¿Habrá espionaje en Aibonito? Umjú, misterio, misterio. ¡Lo que nos faltaba!


A pocos metros de la comandancia de área y rodeados de cámaras de seguridad en el centro del pueblo, desconocidos lograron escalar la alcaldía de Aibonito y llegar hasta la misma oficina del alcalde, William “ Willie” Alicea.

Según la investigación preliminar, uno o más individuos rompieron una ventana de cristal y aluminio para entrar al edificio, que se encuentra en proceso de remodelación durante el receso navideño.

El Ejecutivo Municipal confirmó a Primera Hora que los pillos entraron a su oficina entre la noche del sábado y del domingo. Las demás ventanas de la alcaldía han sido removidas y se mantienen tapadas con paneles de madera mientras son reemplazadas.

“Investigaron y rebuscaron en el escritorio de mi secretaria. Entraron a mi oficina buscando. Estuvieron hasta la oficina del director de Finanzas y allí forzaron la puerta. Ahora estamos levantando la información de los documentos que se pudieron haber llevado, si alguno”, dijo Alicea.

Pero, Alicea cree que las consecuencias del inusual robo son menores. Según un inventario preliminar, se encontró que la única propiedad que se llevaron es la computadora de su secretaria.

El alcalde de Aibonito considera que dentro del equipo hurtado no había documentos sensitivos, pues la mayoría no se guardan en la computadora, sino en un servidor central de la casa alcaldía y que sólo se puede acceder mientras se está conectado a la red interna.

“Lo que puede existir ahí son cartas que uno hace al Gobernador, a secretarios de agencias o senadores solicitando servicios o cosas así”, dijo un despreocupado Alicea.

Agregó que los expedientes de los empleados y otros documentos de similar importancia están guardados en la bóveda del edificio anexo, que en el pasado fue una sucursal del Banco Popular.

Varios empleados constataron que los maleantes no entraron a la Oficina de la Secretaría Municipal, donde se guardan los contratos y artículos de importancia, como el sello municipal.

“En el área de Finanzas sí se apropiaron de algún documento con un número de cuenta del Municipio, (pero) cuando vayan al banco a accesar algún fondo, no van a poder (sacar dinero) porque las firmas no concuerdan”, advirtió Alicea.

“La única ventana que nos quedaba era ésa y llevaba años ahí y no había sucedido nada, pero ocurrió lo que lamentablemente ha estado sufriendo todo Puerto Rico”, afirmó. “Con la información que podamos levantar de las cámaras, de la gente en la calle, en los colmados, en la cafetería y en otros sitios del pueblo, creo que vamos a dar con los responsables”.

fuente:Primerahora.com

Vigilancia a la sombra de una sombrilla.

Las quejas de los agentes sobre el punto de vigilancia en el Museo Militar son anteriores a la existencia de la propia AUGC en Melilla.

