EU llama supervisión a labor de espionaje en México

* Historia de traiciones y entreguismos presidenciales

* En México basta controlar a un hombre: el Presidente

* Hasta en el futbol se cuestiona cada decisión del árbitro

El domingo pasado, el diario estadunidense The New York Times publicó en su primera plana un artículo en donde revela que Washington pretende incrustar 50 nuevos agentes de seguridad privada en operaciones antinarcóticos de policías mexicanos, además de enviar a más personal de la DEA y otras agencias federales de la Unión Americana.

El diario reveló también que más agentes de la CIA fueron asignados a un puesto de inteligencia (espionaje) en una base militar al norte de México.

La noticia causó estupor e ira entre la población porque, además, dio a conocer el NYT en su artículo que esa base de espionaje era aceptada por el gobierno de Calderón para evadir las leyes mexicanas que prohíben la participación de militares y policías extranjeros en el territorio nacional. Y "para prevenir que tecnología moderna de supervisión (espionaje) de Estados Unidos caiga bajo el control de agencias de seguridad mexicanas, con un largo historial de corrupción."

El rotativo neoyorquino descubre un considerable incremento en el número de espías estadunidenses de diversas agencias federales de la Unión Americana. 

Días antes, el 27 de julio pasado, en un semanario mexicano se publicó una entrevista "sin revelar el nombre del personaje" con un alto funcionario de seguridad de Estados Unidos que dejó al descubierto que la Casa Blanca, con la anuencia del presidente Felipe Calderón, instaló, desde agosto del año pasado, una oficina binacional de inteligencia en Paseo de la Reforma 265, muy cerca de donde están situadas la embajada de Estados Unidos y la Secretaría de Seguridad Pública nacional, justo en el corazón de la capital de la república.

En ese nido de espías estadunidense, consentido y encubierto por las autoridades mexicanas, opera personal del Pentágono, de la Agencia de Inteligencia Militar (DIA), de la Oficina Nacional de Reconocimiento (NRO), la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) del FBI, la DEA, de la Oficina de Inteligencia sobre Terrorismo y Asuntos Financieros (TFI), del Departamento del Tesoro, del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y agentes de la Guardia Costera (CGI).

Además de un número indeterminado de agentes del Buró de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), la misma oficina que hizo el operativo "Rápido y Furioso" a espaldas de Los Pinos, para introducir de contrabando armas de alto poder en territorio mexicano.

* Lansing y su carta para dominar México

Ante tales revelaciones, los diputados se indignaron y uno de ellos se atrevió a decir que lo que más molestaba era el sigilo con que el gobierno de Calderón había hecho esos arreglos sin avisar al Congreso.

A los legisladores no les molestó la violación a la Constitución y que, con consentimiento del Gobierno de la República, México se convirtiera en un gran nido de espionaje estadunidense que, por descontado debe darse, trabaja para Washington, no para los mexicanos.

Sin embargo, la sumisión de los gobiernos de esta nación no es nada nuevo. Viene desde 1847, cuando el presidente Antonio López de Santa Anna, vendió forzado casi tres millones de kilómetros cuadrados del país junto con La Mesilla, a Estados Unidos, y el traidor yucateco Lorenzo de Zavala fue el primer vicepresidente (el presidente era Sam Houston) de la República de Texas, después convertida en el estado de Texas.

La desvergüenza de los gobernantes mexicanos en su entreguismo a Washington, por dinero, prebendas, negocios y otras truculencias, también puso en evidencia la corrupción que había al sur del río Bravo, en la carta al magnate de la industria editorial William Randolph Hertz (iniciador de la basura periodística llamada "amarillismo") enviada por el secretario de Estado de la Unión Americana Robert Lansing (de 1915 a 1920 con el presidente Woodrow Wilson).

El desprecio mostrado en esa misiva hacia los mexicanos y sus gobiernos no tiene límites y queda al descubierto en el contenido epistolar de 1925. No tiene desperdicio:

"México es un país extraordinariamente fácil de dominar, porque basta con controlar a un solo hombre: el Presidente de la República. Tenemos que abandonar la idea de poner en la Presidencia mexicana a un ciudadano americano, ya que eso llevaría otra vez a la guerra.

"La solución necesita de más tiempo: debemos abrirle a los jóvenes ambiciosos las puertas de nuestras universidades y hacer el esfuerzo de educarlos en el modo de vida americano, según nuestros valores y en el respeto del liderazgo de los Estados Unidos.

"México necesitará administradores competentes. Con el tiempo, esos jóvenes llegarán a ocupar cargos importantes y eventualmente se adueñarán de la Presidencia. Sin necesidad de que Estados Unidos gaste un centavo o dispare un tiro, harán lo que nosotros queramos."

