Las obras de la nueva comisaría de la Guardia Urbana de Tarragona avanzan a buen ritmo y el próximo mes de septiembre ya podría entrar en funcionamiento en la zona de Joan XXIII, tras mil y un problemas con las constructoras responsables del proyecto, básicamente por dificultades de financiación y algún que otro desacuerdo con el Ayuntamiento. El traslado a las nuevas dependencias siempre fue condición sine qua non para tirar adelante otra ambiciosa actuación que hace años que el gobierno municipal tiene entre manos: la instalación de cámaras de videovigilancia en las calles y plazas de la Part Baixa de la ciudad, una de las zonas más afectadas por el pequeño vandalismo nocturno, especialmente los fines de semana. El consistorio ya ha concretado las ubicaciones de los dispositivos, una treintena en total.
La Part Baixa será la primera zona de Tarragona que contará con cámaras de videovigilancia para frenar los actos incívicos y que se suelen cebar con el mobiliario urbano -especialmente a través de la quema de contenedores, papeleras o daños en bancos- y contra los coches y motos que están aparcados en las calles y que durante los fines de semana sufren robos o desperfectos en retrovisores u otros elementos. Las urbanizaciones de Llevant hace tiempo que también reclaman esta medida para frenar los robos en viviendas que padecen puntualmente pero el proyecto no está tan maduro como el de la Part Baixa, reivindicación histórica de sus residentes.
Según el presidente de la Asociación de Vecinos del Barrio del Port, José Ruiz, “el gamberrismo es el pan de cada día y necesitamos soluciones eficaces para ahuyentar a los individuos que hacen estas salvajadas”. El líder vecinal valora positivamente que este mismo año se instalen los aparatos en calles como Apodaca, Unió, Pau del Protectorat, Rebolledo y plaza dels Carros, los puntos más sensibles porque se trata de vías de paso para la gente que sale de juerga los jueves, viernes y sábados, y vigilias de festivos, los días más “conflictivos” en la zona, que concentra un 10% del total de denuncias que se registran en un año en la capital.
Las cámaras funcionarán esos mismos días, en un horario de diez de la noche a siete de la mañana. El teniente de alcalde de Seguridad Ciudadana, Carles Castillo, ha explicado que los dispositivos se controlarán de forma centralizada desde la nueva comisaría de la Guardia Urbana, “condición indispensable porque en las actuales instalaciones es imposible y no habría sido lógico hacer la inversión para trasladar el sistema en poco tiempo a las nuevas dependencias”. El presupuesto de las cámaras de videovigilancia será finalmente de 150.000 euros, después de que se revisara a la baja reduciéndolo prácticamente a la mitad.
Ubicaciones estratégicas
El Ayuntamiento de Tarragona ya ha establecido los 24 puntos donde se ubicarán las cámaras y el ángulo de visión que tendrán. Se instalarán a una altura de entre tres y siete metros, en fachadas o farolas, y siempre de acuerdo con los vecinos, a la vez que se colocarán carteles que avisarán de la existencia de los aparatos. Además de los 24 puntos en calles y plazas habrá cámaras en el paso subterráneo de la plaza dels Carros –muy afectado por los actos vandálicos– y en las inmediaciones de las escaleras mecánicas del Palau de Congressos.
Fuente: La Vanguardia