Los problemas del punto de vigilancia en el Museo Militar se remontan a antes de 2008, cuando en Melilla aún no había delegados de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC). El 16 de junio de ese año un agente presentó a título particular una instancia en la que solicitaba que se adecuara ese puesto o se cambiara su ubicación. Basaba su petición en la prevención de riesgos laborales.
Cuatro días más tarde llegó la respuesta del teniente coronel jefe de la Comandancia. Además de señalar que ese punto es clave para anticipar la llegada de inmigrantes ilegales por mar, le recordaba que el puesto de vigilancia se encontraba en un “inmueble ajeno al Cuerpo, ubicado en un enclave histórico protegido, circunstancia por la cual no se puede efectuar construcción alguna”.
También anunciaba al agente que estaba prevista la instalación de cámaras fijas de vigilancia en la costa para prevenir la inmigración clandestina, “lo que conllevará una reestructuración del servicio una vez se materialice su instalación, aunque no existe una fecha concreta para ello”.
El escrito fue recibido por el agente el 9 de junio de 2008. Por aquella fecha se empezaba a vislumbrar la magnitud de la crisis económica y desde entonces no se ha vuelto a saber nada del proyecto.
Continuaba con su escrito el teniente coronel jefe de la Comandancia señalando que “no obstante, por esta Jefatura se han realizado las gestiones oportunas para que el personal que realice el servicio lo efectúe de la forma más cómoda posible en función de la climatología”. Y le comunicaba que se había optado “como primera medida provisional el colocar un sistema que pueda en principio paliar las deficiencias más urgentes, como es en esta época estival la exposición al sol”. Lo que se materializó en la instalación de una sombrilla.
Inicialmente, los agentes que realizaban el servicio en ese “enclave histórico” sólo disponían de una silla, por lo que cada uno acudía al puesto de trabajo con su propia sombrilla para resguardarse del sol en verano. De este modo, un día el guardia civil de turno estaba bajo una sombrilla roja de Coca-Cola, otro día era verde de Sprite... con lo que el punto de vigilancia iba cambiando de color según las preferencias del agente y el gusto de los diseñadores de la marca comercial que regalaba la sombrilla.
Ante la mala imagen que ofrecía esta situación, la Comandancia decidió colocar una sombrilla playera de mimbre. Posteriormente, se instaló la actual garita de madera, de un metro cuadrado, aproximadamente, y “sin ningún acondicionamiento para paliar las condiciones meteorológicas existentes en la zona”, según relata la AUGC en el escrito que presentó el 13 de septiembre del año pasado. En ese documento los agentes explican que “la situación del lugar lo hace insoportable tanto en invierno, por la altitud, la humedad, lluvia, orientación al mar, etc. y en verano, por el sol y el reflejo de éste en el agua hace que se lleguen a alcanzar temperaturas muy altas (más de 40 grados)”. Y añade que el material con el que desarrollan “dicho servicio, cámara Sophie, cargador y lotes de baterías, hay que depositarlos en el aseo público que tiene el Museo tanto para proteger dicho material de las condiciones meteorológicas que puedan dañarlo como para cargar los lotes, ya que es el único punto con energía eléctrica”.
En su contestación de unos días después, el coronel jefe de la Comandancia no aporta ninguna solución. Sólo indica que se han dado directrices para que cada agente no permanezca durante más de dos horas consecutivas realizando ese servicio. Y sin más, resuelve archivar la solicitud de la AUGC, en la que también se planteaban otros problemas.
En su recurso ante el general jefe de la IV Zona de la Guardia Civil los agentes le recordaban que ese servicio “podría ser prestado mediante otros procedimientos, tales como las instalación de cámaras térmicas y de visión nocturna que pueden ser controladas desde una estación de control”. Ese era precisamente el proyecto que, según indicaba más de dos años antes el teniente coronel jefe de la Comandancia de Melilla, estaba previsto llevar a cabo.
La respuesta que llegó desde la Dirección Adjunta Operativa (DAO) de la Guardia Civil, además de comentar el “benigno” clima de la ciudad, no aportaba ninguna novedad sobre lo que ya había expuesto antes el teniente coronel jefe de la Comandancia.
La solición que propone la AUGC pasa por instalar unas garitas similares a la del punto de información colocado durante estas fechas navideñas en la plaza Menéndez Pelayo, idéntica a las casetas de los puestos del Mercado de Navidad. Precisamente, el viceconsejero de Festejo, Francisco Díaz, señalaba hace unos días que la Ciudad deberá buscarles una utilidad tras el Día de Reyes.

Cuidado con los prismáticos

El clima ‘benigno’ de Melilla al que se refiere la Dirección Adjunta Operativa (DAO) de la Guardia Civil afecta al material que utilizan los agentes. Recientemente la Comandancia de Melilla colocó un cartel en la puerta de la garita del Museo Militar dando indicaciones a los guardias para su cuidado. “Con motivo de los continuos desperfectos ocasionados en las fundas protectoras de los prismáticos Steiner (provocados éstos al estar expuestos bastante tiempo al sol) se ruega en la medida de lo posible no dejen los prismáticos a pleno sol ya que el calor podría deteriorar la lente y la funda protectora”. En el escrito no hay ninguna mención a medidas de seguridad y prevención para los agentes.
En la imagen superior, aspecto de la sombrilla de mimbre después de uno de los últimos temporales del viento que sufre Melilla a pesar del idílico clima que describe la DAO en su contestación a los agentes de la AUGC.

