Pleitos personales entre dos guardias de seguridad privada, generaron que ambos hombres terminaran en el “Catarino Rivas” con heridas de arma de fuego, tras enfrentarse a puros balazos que también alcanzaron la humanidad de un niño de 11 años de edad.

Kelvin Mauricio Vásquez Ocampo (23) y José Amílcar Medina (35), quienes laboran para una empresa de seguridad desde hace unos meses, empezaron un acalorado pleito al momento que hacían cambio de turno, en una distribuidora de motocicletas.

“La discusión empezó cuando Ocampo me reclamó por cosas de trabajo que las volvió personales, de repente miré que agarró su arma y me apuntó, por lo que en ese momento reaccioné y traté de esquivar los múltiples disparos que me hizo, pero con tan mala suerte que una de las balas me hirió la mano izquierda, aunque también le pude disparar”.

Durante el altercado los guardias no se percataron que cerca de ellos, estaba un niño que recién había llegado en compañía de su padre, quien trabajaba también como vigilante en uno de los establecimientos cercanos a la distribuidora, por lo que una de las balas impactó en su humanidad.

“Al escuchar los disparos nos agachamos, pero en seguida mi hijo, me dijo que lo habían herido, por lo que lo tomé entre mis brazos y de inmediato me lo traje al hospital, donde me explicaron que sólo tenía esquirlas de plomo incrustadas en el costado izquierdo de su cuerpo”.

Ambos vigilantes, fueron atendidos en la sala de emergencia del centro asistencial público, pero la peor parte se la llevó Vásquez Ocampo, quien recibió heridas en la cadera y brazo izquierdo; mientras que Medina sólo salió con un disparo en la extremidad del mismo lado.

En cuanto al menor, los médicos de  Pediatría, explicaron que las heridas eran leves y que sanará dentro de pocos días, ya que no recibió plomos completos.

FUENTE: www.latribuna.hn