos, que es lo que entiende el cliente.

Para vender un catalizador no es necesario que el vehículo esté en buenas condiciones, ya que, aunque la vida últil del catalizador sea aproximadamente una década (su función es reducir la emisión de algunos gases contaminantes), los metales siguen manteniendo sus propiedades.

El alarmante aumento de estos robos ha puesto en jaque a aseguradoras y a los propietarios afectados. Muchos conserjes de garajes privados ya han recibido la orden de vigilar con mayor frecuencia en rondas nocturnas la presencia de personas ajenas a la propiedad. Los «cacos» suelen actuar en grupo o, al menos, en pareja, ya que uno de ellos suele vigilar la zona mientras el compañero realiza el trabajo. Los expertos creen que se puede extraer un catalizador en entre dos y diez minutos, según la habilidad del delincuente y el modelo de vehículo. Así lo hacía un grupo criminal organizado desmantelado el mes pasado (en diciembre) por la Policía Nacional de la comisaría de Leganés. La Brigada Local de Policía Judicial también detectó un incremento significativo del robo de catalizadores desde este verano. Comenzaron a analizar la franja horaria de actuación, el modus operandi y la zona donde los propietarios denunciaron haber sido víctimas del robo. Se trataba del centro comercial Parquesur, en cuyos parkings (interior y exterior) actuaban los cacos. Los agentes diseñaron un dispositivo de vigilancia y pronto detectaron el vehículo en el que parecía que se movía la banda: un Chevrolet Aveo matrícula FT, ocupado por dos varones.

El coche deambulaba por los aparcamientos sin dirigirse a ningún sitio en concreto ni estacionar en ninguna plaza. Uno de los miembros vigilaba y el otro ejecutaba. Tras visionar las grabaciones recogidas por el servicio de videovigilancia de seguridad privada, los agentes constataron que los jóvenes no tenían otra misión en el lugar que sustraer los catalizadores de los bajos de los vehículos. Se centraban en dos marcas concretas de coches: Hyundai (modelos Sonata Santa Fe y Tucson) y Kia (modelos Magnetis, Sportage y Carens). Una vez identificado el titular del Chevrolet Aveo, se procedió a su detención y él mismo confesó la identidad de sus compinches. Sólo en esa zona se habían llevado 29 catalizadores. Además de estos hurtos, se les imputó pertenencia a grupo criminal organizado. Son Sergio Ortega, Israel Lobato y Juan Antonio Marcos, los tres españoles, de entre 24 y 29 años. Menos Israel, los otros dos cuentan con antecedentes policiales por hechos similares. Están pendientes de juicio aunque, como les ha ocurrido el resto de ocasiones, seguramente queden en libertad al tratarse de un «simple» hurto.

Fuente: La Razón