Patrimonio frente a seguridad

La AUGC reprochaba en su escrito al general jefe de la IV Zona de la Guardia Civil que los mandos se ampararan en la conservación del patrimonio histórico del entorno del Museo Militar y la importancia del servicio de vigilancia para descuidar la seguridad de los agentes. “Resulta altamente preocupante que, ante la situación que están viviendo los agentes de riesgo para su integridad física, quien debe velar por dicha seguridad dé una respuesta como la facilitada, en la que se establece la importancia del mencionado servicio por encima de la salud e integridad física de los agentes, y por encima de todo esto prevalece el enclave histórico protegido que condiciona construir para adecuarla a su entorno. Esto es, el servicio a prestar por el Gobierno español no es lo suficientemente importante como para realizar una construcción operativa en dicha zona, pero sí lo es para que los guardias civiles tengan que trabajar en unas condiciones tercermundistas y con riesgo para su integridad física”, criticaba la AUGC.
Igualmente, insistía en la necesidad de instalar cámaras de vigilancia. “Permítame significarle que no conozco a ningún funcionario de Tráfico que tenga que vigilar los tramos de autopista desde garitas en los puentes, sino que fueron instaladas numerosas cámaras que son gestionadas desde una estación. Esto demuestra que existen sistemas de control más eficaces y seguros para la prestación del servicio”, señala la Asociación Unificada de Guardias Civiles.

 

fuente:El Faro Digital

El ‘Gran Hermano’ te vigila... en la oficina.

 

¿Hasta qué punto un empresario puede controlar los movimientos de sus empleados? Los mecanismos de vigilancia se usan con el fin de comprobar la productividad de las plantillas, pero los avances tecnológicos pueden poner en jaque el derecho a la intimidad.

 

Más de mil cámaras velan por su seguridad... o no. En el mundo orwelliano todos los movimientos de los ciudadanos eran recogidos por un sistema que controlaba el Partido para actuar en el momento en el que alguien osase saltarse las normas o actuar de una forma inadecuada. Este imaginario podría materializarse en las oficinas estadounidenses gracias a Kinect, una tecnología desarrollada por Microsoft que controla el comportamiento de los empleados en sus ordenadores, sus llamadas telefónicas e, incluso, su conducta gestual.

Desde siempre han existido mecanismos para controlar y vigilar a los empleados en el desempeño de su trabajo, desde la fórmula de fichar para entrar en la oficina hasta los GPS que llevan las ambulancias. Unas técnicas que contempla el Estatuto de los Trabajadores en su artículo 20. Sin embargo, el empresario “no tiene una libertad absoluta de control. La medida debe ser proporcionada al fin que se persigue y, por supuesto, siempre respetando la consideración debida a la dignidad del trabajador”, explica Covadonga Roldán, gerente de la práctica laboral de la firma Deloitte Abogados y Asesores Tributarios.

Huella digital
Hay que tener siempre presente que cuando una persona desarrolla su labor profesional genera una gran cantidad de datos sobre ella misma sin saberlo, y sistemas de captación de imágenes, grabación de sonidos en los centros de trabajo o vigilancia del correo electrónico pueden dañar los derechos fundamentales de los trabajadores: honor, intimidad personal, propia imagen y el de secreto de las comunicaciones.

 

Y es que el empresario debe tener claro qué busca con estos mecanismos: una mejora del rendimiento del equipo o únicamente controlar todos los movimientos que sucedan en la oficina. Además, José Prieto, socio del departamento laboral de Baker & McKenzie, recomienda que los directivos expliquen a la plantilla por qué se aplican estas medidas de vigilancia y las ventajas que supondrían para la productividad de la organización. “Los planes que se adopten para el control deben respetar la dignidad del trabajador”, apostilla Raúl Rubio, socio responsable del área de derecho de comunicación y tecnología del despacho Baker & McKenzie.

Comunicación
En resumen, si una empresa decide instalar sistemas de vigilancia para sus empleados, antes debería elaborar un protocolo para informar a la plantilla de los objetivos que persigue con ellos. “Hay que establecer unas reglas”, señala José Miguel Mestre, letrado de Sagardoy Abogados, que añade que debe ser “un reglamento en el que el empresario contemple todos los escenarios posibles antes de utilizar ciertas herramientas de vigilancia. De esta manera, en caso de conflicto, el responsable puede exigir una rectificación por parte del empleado o aplicar el régimen disciplinario”.

