El min. de Seguridad Interna y Externa, vicealmirante Homero Arellano, considera que mucha delincuencia no surge de la necesidad sino que son bandas organizadas, y hay que aplicarle mano dura para frenarla. Cree que este año el Municipio de Guayaquil se sumará al plan de seguridad gubernamental y es partidario de que algún ministerio se traslade a Guayaquil para combatir directamente el tema de la inseguridad.

Su presencia en el gabinete significa un cambio de timón. ¿En qué se estaba fallando y qué corregirá?

Más que hacer un análisis crítico de lo que se venía haciendo quiero potenciar que hubo una etapa de planificación en el tema de seguridad basado en el respeto a los derechos humanos y el buen vivir, pero creo que ahora esa planificación va a ser llevada a la práctica en las calles, disminuyendo los índices de inseguridad, que es la principal preocupación de la ciudadanía, según estadísticas.

¿Cómo llevar a la práctica los cinco ejes que anunció el presidente Rafael Correa para combatir la inseguridad? 

En el tema de la participación directa de Fuerzas Armadas es algo que ya está sucediendo. Las FF.AA. no solamente están para actuar frente a las amenazas externas sino también a las internas, que desestabilizan democracias y que son el crimen organizado, narcotráfico. Estamos hablando de bandas que no son necesariamente gente pobre sino personas que tienen vehículos, tecnología, armas, comunicaciones.

¿Los militares están preparados para la misión de la seguridad interna? 

También vamos a actuar con la Policía Militar, que existió siempre para precautelar la seguridad de las instituciones militares, pero ahora vamos a potenciar a esa unidad para convertirlos en soldados de acuerdo a las necesidades actuales de seguridad.

¿Y a la Policía cómo se la va a apoyar? 

Vamos a tecnificarla. Vamos a impulsar el sistema de cámaras, como el Ojos de Águila de Guayaquil, en todo el país y esos sistemas estarán integrados a un solo número de emergencia, ya basta de los 1-800 homicidios, 911, ciento ni se cuanto, el ciudadano debe llamar a un solo numero y conseguir una respuesta de todas las instituciones de auxilio. En cuanto al recurso humano, sabemos que hay déficit de 18 mil policías que hay que cubrir, por eso vamos a motivar a los jóvenes para que formen parte de la Policía, modificando los sistemas de reclutamiento, de convocatoria y el propio sistema educativo.

¿Qué significa militarizar las invasiones? 

Vamos a proveer seguridad allí, no es que se va a maltratar a la gente. Vamos a tener presencia en esos sitios (noroeste de Guayaquil) donde no hay presencia del Estado. Creo que el término militarizar no es el adecuado. Poco a poco los distintos ministerios vamos a entrar a trabajar en planes sociales. Allí hay traficantes que juegan con la vida de la gente porque controlan la luz, agua, venta de materiales de construcción, eso lo van a impedir las FF.AA.

¿No cree que esa medida más bien se interprete como que de esos lugares salen los delincuentes y con las FF.AA. se las está cercando? No hay que criminalizar al pobre. Yo diría que sí hay delincuentes que se esconden en esos lugares aprovechando que no hay Dios ni ley, pero la gran mayoría es gente buena, engañada por traficantes de tierra que ven frustradas sus esperanzadas de progreso y esa ausencia de apoyo se convierte luego en violencia.

Hemos sido testigos de la violencia contra un ex comandante de la FAE, el Alcalde de Quito, secuestros cerca de la casa del Alcalde de Guayaquil, estamos hablando de una delincuencia que no le tiene miedo a nada, ¿cómo contrarrestarla? 

No son delincuentes producto de la pobreza y necesidad, son bandas organizadas que hay que atacarlas con tecnología, con endurecimiento de las penas, con inteligencia, cooperación ciudadana, solidaridad para alertar al vecino y denunciar, no hay que tener miedo a denunciar.

¿Pero si denuncia la venganza viene de inmediato? 

Cuando haya más unidad porque los buenos somos más, se dificultará la acción de los delincuentes.

El tema de las cachinerías es algo que por décadas nadie lo pudo desterrar, ¿cómo pueden garantizar que este Gobierno lo hará? 

La prensa nos puede ayudar mucho en ese tema iniciando una gran campaña para que nadie compre cosas robadas, porque así estaremos acabando con los robos a domicilios, celulares. ¡No compremos cosas robadas!

Eso como campaña, y ustedes como autoridades, ¿qué van a hacer? En enero se vienen operativos para eliminar todas las cachinerías del país. Ya no va a haber mercados de cosas robadas. La gente no va tener este espacio de venta de cosas robadas, entendemos que hay gente que repara cosas de segunda mano, pero bajo ese pretexto se esconden cosas robadas, ellos deberán probar la legalidad de esos artefactos.

¿Y esa medida no creará más desocupación y con ello más inseguridad? 

Por sobre el empleo de unas cuantas personas está el bienestar de miles de personas.

¿Frenando las invasiones y cachinerías será suficiente para contrarrestar al crimen organizado?

Nada será suficiente. No hay país en el mundo que haya acabado con la delincuencia.

Con tanta violencia en las calles usted no cree que es hora de sumar esfuerzos y dejar a un lado debates estériles entre el Gobierno y el Municipio de Guayaquil en el tema de seguridad. 

Estoy convencido de que las acciones que vamos emprendiendo van a conducir a entendimientos. Yo no voy a hablar del tema político, porque no es de mi incumbencia, pero creo que el Municipio de Guayaquil se sumará al trabajo en materia de seguridad, por ejemplo, compartiendo la tecnología del sistema de cámaras.

¿Dialogaría con el alcalde Jaime Nebot? 

Estoy dispuesto a conversar con quien sea, no tengo ningún inconveniente para que estos temas que pertenecen a la ciudadanía se pongan en marcha.

¿Usted considera que la dinámica de la delincuencia es la misma o distinta en ciudades? 

Es distinta y tiene matices culturales. Por ejemplo, en Pichincha hay ligas barriales que mediante la práctica del deporte alejan las malas costumbres, pero en barrios populares de Guayaquil, por ejemplo, no vemos eso; hay muchas carencias, especialmente en las zonas de invasiones.

Y bajo esa lógica, ¿por qué no se toma la decisión de traer a Guayaquil los ministerios para atender directamente el problema de la delincuencia? 

Efectivamente. A través de Senplades se planifica una desconcentración, que no quepa la menor duda de que si un ministerio tiene que radicarse completamente en Guayaquil tendrá que hacerlo.

En los últimos meses se han capturado bandas integradas por extranjeros, ¿no cree que es necesario revisar el sistema de visas? No hay que estigmatizar el tema de la migración. Hay que optimizar el pasado judicial, los censos, la deportación debe ejercerse con más agilidad, con más inteligencia, y no vamos a permitir que se use la figura del refugio para desplazar mano de obra ecuatoriana.

 

FUENTE: www.eluniverso.com