LA AMBIGUA postura mantenida por la Subdelegación del Gobierno en Burgos respecto a la colocación de cámaras de vigilancia en las zonas de copas como medida preventiva ante la violencia juvenil se antojaba como uno de los obstáculos a superar para que una demanda mayoritaria tras las muertes por palizas se hiciera realidad. El delegado del Gobierno en Castilla y León, Miguel Alejo, invitaba ayer a todos los ayuntamientos a que, a imagen y semejanza del de León, instale estas cámaras en las calles. La duda que surge ante esta situación es lógica: ¿consultó la subdelegada en Burgos con su superior en la región cuando se apremiaba desde distintos sectores para la colocación aquí de esas cámaras? Porque el entusiasmo de Alejo se corresponde poco con la ambigüedad de Tricio en este asunto.

 

FUENTE: www.elcorreodeburgos.com