Alfonso García Lozano, socio responsable de recursos humanos de Everis, no considera necesarios estos mecanismos pues “si un empresario no confia en su empleado, lo mejor es despedirle antes que controlarlo”. La vigilancia, para el socio de Everis, no es la mejor manera de evaluar el rendimiento de un trabajador. Para ello, “un jefe debe encargar tareas y medir la productividad”.

 

Y es que las empresas se mueven entre las que manifiestan que priman la confianza hacia el empleado y las que prefieren tenerlo sujeto a control. Según Montse Rodríguez, directora del área laboral de BDO Abogados, “ambos se ven con recelo, ya que si una compañía tiene a sus trabajadores absolutamente controlados el ambiente resulta imposible, y las ideas no fluyen. Y las organizaciones que dicen tener confianza en sus empleados tienen regulados los días de vacaciones y los tiempos de descanso, por lo que en éstas también existe un cierto control”. Para evitar cualquiera de estas situaciones, Montse Rodríguez aconseja “cambiar la cultura y tener una descripción de los puestos basada en objetivos. Salir de la cultura del presencialismo y evolucionar a una de objetivos”.

¿Despido procedente?
Hasta el momento, tal y como recuerda Covadonga Roldán, “no existe una regulación específica en el ámbito del Derecho del Trabajo para la utilización de los medios tecnológicos puestos a disposición del profesional para la prestación laboral ni el alcance de los medios de control, por lo que son los juzgados y los tribunales los encargados de ponderar, en cada caso, la gravedad de la conducta del empleado como para ser merecedora de la máxima sanción que se puede aplicar: despido por causas disciplinarias”. No obstante, Miguel Cuenca, socio responsable del área laboral de KPMG Abogados, explica que “el uso de herramientas informáticas para fines distintos a los productivos puede constituir un incumplimiento contractual y, según las circunstancias, el despido”. Por tanto, si una empresa ha definido con detalle el uso que cualquier empleado debe hacer de los ordenadores y los dispositivos electrónicos e informáticos a su disposición, se reducen de manera notable los riesgos de que se consideren inválidas las pruebas obtenidas a través de los sistemas de control para proceder al despido. Aunque hoy día, los empresarios cuentan con una forma más efectiva de vigilar a sus empleados: las redes sociales. Y es que éstas “permiten un seguimiento incluso fuera del horario de oficina”, señala Mestre.

El universo que dibujó George Orwell en su libro 1984 ya no es tan descabellado. El Gran Hermano nos está vigilando...

Mecanismos de vigilancia
-Seguimiento presencial o marcaje horario. Uno de las fórmulas clásicas en las oficinas.
-Instalación de cámaras de seguridad.
-Localización de empleados a través de dispositivos ‘GPS’ en los vehículos o teléfonos móviles.
-Monotorización de llamadas telefónicas realizadas a clientes.
-Auditorías de ordenadores.
-Control del uso de Internet.
-Vigilancia de la utilización de los dispositivos electrónicos puestos a disposición de los empleados.
-Oficinas diáfanas en las que los responsables comparten espacio con la plantilla

 

fuente:Expansion

Se han esclarecido hasta el momento 8 robos en Madrid y Toledo.
Detenidos cuatro expertos en anular sistemas de alarma para robar en supermercados de una misma cadena.

Agentes de la Policía Nacional han detenido en Madrid a cuatro expertos en anular los sistemas de alarma para robar en supermercados que se habían especializado en comercios de una misma cadena y, tras cortar el teléfono y sustraer la grabación de las cámaras de seguridad, "reventaban" con radiales las cajas de caudales para apoderarse del efectivo.

Los arrestados, viajaban a España de forma periódica, por periodos de unos diez días, y posteriormente regresaban a su país de origen tras ejecutar los asaltos para evitar su localización. Hasta el momento se han esclarecido ocho robos en Madrid y Toledo.

En septiembre de 2011 se detectaron por primera vez las actividades de este grupo. Un mes más tarde, gracias a la colaboración de la Agregaduría de Interior de la Embajada de Rumanía en Madrid, se confirmó la presencia de esta banda especializada en cometer robos con fuerza en supermercados.

Sus integrantes, de nacionalidad rumana, carecían de domicilios o vehículos propios, así como de cualquier vínculo familiar en nuestro país, lo que dificultó en gran medida las investigaciones.

