La Asociación Profesional de Compañías Privadas de Servicios de Seguridad (Aproser) hizo público en septiembre de 2010 que la tasa anualizada de servicios había disminuido un 2,5% con respecto a 2009, retrocediendo hasta situarse en cifras similares a las de 2004. Es evidente que la crisis también afecta al sector de la seguridad privada pero, como indica el presidente de Aproser, Carlos Bañuelos, en el último boletín de la asociación, la mejora pasa por la “mayor calidad en los servicios y la especialización, ofreciendo aquello que específicamente requieren nuestros clientes; lo que en lenguaje coloquial se define como “un traje a medida”. 
“La formación de calidad, que conlleva la especialización de los profesionales del sector, es algo fundamental para evolucionar”, asegura Roberto Carlos Flores, gerente del Centro Internacional de Estudios para la Formación y el Empleo de la Fundación NIDO Mariano Rodríguez, centro homologado en Salamanca por el Ministerio de Interior para impartir formación.

El sector de la seguridad privada cuenta con alrededor de 100.000 profesionales (entre vigilantes de seguridad y de explosivos, escoltas privados, jefes y directores de seguridad) y tiene un volumen de facturación de 4.000 millones de euros. “Comenzamos en 2008 a impartir cursos de seguridad, tanto privados, como subvencionados por el Ecyl. Contamos con convenios con empresas de seguridad privada que, una vez finalizada la formación, permiten al alumno incorporarse a un puesto de trabajo”, afirma Flores.

Para Cristina de Paz, técnica de formación de la Fundación NIDO Mariano Rodríguez, es una “profesión de futuro”. Asegura que el 80% de los alumnos que han pasado por el centro tiene ya trabajo. Añade que en el campo de la seguridad privada no sólo se ciñe a vigilantes o escoltas.

Alrededor de este sector han surgido nuevas oportunidades para los habilitados como Guarda Particular de Campo y, sobre todo, Escoltas Privados, pues cada vez son más las comunidades que prestan servicios de protección a las mujeres víctimas de violencia de género, siendo ésta la modalidad que más demanda generará en breve. Sin olvidar otro tipo de formación que, debido a los recientes acontecimientos acaecidos en los aeropuertos, generan nuevas oportunidades para el personal formado en especialidades como escáner, radioscopia o seguridad aeroportuaria. El grado de satisfacción del alumnado y de las empresas con las que se firman los convenios es alto por lo que se quiere seguir ampliando la cartera de formación y muy pronto “pondremos en marcha cursos de jefe y directores de seguridad e instructores de tiro”, afirma Flores.

 

FUENTE: www.tribuna.net