La justicia avanza en la hipótesis del autorrobo en el caso de los viáticos del vuelo presidencial. El martes declararon las dos personas que acompañaron al empleado de Casa de Gobierno que llevaba el dinero hasta su vivienda de Palermo y ninguno de los dos pudo afirmar que el hombre haya sido asaltado por dos ladrones, tal como él declaró. Al margen de esos testimonios, los investigadores todavía no hallaron ningún testigo circunstancial del presunto robo y las cámaras de seguridad de los comercios de Malabia al 1600 no aportaron ninguna luz al caso.
“Pará que yo me bajo acá”, le dijo el empleado de la Casa Militar de la Presidencia Rodolfo Stefanon al chofer Sergio Federick, quien conducía el auto oficial en que el miércoles pasado transportaba 68 mil dólares y 17 mil euros para la tripulación del Tango 01, que finalmente partió junto con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner hacia Medio Oriente. Ni Federick, ni el suboficial de la Fuerza Aérea Cristian Vázquez notaron nada que les llamara la atención. Ellos debían seguir viaje hasta Aeroparque y eso hicieron. Un rato más tarde les informaron que Stefanon había denunciado un robo instantes después de aquella escena.
Así lo declararon el martes ante el fiscal federal Patricio Evers. Se trató de los dos primeros testimonios directos sobre el episodio que recabó el representante del Ministerio Público, quien descartó –por ahora– llamar a declarar al propio Stefanon.
Ocurre que si lo citara hoy, debería hacerlo en calidad de “testigo”, y no está claro que esa vaya a ser la figura que se desprenda de la investigación. De hecho, si un signo distintivo tiene la investigación, de la que está al tanto el juez Rodolfo Canicoba Corral, es la desconfianza.
El chofer reconoció que en otras oportunidades había trasladado a Stefanon después de que retirara dinero de la sede de la Jefatura de Gabinete. Pero para el suboficial Vázquez, según declaró ante Evers, la situación fue novedosa, ya que se subió al vehículo oficial como “un favor” porque debía ir hacia Aeroparque.
Pero ese no es el único aspecto que pone en la mira a Stefanon: los investigadores “caminaron” la zona de Palermo en la que se produjo el robo y no encontraron testigos. La pista de una mujer que dijo haber visto la escena del arrebato se diluyó rápidamente. Y las filmaciones de cámaras de seguridad tampoco aportaron una sola imagen en la que se vea a dos ladrones en moto escapando con la mochila repleta de dinero.
FUENTE: www.online-911.com