Por estos días, solo Máximo Kirchner, el hijo del ex presidente Néstor y de la presidenta Cristina, y el propio Lázaro Báez, el empresario que puso el dinero para la construcción, visitan con frecuencia el lugar.

La jefa de Estado lo hace cada vez que viaja a Río Gallegos. Suelen quedarse un rato, en la más íntima de las ceremonias.

El empresario, también pregunta por la marcha de la obra, y poco más. En el área de construcción hay unos 20 trabajadores que se turnan para su construcción, dada la premura del tiempo.

Las medidas de seguridad de la bóveda serán extremas. Además de las puertas blindadas, el mausoleo tendrá seguridad privada las 24 horas. Los antecedentes y la ya famosa necrofilia argentina así lo aconsejan.

FUENTE: ww.eltiempo.com