"Este robo me colocó al borde de la ruina". Por tercera vez en dos años el joyero Raúl Barrionuevo se contactó con la LaCapital para contar cómo le habían robado en el comercio que tiene en el interior del supermercado Carrefour, ubicado a un costado de la avenida de Circunvalación y a metros del arroyo Ludueña. A diferencia de los anteriores robos, ocurridos en marzo de 2009 y febrero de 2010, en el que los ladrones ingresaron al negocio por un hueco del techo, esta vez lo hicieron por la puerta tras cortar con una pinza un candado pasador. Y como si se tratara de un simple trámite, se llevaron una pequeña caja fuerte que en su interior contenía unos 700 gramos de alhajas de oro, varios relojes de primera línea y 70 mil pesos en efectivos.

"Hace 18 años que trabajo con la empresa Carrefour alquilándole locales en diferentes sucursales y sólo en Rosario me pasó que me robaran tres veces. Me voy a replantear seriamente si sigo allí", indicó indignado Barrionuevo, quien reside en la localidad bonaerense de Pilar y es el dueño de la joyería Faraone, el local que ayer fue escruchado, es decir asaltado mientras no hay personas en su interior.

"Después del robo de marzo de 2009 no tengo más empleados. El negocio lo atendemos con mi esposa y dos de mis hijos. Tenemos sólo tres francos al año porque trabajamos de lunes a lunes, y así y todo nos vuelven a robar. El primer robo tuve espalda para levantarme, el segundo me dolió más, pero este no lo entiendo. Me pone al borde la ruina porque no tengo seguro. Es muy difícil que un seguro cubra lo que hay dentro de una joyería", comentó Barrionuevo, de 48 años.

Dentro del súper. La joyería Faraone está ubicada en el interior del hipermercado Carrefour que se levanta en Hernán Pujato y José María Rosa, como se denomina a esa altura la colectora de la avenida de Circunvalación. Faraone es parte de un complejo de comercios que se encuentra dentro del amplio edifico del súper, frente a la línea de cajas, y cuyos locales son alquilados a la empresa de capitales franceses. La joyería está en Carrefour desde hace poco más de 12 años, no tiene sistema de alarma pero está monitoreado por las cámaras de seguridad del monumental supermercado.

“Nunca puse alarma porque nadie va a pensar que te van a robar estando dentro de un mega espacio que tiene seguridad privada y cámaras por todos lados. Por lo pronto, las cámaras de seguridad del súper no llegar a monitorear la puerta de la joyería y la seguridad deja mucho que desear para mi gusto”, indicó Barrionuevo.

Según se pudo reconstruir, la familia Barrionuevo dejó de trabajar el viernes a las 22 y tras guardar la “artillería pesada” en joyas, alhajas y relojes de oro en la caja fuerte, cerró el local. El cofre de seguridad, de unos 50 centímetros de lado y “similar a los que venden en el supermercado”, explicó el joyero, estaba amurado al piso, a un costado de la caja registradora. “Yo mismo amuré esa caja al piso”, aseguró Barrionuevo. Y contó que sobre la caja quedó una laminadora para confeccionar alianzas.

A las 22 del viernes las puertas corredizas del local se cerraron con un candado pasador. Diez horas más tarde, a las 8.05 de ayer, Emiliano Barrionuevo llegó para abrir el negocio del cual es dueño su padre y entonces se topó con el candado roto y la ausencia de la caja fuerte que estaba amurada al piso. “Sólo se llevaron la caja fuerte. Dejaron unos 300 pesos que había en la caja registradora y algo más de dinero que guardamos en un Buda alcancía que hay en el mostrador. Han cortado el candado de la puerta con una pinza industrial, barretearon la caja para liberarla del piso y se la llevaron. La caja con la laminadora y todo, debe pesar unos 80 kilos. ¿Cómo se la llevaron? Debajo del brazo”, cuestionó.

Sólo dos guardias. Durante la noche en cuestión, en el supermercado quedaron dos empleados de seguridad privada de una empresa que terceriza servicios para Carrefour. Uno de los custodios quedó en el exterior del edificio, en la zona del playón de estacionamiento, y su compañero en la zona de oficinas por donde ingresan y egresan los empleados del hipermercado. Esa oficina está en uno de los laterales del Carrefour y, de acuerdo a lo confiado por fuentes allegadas a la investigación que quedó en manos del juez de Instrucción Luis María Caterina, el análisis de las cámaras de seguridad situó la hora del robo a la medianoche y por algo menos de 10 minutos.

Si bien poco fue lo que se pudo conocer, voceros indicaron que las cámaras de seguridad registraron la presencia de “un hombre vestido de oscuro, con capucha, que ingresó al salón del supermercado desde el área de frío del negocio”. Luego transitó unos 150 metros por el salón entre las góndolas y se perdió al cruzar la línea de cajas ya que, según confió Barrionuevo, las cámaras no toman el ingreso a la joyería Faraone. Un detalle que llamó la atención de los pesquisas y del propio joyero es que “en una escena puede verse al encapuchado llevándose la caja debajo del brazo. Tal cual llevara eso. Sólo una caja, pero con el peso de una de cartón”. El dato no es menor ya que Barrionuevo estimó que la caja fuerte pesaba alrededor de 80 kilos.

Otra de las preguntas sin respuestas, al menos en esta instancia de la investigación, es por dónde ingresó el solitario ladrón encapuchado que se vio en los televisores de la seguridad del Carrefour. Lo que si quedó claro es que a Barrionuevo le sobran preguntas y le faltan respuestas. “No sé quien es el que facilita que todo esto ocurra. No sé a quien acusar. Pero lo que me queda claro es que los que pagamos los platos rotos somos los más infelices. Acá hay un foco de infección que persiste”, dijo el joyero. La pesquisa de este escruche quedó en manos de la subcomisaría 21ª, del barrio 7 de Septiembre, y la brigada de Investigaciones.


FUENTE: www.lacapital.com.ar