Empresas occidentales, incluyendo a Cisco Systems Inc., están preparándose para ayudar a construir un ambicioso sistema de vigilancia en China, una red con hasta 500.000 cámaras que los funcionarios dicen combatirá el crimen pero que los defensores de los derechos humanos advierten podría dirigirse contra la disidencia política.

El programa que está siendo ensamblado en la ciudad de Chongqing y que estará terminado en dos o tres años, está entre los más grandes y sofisticados sistemas de videovigilancia de su tipo en China y, quizás, en el mundo. Denominado "Chongqing pacífica" está tentativamente planeado para cubrir medio millón de intersecciones de calles, barrios y parques en alrededor de 1.000 kilómetros cuadrados, un área un 30% más pequeña que la de Bogotá.

El proyecto resalta la forma en la que empresas occidentales de tecnología venden sus productos en China, Medio Oriente y otros lugares donde existe la posibilidad de que los equipos sean usados con objetivos políticos y no solamente para la seguridad. Los productos van desde software para censurar Internet hasta sofisticados equipos de vigilancia. China en particular ha sido criticada por considerar a la disidencia política como un delito y tiene antecedentes de haber usado la tecnología para reprimirla.

Un análisis del proyecto "Chongqing pacífica" realizado por The Wall Street Journal muestra que se espera que Cisco suministre el equipo de redes que es esencial para operar grandes y complicados sistemas de vigilancia, de acuerdo con fuentes al tanto.

Estados Unidos tiene prohibido la exportación de productos destinados al control de la delincuencia en China (por ejemplo, equipos para tomar huellas digitales) desde la represión en la plaza de Tiananmen, en Beijing, en 1989. Pero las restricciones estadounidenses no prohíben la venta de tecnologías como las cámaras que pueden ser utilizadas de muchas maneras para controlar, por ejemplo, embotellamientos de tráfico o marchas a favor de la democracia. Ese vacío preocupa a algunos críticos. No hay indicios de que Cisco esté vendiendo productos destinados al combate de la inseguridad.

La búsqueda de ventas por parte de las empresas occidentales en China pone de relieve una pregunta fundamental tanto para las empresas como para los estrategas políticos: ¿Deberían las compañías asumir responsabilidad si los gobiernos extranjeros utilizan sus productos para la represión política?

Cisco fue incorporada al proyecto de Chongqing a través de la empresa china de seguridad Hikvision Digital Technology Co., el principal contratista del proyecto, dijeron directivos de dicha empresa y otras fuentes. No está claro si la participación de Cisco ya es oficial, aunque una persona al tanto dijo que está cerca de serlo.

Ejecutivos de Cisco, con sede en San José, California, no quisieron hablar sobre su posible participación en detalle. Un portavoz de la compañía dijo que Cisco "no ha vendido videocámaras o soluciones de videovigilancia en ninguno de los proyectos de infraestructura pública de la empresa en China".

La compañía ha dicho previamente —incluyendo en un blog colocado en junio por su director legal Mark Chandler— que la empresa cumple estrictamente con el control a la exportación denominado "Tiananmen" y no provee ningún equipo que esté destinado de ninguna manera a facilitar su uso represivo.

Cisco es el mayor fabricante mundial de equipos de redes, lo que incluye sistemas de routers y conmutadores que envían datos entre computadoras y conectan sistemas a Internet. La compañía ha generado controversia en el pasado por sus negocios en China.

El proyecto Chongqing también está atrayendo el interés de otras empresas estadounidenses, incluyendo a la desarrolladora de software Intergraph Corp., de Alabama. La firma hizo una oferta a través de Cisco para proveer software, dijo Bob Scott, jefe del grupo de seguridad de Intergraph. También se espera que Hewlett-Packard Co. participe en una licitación de parte de ese proyecto, de acuerdo con un alto ejecutivo de H-P. Fuentes familiarizadas con el asunto dijeron que H-P considera el suministro de servidores o equipos de almacenamiento a "Chongqing pacífica".

Consultado respecto a la preocupación existente sobre el uso político del sistema, Todd Bradley, un vicepresidente ejecutivo que supervisa la estrategia de H-P en China, dijo en una entrevista que la empresa confía en que el uso dado sea el que les dicen en la licitación. "No es mi trabajo entender realmente para qué van a usar los equipos", agregó.

