Desde que los atuneros vascos que faenan en el Índico incorporaron fuerzas privadas a bordo, a finales de 2009, su eficacia ha quedado patente. Las tripulaciones aseguran que los guardias han logrado disuadir o repeler todos los ataques piratas desde entonces. «Esta claro que sin esos hombres estamos perdidos», recalcó a EL CORREO Jokin Garatea, patrón del atunero 'Txori Gorri', perteneciente a la compañía Inpesca, de Bermeo.

Tras el agravamiento de la situación humanitaria en el sur de Somalia -los islamistas han perdido Mogadiscio, pero controlan otras zonas-, el grueso de la flota vasca faena dispersa entre la costa del país africano y las Seychelles. Los bandidos apenas se dejan ver en esta época, en que los vientos monzones provocan fuertes precipitaciones y levantan olas de hasta cuatro metros. «La mala mar les impide la navegación a mar abierto con sus lanchas», explicó un patrón gallego. «Ahora mismo, los piratas se localizan más por la costa de Aden», agregó otro capitán vasco.

La paradoja es que las semanas más seguras para faenar son también las peores para obtener mayores capturas. «Andamos desesperados porque desde mayo no estamos pescando nada de nada, y con un tiempo malísimo», relataron en el 'Txori Gorri'.

No obstante, la meteorología cambiará con el fin del ciclo monzónico, a mediados de septiembre, «con la primera luna llena del mes». Entonces el Índico volverá a convertirse en un océano más tranquilo, lo que es sinónimo de buena pesca, pero preludia el rebrote de la piratería e incrementa la tensión en la flota atunera.

Mayores rescates

El peligro no deja de aumentar año tras año. Según un informe de Oceans Beyond Piracy (OBP), el rescate medio cobrado por las bandas que secuestran barcos en el Índico alcanzó 3,8 millones de euros en 2010, frente a 2,4 millones de 2009. OBP subraya que 4.185 marineros fueron atacados en 2010 con armas de fuego y granadas; 342 sobrevivieron a incidentes en las habitaciones blindadas de los buques y más de un millar fueron tomados como rehenes. «Utilizaron a 516 hombres como escudos humanos», señala el estudio.

Los arrantzales vascos son conscientes de esos riesgos. «Realizamos simulacros para saber cómo actuar si sufrimos un intento de abordaje», explicaron desde un atunero. Los barcos de Bermeo que recibirán este año las ayudas a la seguridad privada son, en concreto, el 'Alakrana', 'Albacan', 'Albacora Cuatro', 'Albatun Dos', 'Campo Libre Alai', 'Elai Alai', 'Felipe Ruano', 'Izurdia', 'Playa de Anzoras', 'Playa de Aritzatxu', 'Txori Argi', 'Txori Gorri' y 'Txori Toki'. Las subvenciones también alcanzarán a los buques auxiliares 'Alakrantxu', 'Ortube Berria', 'Artxanda' y 'Taraska'. La mayoría ya han sufrido intentos de asalto y persecuciones; en algunos casos, más de una vez.

La subvenciones del Gobierno central cubrirán el 25% de los costes de los guardias privados y se complementarán con una partida de casi 1,5 millones aprobada por el Ejecutivo de Vitoria para sufragar otro 25%.

La mayor parte de los atuneros vascos navega ahora en el Índico con cuatro agentes a bordo. La patronal, no obstante, no ha dejado de pedir a las autoridades de las Seychelles -principal base de los buques- que les permita embarcar armamento pesado debido a la creciente agresividad de las bandas somalíes.

FUENTE: www.elcorreo.com