En la madrugada del 12 de enero de este año las cámaras de videovigilancia que el Ayuntamiento instaló en las zonas de ocio de la ciudad demostraron su utilidad. Gracias a ellas, la Policía Nacional pudo reconocer a la persona que apuñaló aquella noche al joven David Juez García en Huerto del Rey. Resultó que era su novia. Ha sido el hecho más grave esclarecido con la ayuda de estos dispositivos, pero no ha sido el único. En otros ocho delitos que investigaban la Comisaría y el juzgado, las imágenes han contribuido a detener a los autores. Es decir, nueve casos cerrados en tres meses, pues hay que recordar que se pusieron en funcionamiento el 19 de diciembre de 2013.
Las cámaras fueron colocadas después de que en el transcurso de 3 años murieran tres jóvenes, Iván Herrero y Jonatan Gómez, en Las Llanas, y Aitor del Álamo, en las Bernardas. Sergio Izquierdo quedó en coma -y continúa en el mismo estado- tras una agresión a finales de 2010. El principal argumento para solicitar a la Comisión de Garantías de Videovigilancia la autorización para establecer estos dispositivos fue precisamente el de intentar parar este tipo de sucesos. Ahora bien, no solo están sirviendo para esclarecer reyertas sino también para resolver otro tipo de infracciones penales, como pueden ser hurtos o robos con intimidación.
La zona donde se han producido más delitos susceptibles de aparecer en las imágenes que graban estos sistemas es la de Las Llanas. La Policía Nacional envió 6 requerimientos a la Local para revisar imágenes que podían contribuir a aclarar distintos hechos delictivos ocurridos en este ámbito. Por sucesos acaecidos en las Bernardas fueron emitidas 5 peticiones, y para las Bernardillas, tan solo una. En total, doce. En nueve casos fue posible identificar a los autores del ilícito que la Comisaría investigaba.
El procedimiento para revisar las imágenes se inicia cuando la Policía Nacional o el juzgado eleva la solicitud al Ayuntamiento. Hay que recordar que los agentes de la Policía Local no pueden visualizar en los monitores las imágenes que llegan desde las 16 cámaras instaladas en las zonas de ocio de la ciudad. Ni siquiera pueden hacerlo en los días y horas permitidos -de jueves a domingo de 10 de la noche a diez de la mañana, festivos y vísperas-, pues la autorización de la Delegación de Gobierno solo permite la grabación. Pero existe una excepción. Los policías pueden encender las pantallas y observar en directo la señal siempre y cuando haya llegado antes un aviso de que ocurre algo, bien del 112, bien de un ciudadano.
Cuando ocurre tal cosa, la Policía Local lleva a cabo un registro con la hora a la que llega la alerta, el momento en que se conecta con la imagen en directo y el instante en que se apaga, con el fin de garantizar la intimidad de las personas y respetar la Ley de Protección de Datos.
Las grabaciones están a disposición de investigaciones policiales y judiciales que requieren el visionado de las imágenes, a fin de resolver distintos tipos de delitos que se hayan cometido en las zonas donde los dispositivos se han colocado -Las Llanas, Bernardas y Bernardillas-.
Fuente: Diario de Burgos