De hecho, los arrestados sólo viajaban a España, donde permanecían unos diez días, para perpetrar los robos. Después regresaban a Rumanía e Italia para evitar su localización. Además, el botín obtenido con sus actividades ilícitas era remitido inmediatamente a Rumanía a través de agencias de envío de dinero.

Los detenidos, estaban especializados en una cadena concreta de supermercados y utilizaban siempre el mismo 'modus operandi'. Cortaban el cableado de fibra óptica y la línea de teléfono, inutilizaban los sistemas de alarma de las puertas de acceso y rompían los detectores de movimiento del interior de las instalaciones.

Después 'reventaban' la caja fuerte con una radial y se apoderaban del dinero. Antes de abandonar el local, sustraían también el disco duro donde se grababan las imágenes recogidas por las cámaras de seguridad.

El dispositivo de vigilancia desplegado en torno a los investigados permitió su detención cuando regresaban de perpetrar un robo en Toledo. Los agentes les intervinieron 16.000 euros en efectivo y diversos productos sustraídos en el comercio.

En el registro practicado posteriormente en su lugar de residencia se decomisaron otros 2.000 euros. En las proximidades del lugar del robo se localizaron las herramientas y la ropa utilizadas para el asalto. Los investigadores estiman que en dos meses podrían haber obtenido un botín aproximado de 120.000 euros.

La operación ha sido realizada por agentes de la Sección de Europa del Este de la UDEV de la Comisaría General de Policía Judicial y de la Brigada Provincial de Policía Judicial de la Comisaría de Toledo, que han contado con la colaboración de la Agregaduría de Interior de la Embajada de Rumanía en Madrid.

fuente:Madrid

Las cámaras de vigilancia en el centro cumplen un año de funcionamiento

La Policía reconoce que utiliza "mucho" el sistema de seguridad que se implantó por el empeño de los pequeños empresarios y que les ha facilitado el trabajo a la hora de esclarecer robos y otros sucesos

Los gibraltareños llevan un año vigilados, al igual que los turistas. O al menos todos aquellos que pasean y hacen sus compras en el centro de la colonia británica.

Este mes se cumple un año de la instalación de un sistema de vigilancia y seguridad a base de cámaras que si a muchos ciudadanos de distintas partes puede suponer una intromisión en la privacidad de los viandantes, en Gibraltar fue una medida solicitada en varias ocasiones por la Federación de la Pequeña y Mediana Empresa y apoyada por los propietarios de los comercios de la calle Real y Casemates hasta que el pasado mes de enero consiguieron su objetivo.

Lo que motivó a los pequeños empresarios del Peñón a pelear porque se instalase un circuito cerrado de cámaras de seguridad en la zona comercial fue que habían notado un incremento de los robos en los últimos seis meses.

Muchos locales ya contaban con sistemas de vigilancia y cámaras en el interior de los mismos pero consideraban que no era suficiente y por eso, en este caso, todo el mundo remó en la misma dirección y finalmente consiguieron el visto bueno del Gobierno para instalar el sistema de seguridad en la vía pública.

Europa Sur se puso en contacto la Royal Gibraltar Police (RGP) indicó que carecía de estadísticas para concretar si desde la puesta en marcha de este sistema de vigilancia, los robos y asaltos en tiendas del centro comercial del Peñón se han visto reducidos pero reconoció que sí que han servido de gran ayuda al cuerpo.

Un portavoz de la Policía informó a este medio de que la RGP usa "mucho las cámaras del circuito privado para la gran mayoría de las denuncias que se producen en esta zona del Peñón".

"Las cámaras son fantásticas y es cierto que nos han facilitado mucho el trabajo", apuntó el agente, que destacó que precisamente en la mañana del pasado miércoles acudieron a los tribunales dos personas acusadas de un delito de robo con violencia a una persona. El sistema de cámaras grabó los hechos por lo que ambos no tuvieron más remedio que declararse culpables de lo que se les acusaba, motivo por el que uno fue condenado a tres años de cárcel y el otro, al ser menor, a 18 meses.

Este periódico se puso en contacto varias veces con la Federación de la Pequeña y Mediana Empresa para conocer su opinión sobre el sistema de vigilancia a través de las cámaras un año después de que entrar en funcionamiento pero no recibió respuesta.