No es una presentación de ventas que se escuche con frecuencia en el Valle del Río Grande. Aquí, los agricultores y los ganaderos –acostumbrados a regatear los precios de la comida, los derechos de irrigación y los costos de mano de obra– cuentan con una nueva opción deducible de impuestos para mejorar sus negocios.

Y la compañía que se las ofrece promete arriesgar todo por su cliente.

International Security Agency (ISA), empresa de seguridad privada con oficinas en Colorado y Houston, anunció la semana pasada en McAllen que ya recibió permiso del Departamento de Seguridad Pública para operar de manera local. Su misión es impedir la violencia del narcotráfico en Estados Unidos. La publicidad es una mezcla de patriotismo, política y seguridad, y se ajusta bien al espíritu clasemediero del oeste: si el Gobierno no puede proteger a sus ciudadanos, la seguridad dependerá de ellos.

“Amo a mi país”, comenta el presidente de ISA Jerry Brumley. “Si yo fuera rey o emperador de Norteamérica, haría exactamente lo mismo que Ronald Reagan. [Dijo Reagan:] ‘¿Saben algo? Si lastiman a un ciudadano norteamericano –y no me importa dónde estén– voy a ir tras ustedes’. Y estamos en Norteamérica”.

La presentación de la semana pasada ante empresas, agricultores y ganaderos del área de McAllen, incluyó recortes de periódicos en los que se destaca la violencia en la frontera: imágenes de las consecuencias de un coche bomba en Ciudad Juárez, video de visión nocturna de unos contrabandistas dejando sus cargamentos en el Río Grande, persecuciones en auto que terminan con un vehículo sumergido en el río –incluso una animación de Glenn Beck en la que compara a los narcos con los terroristas y grita que el gobierno se niega a hacer algo al respecto.

La presentación de la compañía explica a cualquier posible cliente que contratará algo más que un guardia de seguridad. La publicidad demuestra lo que es un “cuadro” estilo militar, junto a una fotografía de un soldado camuflado levantando un arma y apuntando. Pero Brumley indica que su traje no significa que siga las reglas tradicionales sobre el hecho de abrir fuego sólo después del agresor.

“Nuestra idea es que si alguien me levanta un arma y siento que mi cliente o yo estamos en peligro, voy a tomar medidas”, comentó Brumley. “No voy a perder a un norteamericano porque mis reglas al respecto dicen: ‘Pues la verdad es que ellos deben disparar primero para abrir fuego’”.

Al preguntársele si el gobernador Rick Perry cree que tal seguridad privada es necesaria en la frontera, o si le preocupa que la compañía actúe fuera del ámbito de la ley, una vocera optó por criticar al Gobierno federal.

“Seamos claros: es responsabilidad del Gobierno Federal proteger a los norteamericanos asegurando la frontera internacional entre Estados Unidos y México”, comentó Katherine Cesinger, secretaria de prensa de Perry. “Puesto que el gobierno federal no está cumpliendo con esa responsabilidad, es desafortunado pero no sorprendente que los ciudadanos que viven a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México se sientan tan inseguros en su propia casa que busquen contratar seguridad privada”. Cesinger añadió que Perry creó el Ranger Recon Teams en 2009 para abordar el aumento a los robos en casas rurales mediante la identificación de rutas de contrabando de alta intensidad en áreas remotas a lo largo de la frontera.

La dependencia de Brumley, la cual existe desde 1977, menciona su acceso a alrededor de 350 guardias, cuyos historiales dependencias locales, estatales y federales y las fuerzas armadas –incluso francotiradores y miembros de las Fuerzas Especiales. Brumley agregó que la dependencia ha operado en 33 países de todo el mundo, incluyendo varios de Latinoamérica. Al preguntársele con insistencia si la compañía ha trabajado en México, Brumley se limitó a comentar que “muchos de sus agentes han estado en México”.

La firma es considerada por el Texas DPS como una “Compañía de Investigación”, de la que el código de ocupación del estado indica que está autorizada a recabar información sobre “crímenes o males contra algún estado o contra Estados Unidos”, y “participar en el sector de la seguridad, o aceptar proteger a una persona de daños corporales mediante el uso de un agente de protección personal”. También es clasificada como una “Compañía de Protección” cuyo propósito es impedir la entrada, latrocinio, vandalismo, abuso, incendio o acceso sin autorización a propiedad privada y para proteger a una persona de daños corporales, incluyendo por medio del uso de un guardia de protección personal”.

