La tecnología se ha convertido en una herramienta privilegiada en la lucha contra el crimen, tanto en el campo de la prevención, desalentando hechos que pueden ser detectados por cámaras de seguridad, como permitiendo el conocimiento rápido de ellos y, eventualmente, la identificación de víctimas o delincuentes.

Para utilizar este recurso, en diversas jurisdicciones del país, y especialmente en la municipalidad de Tigre, se han instalado cámaras en las calles y edificios sensibles como escenarios del delito, así como sistemas informáticos de diverso orden que permiten acelerar la comunicación con las autoridades en situaciones de riesgo.

De este modo, los ciudadanos pueden sentirse más protegidos y, en la medida que los dispositivos desalienten actos delictivos, compensar el costo de los sistemas instalados con el ahorro estatal y privado que implica una menor tasa de criminalidad.

Aún así, el despliegue de esas tecnologías no es inocuo ya que suele generar, en sectores de la población, aquí y en todo el mundo, preocupación por la invasión de la privacidad. Esto efectivamente sucede, pero hay que hacer un balance entre el resguardo de un estado ideal de privacidad, con las necesidad de resguardar la seguridad de personas y bienes.

Las autoridades deben tener en cuenta este problema para utilizar las nuevas tecnologías en forma prudente, evitando invasiones innecesarias de la privacidad o la violación de otros derechos de las personas o las instituciones.

Las nuevas tecnologías contribuyen a combatir el delito, pero generan resistencias por quienes temen ver invadida su privacidad. Las autoridades deben tener en cuenta el problema.
FUENTE: www.clarin.com