Aunque las ventas de tecnologías de vigilancia a países represivos son permisibles, algunos críticos no están muy de acuerdo. "La comunidad empresarial está escuchando solamente lo que quiere oír y no toma en cuenta el resto", dijo el congresista estadounidense Frank Wolf, un republicano de Virginia, que es copresidente de la Comisión de Derechos Humanos Tom Lantos, un grupo no partidista dedicado a la defensa de los derechos humanos conformado por miembros del Congreso de EE.UU.

Chongqing, una extensa metrópolis en el sudoeste de China, es una de las ciudades más pobladas del país, con una población de al menos 12 millones de personas. Esta ciudad de colinas, con un puerto sobre el río Yangtsé, fue la capital de China entre 1938 y 1945. Hoy está siendo desarrollada como una vía de acceso hacia el interior del país.

La ciudad se ha hecho conocida durante los últimos dos años porque el líder del Partido Comunista local, Bo Xilai, es una estrella política ascendente, que ha impulsado una controvertida campaña de represión contra la delincuencia organizada que algunos abogados han criticado por presuntas violaciones al debido proceso.

Bo declinó comentar para este artículo. Se espera que el político se convierta en uno de los principales líderes chinos el próximo año cuando pase a integrar el Comité Permanente del Politburó, el máximo órgano ejecutivo del país.

El gobierno de Chongqing ha dicho que planea invertir más de US$800 millones en el sistema. Otros US$1.600 millones vendrán de otras fuentes no especificadas, informaron las autoridades de la ciudad. El presidente de Hikvision, Hu Hangzhong, dijo en una entrevista que los fondos del gobierno irán al montaje del sistema central de vigilancia y a la instalación de parte de las cámaras, mientras que otras cámaras serán instaladas por los propietarios de casas, edificios de oficinas y otros inmuebles. Todas estarán conectadas a la misma red.

Los defensores de los derechos humanos dicen que la policía china ha utilizado imágenes tomadas por cámaras de seguridad para identificar a personas en protestas políticas.

El gobierno de Chongqing no quiso hacer comentarios y tampoco los hicieron el ministerio chino de Seguridad Pública ni la Oficina de Información del Consejo de Estado. Los líderes chinos han argumentado desde hace tiempo que mantener la estabilidad social y el crecimiento económico tiene prioridad sobre los derechos políticos.

Hu, el presidente de Hikvision, dice que cree que el objetivo del proyecto es reducir el crimen, no apuntar a los disidentes políticos. "China tiene un muy serio problema de seguridad pública", dijo en una entrevista.

El ejecutivo dijo que el nuevo sistema de vigilancia estará conectado a una red de información que Cisco ya está ensamblando en la ciudad, donde la compañía estadounidense anunció una alianza bajo un programa que llama Smart+Connected Communities (algo como Comunidades Conectadas de Forma Inteligente), una iniciativa bajo la cual Cisco consulta con gobiernos de todo el mundo sobre cómo utilizar la tecnología para enfrentar problemas urbanos como el transporte, la salud y la educación.

En una entrevista en abril con The Wall Street Journal, Bill Stuntz, gerente general del negocio de seguridad física de Cisco, dijo que la compañía considera cuidadosamente cómo son utilizados sus productos en China y no quiere que sean utilizados con fines represivos. No quiso dar detalles específicos sobre proyectos en ese país pero reconoció que las ventas de equipos de seguridad en China se están expandiendo rápidamente. El ejecutivo añadió que Cisco está suministrando productos que incluyen equipos de red y servidores, junto con respaldo para algunos sistemas de videovigilancia, aunque no videocámaras.

China se ha transformado en el mercado para equipos de vigilancia de mayor crecimiento en el mundo, de acuerdo con IMS Research, una empresa británica. Mientras que en EE.UU. y Europa ese mercado crece menos de 10% anual, en China lo hace 23%.

Un informe de 2008 de la agencia de noticias estatal china Xinhua dijo que Beijing tiene 280.000 cámaras instaladas. En comparación, los defensores de la privacidad en EE.UU, incluyendo la American Civil Liberties Union, calcula que Chicago tiene 10.000. La oficina de Nueva York de la institución calculó en 2009 que había 8.000 cámaras en esa ciudad.

 

FUENTE: http://online.wsj.com