El aeropuerto de Peinador extendió dos horas su horario para permitir el aterrizaje de un avión procedente de Barajas y cargado con 150 pasajeros indignados. Los viajeros, que llegaron con cuatro horas de retraso, hicieron una pitada en la puerta de embarque de Madrid que obligó a desplegar a cuatro agentes de seguridad privada y dos guardias civiles para calmarles. La protesta por las cuatro horas de retraso fue acompañada de grabaciones de vídeo que algunos querían colgar en Internet. Las capturas de unas imágenes en vídeo, tomado por una testigo, revelan la tensión que se vivió en la terminal madrileña.

Una pasajera justificaba ayer el enfado colectivo: «Era de noche, en el mostrador de atención al cliente vimos una cola enorme de gente con vuelos retrasados. El problema fue la falta de información. No nos decían si íbamos a despegar o si nos alojaban en un hotel».

El avión salía desde Madrid con la compañía Iberia a las 21.50 horas con llegada a Vigo a las 22.45. Era el último vuelo del día porque el aeropuerto de Peinador cierra a medianoche. En la puerta de embarque, un operador anunció que el despegue se retrasaba hasta las 23.57, lo que suponía una hora y media de demora. En torno a las 23.00 horas, personal de Iberia salió a la puerta de embarque y avisaron de que habría mayor retraso, hasta las 00.40 horas.

Muchos pasajeros replicaron que Peinador cerraba a medianoche y preguntaron si los envían a desviar a Santiago. La respuesta estaba en el mostrador de atención al cliente. Pero para llegar a la única oficinista, había que sortear una larga cola que no avanzaba y que estaba integrada por otros pasajeros con retrasos en vuelos, entre ellos a Santiago y Portugal, todavía más quemados porque esperaban turno desde hacía cuatro horas. Entonces, la tensión estalló y, a las 23.30 horas, los pasajeros hicieron la pitada. Aplaudían cada vez que llegaba un nuevo agente a intimidarles. «Barajas estos días es un caos», dice una testigo. Finalmente, el jefe de atención al cliente anunció que habría vuelo a Vigo. La tripulación que venía con retraso de otro vuelo no pudo enlazar con el avión pero la operadora convocó urgentemente a varios pilotos de reserva que ya habían subido a la cabina. Y hubo suerte porque Peinador extendió su horario dos horas más para que pudiese aterrizar la aeronave.  

Tripulación

A bordo, el comandante de reserva dirigió un mensaje de consolación al pasaje: «Si no yo no tenía que estar aquí». El vuelo llegó a las dos de la madrugada, donde decenas de familiares esperaban pacientemente a sus allegados. Era el principio de las vacaciones.

El comandante de relevo consoló al pasaje: «Si

yo no tenía que estar aquí»

 

FUENTE: www.lavozdegalicia.es