El objetivo de la firma no es hacer frente a cárteles o a contrabandistas o poner fin a la guerra contra las drogas, de acuerdo con Brumley, quien ve tales grupos ilegales como un negocio más, con una clientela en Norteamérica más que dispuesta a impulsar sus empresas.

“Hay que respetarlos porque están dirigiendo sus negocios”, comentó.

Levanta críticas

propuesta de firma

La propuesta de ISA despertó el interés de al menos un legislador fronterizo, quien comentó que planea contemplar lo que ofrecen compañías como ISA.

“Ésa debe ser responsabilidad del Estado, no de contratistas privados”, comentó el senador estatal Juan “Chuy” Hinojosa, demócrata por McAllen y veterano del Cuerpo de Marina de Estados Unidos. “Vean el desastre que tenemos en Irak con Blackwater. No estoy a favor de que compañías de seguridad privada vengan y hagan el trabajo de la ley siendo que aquí contamos con agentes y dependencias que responden directamente a nosotros, la Legislatura de Texas”.

Brumley cuestiona las comparaciones con Blackwater Worldwide, antiguo nombre de la controversial firma de seguridad contratada por el Departamento de Estado para servicios en Medio Oriente, incluyendo Irak y Asia. Firmas como ésas, comenta, contratan a ex soldados y a funcionarios de inteligencia inmediatamente después de que ingresan al sector privado. En cambio, la edad promedio de los empleados de ISA es 33, lo cual, comentó, representa agentes más maduros y no cualquier guardia.

Quien solicita formar parte de ISA debe ser ex militar con al menos cuatro años de servicio y una baja honorable, agente federal o civil con al menos dos años de servicio, un oficial de seguridad con seis años de experiencia o agentes de protección personal con más de tres años de experiencia.

Sus estándares, de acuerdo con Brumley, son parte del motivo por el que la dependencia se hizo de clientes de perfiles sumamente altos como el ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney y la Convención Nacional Demócrata tras haber obtenido la aprobación para operar en Estados Unidos en 2007. La compañía jamás ha sido acusada de algún delito ni ha perdido a un cliente, añadió.

Pese al tono accesible de la publicidad, pensado para vender la idea de que todos los ciudadanos o residentes legales tienen derecho a estar libres de temor en este país, los servicios de Brumley podrían estar fuera del alcance del agricultor o ganadero promedio de la frontera. Los servicios van de los cientos a los miles de dólares por agente, dependiendo del servicio y de la cantidad de tiempo que se pida. El patrullaje de un pequeño terreno desocupado cerca de la frontera –un par de cientos de acres, por ejemplo– costaría alrededor de 200 dólares diarios por agente. Pero Brumley comentó que lo ideal sería un mínimo de dos agentes por equipo y turnos rotativos a fin de abarcar las 24 horas. Cerca de 2 mil 500 dólares diarios por agente sería el precio por servicios más completos, desde vigilancia y protección personal hasta vehículos blindados con agentes armados.

Un terrateniente que asistió al evento de McAllen y pidió no ser mencionado por su seguridad indicó que los precios serían demasiado altos para personas como él. Añadió que sólo posee medio acre a unas 15 millas de la frontera, donde ha presenciado el tráfico de drogas y de personas.

“En mi situación no podría darme el lujo de pagar por este tipo de protección”, comenta. “Me encantaría poder pero creo que fue pensado para niveles más altos –alguien con más recursos que necesita protección”.

Brumley comentó que el precio se debe a la calidad del servicio. La gente siempre tiene la opción de contratar a un guardia de seguridad por alrededor de 13 dólares la hora, si eso es lo único que necesita.

“Damos un servicio de mayor calidad”, comenta. “Nuestros agentes se interpondrán entre usted y el malhechor. ¿Que el precio es alto? No podría ser barato. Pero si lo obtienen de regreso con sus impuestos [como un gasto empresarial], ¿en realidad es tan caro?”.

FUENTE: www.diario.com.mx