Los aproximadamente 60.000 demandantes de empleo inscritos en Langai, la antigua agencia de colocación del Gobierno Vasco, serán citados por Lanbide, Servicio Vasco de Empleo, para autorizar el volcado de sus currículos al nuevo organismo, que tiene plenas competencias en políticas activas de empleo desde la transferencia realizada el pasado enero. La inmensa mayoría de los afectados, si no la totalidad, desconocía hasta ahora que tenía que dar ese paso, dado que había proporcionado sus datos a una entidad que ya dependía del Ejecutivo autonómo. Sin embargo, las exigencias de la Ley de Protección de Datos impiden que Lanbide pueda disponer libremente de esa información aunque sea para buscarles un empleo, explican fuentes del Ejecutivo de Vitoria.

Pese a que la transferencia fue a comienzos de año, hasta el pasado 14 de marzo el Gobierno vasco no ha tenido a su cargo las bases de datos del antiguo Inem -una tarea, aseguran desde Lanbide, «finalizada en un tiempo récord»- y es ahora cuando los parados que habían priorizado su búsqueda de empleo a través de Langai se han encontrado con una situación inesperada y de la que no habían sido advertidos.

El problema también afecta, pero de otra forma, a los desocupados que no se habían inscrito en Langai, una entidad que se rige por la ley de 1997 que autorizó las agencias privadas de colocación sin ánimo de lucro, sino solo en el Inem.

Este colectivo, compuesto por unas 140.000 personas, no tendrá que autorizar ningún tipo de transferencia de datos, que ya estaban en un organismo público, aunque estos son por lo general «muy pobres». Sin embargo, los currículos que habían introducido por su cuenta a través de Red-Trabaja -vía Internet- no han sido recuperados por Lanbide. ¿La causa?: no cuentan con documentación que los sustente, cosa que sí tienen los introducidos en su día por Langai.

Cartas a todos

Para arreglar todo este galimatías, que los afectados consultados por este periódico ven como un «desbarajuste», Lanbide va a dirigirse por carta de forma paulatina a partir de la próxima semana a las 200.000 personas, la mayoría paradas, que figuran en sus listas. En la misiva, les va a dar la bienvenida al Servicio Vasco de Empleo, les comunicará los datos que figuran en su poder y la forma de actualizarlos, les informará sobre la fecha en que deben renovar su demanda y, en el caso de los procedentes de Langai, les indicará la necesidad de que autoricen el volcado de sus currículos al nuevo organismo.

Dadas las exigencias legales en materia de protección de datos personales, se está buscando una fórmula que evite tener que citar a los 60.000 en las oficinas de empleo para dar su conformidad, aunque el asunto es problemático. La vía más sencilla sería la de 'autorización por omisión'. Es decir, hacer el volcado de todos los que no se opongan a la medida una vez les sea comunicada la decisión, pero no está confirmada aún su viabilidad jurídica. Recuerdan al respecto desde Lanbide que la Ley de Protección de Datos obliga a que las entidades deben tener información correcta de las personas y que ésta ha de servir para el fin que ha sido recogida.

Portavoces gubernamentales informaron de que esperan que todo este proceso de adaptación esté finalizado para septiembre. Hasta entonces, y para evitar perjuicios añadidos a los parados y demandantes de empleo que quieran optar a un puesto de trabajo, Lanbide tramitará bajo la fórmula de 'difusión' todas las ofertas de empleo que le lleguen.

El problema para los demandantes es que no recibirán en su casa, como sucedía hasta ahora en el caso de Langai, las propuestas que encajen con sus capacidades y tendrán que consultar cada día los listados de Lanbide para solicitarlas, siempre que cumplan los requisitos. En esa situación, el personal del Servicio Vasco de Empleo sí podrá consultar el currículo de Langai para dar vía libre a su solicitud.

En cualquier caso, los afectados que quieran sacar del limbo sus datos comunicados a Langai en su día y actualizarlos para una oferta de trabajo, pueden pedir una cita en las oficinas de empleo. Lo tendrán más difícil en las antiguas de Langai, que están «saturadas de trabajo», y quizás menos en las que eran del Inem. Si el caso no es muy urgente, la gestión puede tardar varias semanas, reconocen las fuentes consultadas.

 

FUENTE: www.diariovasco.com