Manual de necesidades y demandas argentinas para el próximo presidente

Antes de concurrir a las urnas el próximo domingo y comenzar a elegir al futuro presidente, conviene hacer un ejercicio para aclarar las prioridades, las necesidades y demandas insatisfechas de los argentinos. Está claro que las palabras impactantes como fondos buitre, dólar contado con liquidación o efedrina no están entre esas urgencias. Pero el porvenir seguirá siendo oscuro si los candidatos no comprenden la magnitud de lo que nos falta para convertirnos en un país en tránsito hacia el desarrollo. Desde que comenzó la recesión, los argentinos tienen escasas posibilidades de conseguir nuevos empleos en las empresas privadas. Y los empleos estatales son para quienes tienen conexiones políticas.


*Los argentinos no ahorran: consumen para intentar ganarle a la inflación. Pero casi siempre pierden.
*Los argentinos no tienen demasiadas chances de acceder a créditos hipotecarios a tasas razonables.
*Los argentinos tienen enormes dificultades para ser bien atendidos en los hospitales públicos. Y la medicina privada es cada vez menos accesible.
*Los trenes en los que viajan los argentinos y las rutas por las que se desplazan están en condiciones deficitarias y, muchas veces, deplorables.
*Los argentinos viven en condiciones muy precarias de seguridad, con hurtos, robos y secuestros seguidos de muertes. Y sólo algunos sectores acceden a la seguridad privada o a vivir en barrios cerrados.
*500 mil adolescentes argentinos dejan la escuela secundaria cada año. Y un tercio de ellos pasa a la alarmante condición de ni ni (ni estudia ni trabaja).
*En los últimos diez años, aumentó un 300% el consumo de cocaína y un 1200% el consumo de éxtasis.
*El 51% de los argentinos aún no tiene cloacas.
*11 de cada 1.000 niños argentinos se muere antes de cumplir un año, por desnutrición o enfemedad.
*Y aunque no se publican cifras oficiales sobre pobreza, la estimación privada más seria indica que
12 millones de argentinos son pobres o indigentes.

Es conveniente que el próximo presidente evalúe correctamente como asignar mejor las partidas del presupuesto. El dinero perdido en los proyectos faraónicos e imperdonables, en los gastos innecesarios y en la corrupción es dinero que se le resta a estas prioridades. No parece tan difícil. Si la tolerancia y la sensatez llegan a ser atributos del ciudadano que gane las elecciones, es muy probable que la Argentina sea, dentro de cuatro años, un país más feliz.


Fuente: cronista.com