Presidentes mexicanos formados en Estados Unidos que "harán lo que nosotros (Casa Blanca) queramos" han sido Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari y Felipe Calderón, quienes estudiaron en la Universidad de Harvard; Ernesto Zedillo Ponce de León en Yale; Vicente Fox, en Coca-Cola Inc; y Ernesto Cordero en Pennsylvania. 

De esta manera, el entreguismo de los gobiernos mexicanos a Washington sigue creciendo y fortaleciéndose.

* Con panistas aumentó la pérdida de soberanía

A partir del año 2000, cuando se iniciaron las administraciones panistas, se han hecho con mayor descaro las cesiones de la soberanía nacional por parte de los gobiernos (porque el pueblo es diferente), a los halcones de Washington.

La Doctrina Estrada que favorece el respeto a la soberanía de los países, así como la libre autodeterminación, la no intervención y dirimir los problemas de las naciones por la vía pacífica, fue violada por Vicente Fox, en febrero de 2000, al dialogar con opositores cubanos en Miami. También lo hizo en marzo de 2002, cuando presionó a Fidel Castro Ruz para permanecer poco tiempo en Monterrey, durante la Conferencia Internacional de la ONU para la Financiación del Desarrollo.

Castro dio a conocer una grabación telefónica con Fox en la que el Presidente mexicano, como buen servidor de Estados Unidos, pidió al líder cubano que participara en la conferencia en la mañana, comiera y se retirara a "donde mejor gustes". Además, le pidió que en su discurso "no agrediera a Estados Unidos o al presidente Bush".

En enero de 2006, Fox volvió a intervenir en asuntos internos de otro país. De Bolivia. Quería que el gobierno de Evo Morales le vendiera su gas a México, con el fin ulterior de vendérselo a su vez, como un vasallo, a Estados Unidos. 

Evo se negó, y Fox, con desvergüenza y falta de educación, le dijo: "Pues lo van a consumir ahí, o se lo van a comer ahí. Allá ellos. Tienen gas como para exportarlo".

Evo Morales, indígena aymara, con mejores formas y maneras que Fox, sólo le respondió: "no trate de humillarme a mi o a mi pueblo."

* El valor se castiga con la renuncia

La intervención decidida, firme y patriótica del Embajador de México ante la ONU, en calidad de presidente del Consejo de Seguridad de ese organismo, Adolfo Aguilar Zínser, evitó que Fox, que ya estaba decidido a violar la Doctrina Estrada, se formara a lado de Estados Unidos como aliado para invadir Irak porque "tenía armas químicas de destrucción masiva y misiles", lo cual resultó ser una gran falacia.

Aguilar Zínser dio la cara por México, pero tuvo que renunciar a su puesto diplomático.

Felipe Calderón, también en un acto contra la Constitución, se alineó con el Presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, lo cobijó en México y tomó una postura que impide el principio de no intervención. En el Distrito Federal, a Zelaya se le instalaron sus oficinas como Presidente de Honduras.

En declaraciones a la cadena radiotelevisiva BBC de Londres, José Luis Gómez del Prado, presidente del Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre la utilización de mercenarios, señaló que desde 2009 solicitó al gobierno de Felipe Calderón una explicación sobre la presunta participación de empresas de seguridad estadunidense, "sin que hasta el momento hayan obtenido respuesta".

Desde hace años (una década) en México, empresas privadas de seguridad compuestas por militares estadunidenses, venden sus servicios principalmente en el campo de la protección de intereses privados, formación y asesoramiento. El actual Gobierno utiliza a esos mercenarios para el cuidado de algunos pozos petroleros, con muy pocos resultados porque prevalecen cuantiosos robos en los ductos de Pemex. Son, simplemente, espías con autorización.

Hoy, con lo descubierto por el NYT y la BBC de Londres sobre la entrega incondicional del Gobierno mexicano a Estados Unidos y el irrespeto a la soberanía nacional, quien ha salido más averiado de lo que ya estaba es el presidente Calderón.

Siguen acumulándose graves faltas al Gobierno panista a 11 meses de la elección presidencial.

En México todo sigue igual. No pasa nada...Hasta que pase.

* De buenas, malas y peores

En los últimos días, que se han jugado diversos partidos de futbol amistosos o de la FIFA, en la radio y la televisión mexicanas han aparecido una serie de cronistas deportivos que tienen la mala formación profesional de criticar todas las decisiones de los árbitros para defender, con o sin razón, al equipo tricolor. En una de esas trasmisiones apareció el árbitro Edgardo Codesal, que fue aquel bárbaro que pitó en el último minuto del juego en el Campeonato Mundial de 1990 entre Argentina y Alemania un penal en contra de los albicelestes. Ese personaje es quien más critica los señalamientos arbitrales. Esto no demuestra más que el irrespeto permanente del mexicano por la autoridad, avalado por los medios de comunicación irresponsables. Se trata de un mal nacional que sigue haciendo mucho daño y nadie parece advertirlo. *** Y hasta la próxima semana, en este mismo espacio.

FUENTE: www.oem.com.mx