En una entrevista a DIARIO LA PÁGINA, el comisionado Raúl Ernesto Ortiz Mancía, de la División de Registro y Control de Servicios Privados de Seguridad, sostiene que muchos de los hechos lamentables que se dan en este sector es por el descontrol que hay, empezando por la falta de capacitación a vigilantes, hasta los vacíos que tiene la ley.

"La ley actual, que ya tiene diez años tiene muchos vacíos, uno de ellos es que para desempeñarse como agente de seguridad privada debe tener un curso de la academia, que dura apenas una semana", dijo Mancía.

Actualmente la PNC trabaja en una propuesta para nueva ley que sirva para mejorar los requisitos que debe llenar un agente de seguridad privada y además para que la PNC logre tener un control de las armas que tienen estos servicios.

Sin embargo, más allá de ser un problema netamente de legislación y entrenamiento, los recientes y múltiples casos a manos de agente de vigilancia privados también apuntan a problemas de tolerancia y personalidad.

Precisamente, este lunes, con motivo de celebrarse el día de la salud mental, el Ministerio de Salud reveló que El Salvador se ubica en el tercer lugar con personas que presentan algún tipo de transtorno mental.

La intolerancia es la acción de no tolerar o soportar a las expresiones que se oponen a determinado tipo de valores o ideologías. Muchas veces la intolerancia se relaciona con el miedo y con el temor a lo desconocido, convirtiéndose todos en sentimientos negativos no sólo en individuos sino también en conjuntos sociales enteros.

Numerosos casos recientes

Entre los casos más recientes de violencia a manos de vigilantes privadso figura el caso de un agente que fue asesinado por su compañero de trabajo en un parqueo del centro comercial Plaza Merliot, el pasado 25 de septiembre.


La victima fue identificada como José Rivas, de 37 años de edad, quien murió de un disparo en la sien, cuando su compañero de trabajo Rafael Antonio Flores, de 33 años sin pensarlo le disparó.

El hechor huyó de la escena del crimen, dejando a Rivas muerto en el parqueo oriente del centro comercial. La Policía fue alertada y logró capturar a Flores en un bus a la altura de la Ceiba de Guadalupe. Según informó, el hechor como la víctima tenían problemas personales que terminaron en el fatal desenlace.

Otro caso reciente es del cabo de la Policía Nacional Civil (PNC) que fue asesinado por un vigilante, cuando este le disparó en una agencia bancaria el 15 de septiembre de este año. El agente murió en el Hospital Nacional San Rafael.

El vigilante, identificado como José Roberto Sibrián, quien intentó huir y disparó contra agentes policiales que llegaron al lugar, hiriendo de bala a un peatón que caminaba cerca del banco.

En otro caso, el 28 de enero de 2011, el taxista Marvin Oswaldo Chávez Flores, de 33 años de edad, murió a consecuencia de tres disparos en el tórax, cuando el vigilante Gregorio Argueta le disparó, en la gasolinera Esso, sobre la 49 avenida sur y 12 calle poniente de San Salvador.

Argueta de 48 años, quien trabajaba como agente de seguridad de la estación de servicio -según informó el 911- asesinó al taxista porque este no le quiso pagar un dólar por parquear en la estación de servicio.

El vigilante fue capturado cuando se daba a la fuga, la detención la realizaron agentes que se encontraban en los Juzgados Especializados, ubicados contiguo a la gasolinera, que al ser alertados por los disparos cubrieron la emergencia.

Tembién, el 1 de diciembre de 2010, Domingo Conrado Abarca Durán fue asesinado por un vigilante de una empresa privada de seguridad, al interior del restaurante Típicos Margoth, ubicado en la 77 avenida norte y pasaje Itsmania, de la Colonia Escalón.

El homicidio fue aproximadamente a las 9:50 de la mañana, cuando la víctima se encontraba cancelando dos pavos horneados que serían parte de la cena de año nuevo.

Según las indagaciones, Oscar Armando Morán Godínez, molesto por que Abarca Durán no se había estacionado donde él le indicaba le disparó en el brazo derecho, con una escopeta 12 milímetros.

La víctima cayó al suelo, mientras que el vigilante hizo un intento por salir del interior del lugar. Agentes de la PNC fueron alertados del hecho e inmediatamente se dirigieron al lugar.

El imputado al escuchar las patrullas, regresó al lugar donde se encontraba la víctima y le asestó otros dos disparos, los cuales terminaron con la vida de Durán, ya que fueron directamente a la parte del pecho.

Abarca Durán fue enviado a prisión por el delito de homicidio agravado y condenado a 30 años de cárcel.

 

FUENTE: www.lapagina.com.sv