El equipo de investigación encargado de recuperar el Códice Calixtino robado en la catedral de Santiago entre el viernes de la pasada semana y el martes de ésta busca en las cintas que grabaron las cámaras de videovigilancia alguna pista sobre el robo. Los agentes visionan cientos de horas de las cintas de vídeo que graban los acceso a los archivos de la catedral, aunque ninguna de ellas enfocaba directamente a la cámara acorazada donde se guardaba el Códice, sino a otras dependencias próximas y al claustro, paso obligado, en principio para entrar en la sala de seguridad. 

Con su visionado se pretende buscar alguna pista sobre el autor del robo, aunque "no es seguro" que pasara por delante del objetivo de las cámaras. Pero el trabajo es laborioso, según fuentes de la investigación, ya que son cientos de horas de vídeo las que hay analizar, debido a que los policías están revisando los días previos a la desaparición del Liber Sancti Iacobi y son varias las cámaras instaladas.

Además, se prosigue con el análisis de huellas y la toma de muestras, sobre todo en la sala de seguridad, por si aparece material genético –restos de piel o incluso un pelo– que sirva para realizar una identificación.

Por otro lado, la Policía ha reforzado el grupo principal de investigación con la llegada, ayer, a Santiago de tres especialistas de Madrid de la Brigada Central de Patrimonio de la Policía Nacional. Con ellos, son ya doce los agentes que componen el "núcleo duro" de la investigación. El resto lo completan miembros de la Policía Científica de A Coruña y Santiago.

Estos doce agentes son los encargados de dirigir las investigaciones y de requerir, en el caso de que sea necesario, más personal para destinarlos a intervenciones concretas, como pueden ser los controles que desde el miércoles se están realizando en la ciudad de Santiago con efectivos uniformados y de paisano.

Pero en lo que coinciden los investigadores es que las medidas de seguridad que custodiaban el Códice Calixtino no eran las adecuadas. Fuentes policiales sostienen que, tras lo visto, la seguridad de la catedral resultó "deficiente", aunque en ello "no hay nada punitivo", por tratarse de un edificio privado. El Sindicato Unificado de la Policía en Galicia denuncia que el plan de seguridad era un "compadreo" y el fiscal superior de Galicia, Carlos Varela, admite que pudo haber "errores" y un "déficit de seguridad" en la cadena de custodia. Sin embargo, desde el Arzobispado se asegura que no se detectó anomalías en la seguridad, aunque asumen que se deberá mejorar si así se desprende de la investigación.

FUENTE: www.laopinion.es