Igual que se 'pinchan' teléfonos para investigar otros delitos, los fiscales especializados en el crimen cibernético están debatiendo sobre la posibilidad de hacerlo con los PC · La Fiscalía granadina ha detectado casos de acoso por e-mail
Quizás sea el fiscal de Granada que más horas pase frente al ordenador. Mientras que para el resto de sus compañeros las nuevas tecnologías son una herramienta de trabajo, para él, su equipo informático es, además de su principal medio para investigar, la puerta de entrada a un universo, el cibernético, donde se cometen los difíciles delitos que persigue y que requieren de una especial preparación: la que él tiene. En la provincia se abrieron el año pasado cerca de 600 causas por delitos informáticos. Muchas de ellas pasaron por sus manos, no todas, pues lleva también otras áreas: Cooperación Internacional, Ejecución Penal y el Sistema de Información del Ministerio Fiscal. En la última memoria del Servicio de Criminalidad Informática, ha reivindicado "la especificidad de la función de los fiscales encargados de este sector delictivo".
-En su mesa rebosan los expedientes. ¿Tanto trabajo dan los delitos informáticos en Granada?
-Sí, mucho. Lo dan de dos formas. Lo dan cuantitativamente, porque va aumentando el número de forma creciente, a la vez que va creciendo la concienciación de la gente sobre la posibilidad de reclamar ante este tipo de delitos. Y lo dan cualitativamente, pues los delitos son cada vez más complejos al ser cada vez más complejas la tecnología y las formas de comisión empleadas por los criminales informáticos.
-¿Ha detectado algún nuevo delito informático distinto a los que hasta ahora se registraban ?
-Tenemos algún caso de acoso moral que viene referido en la memoria del Servicio de Criminalidad Informática de Granada. Se trata de un asunto de hace tiempo en el que presentamos una querella en nombre de la República de Austria en defensa de un ciudadano. Existe otro caso del que no puedo dar mucha información, pero que afectaba como perjudicado a un parlamentario, también sometido a acoso durante bastante tiempo, y que estará ya en proceso de calificación.
-¿Se le puede denominar acoso cibernético?
-En ambos casos se trata de un acoso por medios informáticos. Internet no deja de ser un instrumento más que usan los acosadores para coaccionar a las personas que adoptan como objetivos de sus ataques.
-Seguramente habrá muchos internautas que se hayan sentido acosados y no sepan que es una conducta denunciable.
-Seguramente, y hay que decir que lo mismo que denunciaríamos un seguimiento continuo por la calle o la realización de llamadas telefónicas continuas a una vivienda, este acoso a través de las redes sociales o a través de mensajes de correo electrónico es absolutamente denunciable y tiene una respuesta penal.
-Hablemos de las redes sociales. ¿Cree que se han convertido en aliadas de ese tipo delincuentes informáticos?
-La red es un espacio público más, como la calle, el entorno de trabajo o el entorno educativo. No es que sea un aliado más, todo depende de hasta qué punto cedamos nuestra intimidad. Si tú publicas tu perfil y permites que éste sea de acceso público, lógicamente estás proporcionando información que puede ser usada en tu contra, pero no más de lo que puede pasar si tú haces pública parte de tu información privada en el mundo analógico. En ese sentido, la red no debe entrañar más riesgos que en la vida cotidiana. Lo que pasa es que, actualmente, el avance de la tecnología hace que llevemos siempre un dispositivo electrónico, generalmente con acceso a internet, encima, y eso hace que el entorno de acoso lo lleves contigo, lo que implica que el acosador se haga más presente y convierta en permanente su acto hostil, con lo cual el ataque a tu intimidad es cada vez mayor. No te salvas estando en tu casa; solamente desconectándote de internet y de todas sus ventajas quedas libre de ese acoso. Ése el gran problema que tienen las redes sociales: es un campo mucho más cercano a la persona y de conexión permanente.
-¿Se han detectado en Granada delitos cometidos a través de las redes sociales?
