Un GPS bajo la piel: el narcotráfico alimenta el negocio de la seguridad privada en México

 

Desde que la guerra contra el narcotráfico en México alcanzara cifras escalofriantes, los mexicanos pudientes decidieron tomar todo tipo de precauciones: desde blindar la carrocería de sus coches hasta implantarse un chip de localización.

Los mexicanos acaudalados se implantan GPS debajo de la piel, blindan la carrocería de sus todoterreno y contratan a guardaespaldas que les siguen en camionetas armadas cuando van al centro comercial.

Mientras que por una parte la despiadada guerra del narcotráfico ha espantado a los turistas y los dólares de los inversores, por otro lado está alimentando un sector industrial muy específico: los servicios de seguridad privada.

En los cinco años transcurridos desde la llegada al poder del presidente Felipe Calderón y su guerra declarada a los cárteles de las drogas, México ha sufrido 47.000 asesinatos y las cifras de secuestros y extorsiones se han disparado.

En ese mismo periodo, la principal firma de servicios de seguridad de México, Multisistemas de Seguridad Industrial, dice que ha crecido en un 70 por ciento.

La compañía emplea actualmente un ejército de más de 10.000 guardias de seguridad privados (entre ellos muchos exsoldados) con licencias de armas para proteger a los 2.500 clientes que tiene en México.

Muchos extranjeros, como estrellas de Hollywood, diplomáticos y empresarios, también contratan operativos de guardaespaldas cuando viajan por México.

En México hay más de 10.000 firmas de seguridad, que ingresan al año más de 3.000 millones de dólares, en torno al doble de lo que facturaban en el año 2006.

Las compañías se centran fundamentalmente en proteger a la minoría acaudalada, con muchos servicios cuyos precios están fuera del alcance de la clase media. Contratar un guardia de seguridad armado privado cuesta una media de 3.000 dólares al mes, mientras que blindar un coche cuesta entre 30.000 y 50.000 dólares.

El sueldo mínimo diario en México es de 5 dólares al día.

El portavoz de Multisistemas, Gabriel Avalos, dice que la empresa trabaja para proteger a sus clientes las 24 horas del día, desde su casa al trabajo y durante sus actividades de ocio.

“Trabajamos con los hábitos de los clientes, para que no sean víctimas de secuestros o de otros delitos”, afirma. “Les ayudamos a construir círculos de confianza, tanto entre sus amistades y familiares, como entre sus empleados y demás contactos. En la mayor parte de los secuestros está implicada una persona de dentro de su entorno”.

En 2010 la policía mexicana recibió 1.847 denuncias de secuestros a cambio de rescate, una de las cifras más altas del mundo. Algunas entidades aseguran que por cada secuestro que se denuncia hay hasta otros 10 que no lo son, ya que los delincuentes amenazan con matar a las víctimas si se implica a las fuerzas de seguridad.

Las bandas de secuestradores son conocidas por torturar y mutilar a sus víctimas para presionar a los familiares y lograr que paguen los rescates.

La mayor parte de las empresas de seguridad protegen también a sus clientes con sistemas GPS, que pueden llevar en sus coches o bajo la ropa. Otros van un paso más allá y se colocan una pulsera que no se pueden quitar, algo parecido a la tecnología que se usa con algunos reos en libertad condicional.

Una empresa llamada Xega incluso vende un microchip de seguimiento que se puede implantar debajo de la piel. El aparato, que es del tamaño de una moneda, se suele colocar entre el hombro y el codo.

“Ofrecemos una solución que hace que las familias se sientan seguras y tranquilas”, afirma Xega en su publicidad. “Tenemos un sistema de primer nivel mundial que evita los secuestros y las emergencias. Está diseñado para funcionar en los lugares más peligrosos de América Latina”.

Algunos activistas pro derechos humanos temen que el creciente ejército de guardias privados de seguridad genere un incremento problemático en las calles de pseudo vigilantes armados ilegalmente.

A mediados de enero la Policía del estado sureño de Oaxaca anunció que había cerrado 21 firmas de seguridad por operar sin las licencias adecuadas.

Un matón de la banda Manos con Ojos que vendía drogas y realizaba secuestros en la zona de México D.F. ha asegurado que llegó a trabajar en una empresa de seguridad privada.

En Multisistemas, no obstante, aseguran que investigan y forman cuidadosamente a todos sus empleados.  “Nuestros clientes nos entregan las llaves de su casa, así que tenemos que tener mucha confianza”, señala Avalos.

Añade que ninguno de sus clientes ha sido víctima de un secuestro y ninguno de los guardias de la empresa ha participado en los últimos años en ningún enfrentamiento armado.

“Nuestra filosofía es prevenir, no luchar”, subraya.

FUENTE:Lainformacion.com