Con la llegada al país de la compañía Longport, lo que se ha desatado es una virtual guerra entre empresas proveedoras de servicios de seguridad de la aviación civil por el lucrativo mercado de seguridad privada de las aerolíneas, y con lo cual ha resultado seriamente perjudicada Swissport Dominicana.
La provisión de este tipo de servicios no se encontraba regulada en República Dominicana, hasta que el Cuerpo Especializado en Seguridad Aeroportuaria (CESA) enmendó el Programa Nacional de Seguridad de la Aviación Civil (PNSAC), e hizo obligatorio que estas empresas deben ser ordenadas para prestar sus servicios.
En tal sentido, en fecha 22 de enero de 2010, el CESA promulgó el "Reglamento de Acreditación de los Proveedores de Servicios Privados de Seguridad de la Aviación Civil"; y creó una unidad administrativa denominada Dirección de Acreditación y Certificación, desde sus inicios y hasta la fecha bajo la tutela del coronel piloto José Leonardo García, de la Fuerza Aérea Dominicana.
Es bajo esa normativa que han de operar estas empresas, y de manera gradual han ido acogiéndose a la misma, siendo las pioneras en acreditarse: Longport, Servair, y Swissport Dominicana.
Asimismo el PNSAC, en 6.7. Protección de las Aeronaves, exige que los explotadores de aeronaves serán responsables de la seguridad de estas, bajo la supervisión del CESA; por lo que muchas aerolíneas contratan a estos proveedores para brindarles la seguridad de sus aviones.
Un lucrativo negocio
Aunque las empresas son muy celosas acerca de los montos de sus contratos para prestación de servicios, se reconoce que brindar seguridad a las aerolíneas es una buena transacción.
El concepto para la fijación de las tarifas dependerá de una serie de factores, incluyendo la cantidad de servicios de seguridad ofrecidos y de personal empleado para las operaciones contratadas, utilizando en sus acuerdos comerciales criterios estandarizados definidos en el documento Airport Handling Manual (AHM) de la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA).
Buenos cobros en dólares americanos y bajos salarios en pesos dominicanos, es una ecuación que suena muy bien para la rentabilidad de esos negocios.
Longport se está comiendo la mejor parte del pastel
Longport, empresa dedicada exclusivamente a la seguridad de la aviación civil y con gran presencia en cuatro países sudamericanos (Argentina, Colombia, Ecuador, y Perú; siendo más fuerte en Colombia, donde cuenta con una plantilla de más de 500 empleados), parece que llegó de la nada, aunque afirman algunos que está apadrinada por uno de los grandes jeques de la aviación civil dominicana.
Como carta de presentación, le ha arrebatado a Swissport Dominicana dos de sus mejores clientes: American Airlines y Spirit Airlines. Eso ha obligado a Swissport a despedir más de 100 empleados en los últimos dos meses.
Las compañías Consignatarias de Aeronaves tienen la ventaja que negocian sus servicios como paquetes, incluyendo los de seguridad; pero que se cuiden de Longport.
Hasta ahora, Servair no ha caído en sus garras, pero conseguir a Jet Blue pondría a soñar a cualquiera, dada la gran cantidad de operaciones que tiene en el país esta aerolínea de bajo costo.
De igual modo, entendemos que será cuestión de poco tiempo para ver desaparecer de este mercado a otras empresas de seguridad que aparentemente no se han adaptado a las nuevas realidades del entorno.
Servicio y recursos humanos serán la clave
Este panorama de competencia es saludable y bueno para la aviación dominicana. Quien quiera competir, sabe que tendrá que emplear los mejores recursos humanos, y reconocer que los especialistas en seguridad merecen salarios y condiciones de trabajo adecuados.
Unido a lo anterior, la calidad del servicio será la clave.
Nombrar a amigos, para que aprendan sobre la marcha, deberá ser una práctica del pasado.
Y a los que no lo quieran entender, los exhortamos a que se den una vueltecita por las oficinas de Longport, sólo para que vean la gran cantidad de especialistas extranjeros que tienen disponible para la conquista de este mercado.
Categóricamente afirmamos que nuestra nación cuenta con talento igual o superior a esos expertos extranjeros, sólo hay que darles la oportunidad y olvidarnos del fatídico Complejo de Guacanagarix.
FUENTE: elviajero.com.do