-No. Ni entre mayores de edad ni entre menores. Sólo hemos detectado los casos de acoso a través de correo electrónico que he referido antes. Y ambos sólo pueden ser considerados delitos informáticos por el empleo del medio, pero para nosotros no serían estrictamente delitos informáticos, pues no aprovechan las ventajas de la red. La utilización de una red social sí sería ya, a mi juicio, un delito informático, porque sí haría uso de las ventajas que proporciona: el contacto permanente y esa plena disponibilidad del individuo.
-Entonces, el uso de la red social está siendo normal.
-Es un uso normal, aunque haya un uso a veces delictivo, asociado a una falta de educación o de conciencia cívica de los adolescentes en internet. Antes se insultaba o se denostaba a un compañero con el boca a boca. Ahora usan Twitter o Tuenti para realizarlo, pero es el mismo acto que realizan en la vida cotidiana, lo único que pasa es que quedan rastros. La utilización de estos medios para cometer actos tradicionales, como puede ser insultar, tiene el problema añadido de que es permanente en internet, no se olvida. De ahí a que se esté reivindicando un derecho al olvido.
-¿En qué consiste ese derecho al olvido?
-Es un concepto que yo le oí hace muchos años a un catedrático de Derecho Civil de Granada, el profesor Guillermo Orozco, y hace referencia a una ampliación del concepto de cancelación de datos. Dentro de nuestro derecho de autodeterminación informativa está el que los datos se borren una vez que dejen de ser útiles para los fines para los que fueron recabados. Eso en internet se ha visto casi reducido a la nada, porque desde el momento en que los motores de búsqueda gestionan tu información sin tu consentimiento, lo hacen de forma automatizada y no puedes evitar que otras personas hagan uso de esa información que pasa a ser pública. El derecho al olvido reivindica que se pongan las herramientas adecuadas para que se produzca efectivamente un borrado real de datos.
-¿Y qué puede hacer una persona si hay una información sobre ella que no quiere que esté en la red? ¿A quién se dirige?
-Existen agencias de protección de datos a nivel autonómico; en Andalucía no, pero sí en otras comunidades. Existe una agencia española de protección de datos y un supervisor europeo de protección de datos. Ésas son las primeras instancias protectoras del ciudadano, además del Defensor del Pueblo y el Defensor del Menor, y son las primeras instituciones públicas que te pueden proporcionar información o asesoramiento sobre las líneas que debes seguir para protegerte.
-Al ritmo que avanza la tecnología, imagino que un fiscal especializado como usted debe de estar continuamente formándose.
-Es necesaria una actualización permanente. Todos los días tienes que estar leyendo mucha información que no tiene nada que ver con el derecho. La mayor parte del tiempo se me va casi en documentarme sobre cuál es el estado de la tecnología informática y cuáles son las consecuencias sociológicas de esos cambios tecnológicos.
-Y a la hora de investigar en este ámbito, ¿cree que harían falta nuevos métodos?
-La informática nos proporciona una gran capacidad para realizar nuevas actividades y, si te da por ser malo, has puesto en desventaja a la sociedad frente a ti; tienes una gran capacidad para hacer el mal. Y eso va a suponer que haya que reequilibrar el estado de fuerzas entre el Estado y el delincuente, lo cual va a suponer que se tengan que adoptar medidas, y no a muy largo plazo, que se puedan considerar inicialmente más intrusivas en la intimidad de las personas. Por ejemplo, actualmente existe un debate bastante intenso entre los profesionales del sector judicial y policial sobre la necesidad de acceder a ordenadores directamente. No hablamos de intervención de las comunicaciones, sino de los equipos informáticos.
-¿Se refiere a 'pinchar' ordenadores?
-Sí, en un término coloquial es así. Es algo que ya a empezado a producirse. Hace unas semanas salió en prensa la noticia de que Japón, por ejemplo, había modificado su legislación procesal para permitir el acceso desde nuestro ordenador a todos aquellos correos o lugares de almacenamiento a los que se pudiera acceder desde el ordenador. Verdaderamente, tendremos que transportar al mundo legal de la investigación criminal lo que estamos desarrollando en el mundo real. Será inevitable intervenir ordenadores en un futuro cercano muy cercano. En cualquier caso, se trataría de una medida que no se adoptaría de forma indiscriminada, sino acorde con la gravedad de un delito.
FUENTE: www.granadahoy.com