El Ayuntamiento de Burgos tiene decidido que instalará cámaras de videovigilancia en las zonas de copas de la ciudad pero tiene algún que otro problema: no sabe ni cuántas ni en qué lugares le van a permitir colocar y esto, además, le impide calcular la partida presupuestaria que deberá dedicar a tal al fin en las cuentas del próximo año.

Así lo indicó ayer el alcalde de la ciudad, Javier Lacalle, quien avanzó que el presupuesto para las 17 que se han solicitado «supera el millón de euros». Por ello, pidió agilidad a la Comisión Regional de Videovigilancia, integrada por responsables de la Delegación del Gobierno de Castilla y León y del Tribunal Superior de Justicia, para que se pronuncien a la mayor brevedad posible. En este sentido, el regidor apuntó que si no hay noticias en un mes y medio, se urgirá a este organismo para que tome una determinación rápida.

El alcalde realizó estas declaraciones tras recibir a los familiares y amigos del joven Sergio Izquierdo, víctima de una agresión en la zona de Las Llanas en las fiestas de Navidad del año pasado. También estuvieron en la cita la concejal de Juventud, María José Abajo, la edil de Seguridad Ciudadana, Gema Conde y el representante de la Asociación Cívica Burgalesa, Raúl Mancha. Éste, al igual que los familiares, siempre muy insistente en la colocación de este tipo de dispositivos de seguridad en las tres zonas de copas de la capital (Llanas, Bernardas y Bernardillas).

Se amplía el dispositivo

En otro orden de cosas, el alcalde recordó ayer que, tras el parón veraniego, el dispositivo policial para las noches de los fines de semana se vuelve a ampliar. Esto ya se produjo hace dos semanas y permanecerá así «hasta pasadas las fiestas de Navidad». Entonces se volverá a reunir la Junta de Seguridad Local y será el momento de decidir si proseguir con el mismo número de agentes o si es necesario realizar algún cambio. Tal y como señaló Conde, este aumento supone que hay, a mayores, entre ocho y diez agentes más en estas zonas.

Este trimestre estará la oficina

El alcalde de la ciudad, Javier Lacalle, recibió a los padres de Sergio Izquierdo con una buena noticia. El Ayuntamiento ha atendido su petición de crear una Oficina de Apoyo a las Víctimas de Violencia Juvenil y ésta, tal y como señaló el primer edil, será una realidad en algún momento de este trimestre.
Aunque aún está por rematar cómo será su funcionamiento, el regidor apuntó que hará hincapié en la «atención psicológica» para las víctimas de este tipo de violencia y destacó que servirá para «ayudar, colaborar y asesorar a personas,  amigos y familias que se hayan visto agredidos»  en una situación de este tipo.
La Oficina se integrará dentro de la Concejalía de Juventud del Ayuntamiento de Burgos, que es la que, en estos momentos, está trabajando en el desarrollo de esta herramienta.
Del mismo modo, en la segunda quincena de este mes de octubre se realizará una campaña educativa en los colegios y en las zonas de copas que contará con la colaboración de los familiares de Sergio, la Asociación Cívica Burgalesa y la Policía Local. El objetivo, divulgar el respeto y la convivencia sana en las noches del fin de semana.

 

FUENTE: www.elcorreodeburgos.com