En el pasado los hombres de ciencia podían sentirse tranquilos. Pero desde unos meses atrás, la seguridad se reconfiguró en estos antes apacibles centros de conocimiento.

El temor llegó a tocar a la ciencia de Irapuato la mañana del sábado y ya tomaron medidas.

Las instalaciones del Cinvestav y Langebio fueron reforzadas con personal de seguridad privada para evitar el paso de personas ajenas a los dos inmuebles. Uno de los accesos al Langebio fue cerrado en su totalidad y sólo se dejó abierta la entrada principal. En total se sumaron otros cuatro vigilantes de seguridad privada.

Directivos de ambos centros de pruebas e investigaciones, hasta el momento no han emitido una postura.

José María Rodríguez, de 27 años, ya vivió el cambio provocado por la psicosis de un ataque. Es originario de Coahuila, y vive aquí desde hace 4 meses.

El sábado se levantó temprano para dirigirse al Langebio, donde tiene que darle seguimiento a varios experimentos que necesitan reportes cada 10 horas, pero ya no pudo entrar.

Duda que sea un ataque dirigido pero toma sus precauciones.

“No es fácil abrir un laboratorio, menos meterse hasta dentro y salir sin que se den cuentan”, relató.

Aunque de forma regular hay revisiones en la entrada, ahora éstas son con mayor rigor.

FUENTE: www.am.com.mx