El principal campus de la UPR enfrenta cambios en sus operaciones, empezando por la seguridad dentro de sus predios

Sin mucha  pompa, el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR) inició un proceso de reorganización administrativa, cuyas pinceladas iniciales había anticipado de forma genérica en el último  informe que presentó  a  Middle States Commission on Higher Education.

El miércoles pasado estrenó un nuevo plan de seguridad, que contempla un nuevo jefe interino, Rafael Feliciano, elimina el uso de guardias privados y comprende la instalación de alarmas y cámaras de seguridad. Ahora la seguridad de la comunidad universitaria  recae en  los guardias universitarios.

Al mismo tiempo,  se fusionaron las tareas de  la Oficina de Comunicaciones y de la Oficina de Desarrollo y Ex Alumnos.

En estos momentos, la rectora Ana Guadalupe trabaja en la creación de la nueva oficina de Planificación Estratégica y Académica. Bajo esta sombrilla se organizarán las oficinas de presupuesto, planificación estratégica y la unidad de datos institucionales y de estudios longitudinales.

En entrevista con El Nuevo Día la rectora  Guadalupe negó que estos cambios  respondan a la reforma universitaria, que se cocina desde el Ejecutivo con la Comisión Asesora de la UPR ahora Comité Asesor sobre el Futuro de la Educación Superior en Puerto Rico.

“No sé por dónde va la Comisión Asesora. Esta reorganización va porque queremos poner al Recinto a la vanguardia de la educación superior”, aseguró.

Afirmó también que las fusiones apoyan su plan estratégico para el recinto riopedrense  “más allá de la situación fiscal”.

Ante preocupaciones sobre la estabilidad laboral, rechazó que estos cambios provoquen el desplazamiento de personal, especialmente tras el retiro masivo de empleados. En los últimos dos años, el recinto riopedrense   perdió a 284 empleados y profesores.

“No (se va a perder personal). Nosotros  estamos incentivando a las personas y haciendo reclasificaciones”, apuntó.

“Me complace decir que he visto mucha receptividad de los empleados a moverse y a querer aprender cosas nuevas”, agregó.

En torno a  las dos bajas en la Oficina de Comunicaciones y en Desarrollo y Ex Alumnos, aclaró que ambas funcionarias formaban parte de su equipo de confianza.

El plan de seguridad

El plan de seguridad de Río Piedras forma parte de un plan integral que une la iniciativa del campus verde y del recinto peatonal, según Guadalupe.

Explicó que la decisión de prescindir  del contrato con la compañía de seguridad Capitol surgió por un descontento con el manejo de la seguridad durante los primeros días del segundo conflicto huelgario en el recinto y ante una petición de los propios guardias de seguridad de la institución.

En diciembre pasado, cuando empezaron las protestas en Río Piedras en anticipo a la implantación a la cuota de $800 anuales, Capitol utilizó guardias de seguridad jóvenes y sin experiencia para enfrentar  a los huelguistas.

“Esta es la primera semana que hemos estado sin Capitol y la hemos pasado muy bien”, señaló.
La salida de Capitol supone que los 92 oficiales y los 17 supervisores se dividen en los tres turnos. Capitol tenía a su cargo la seguridad en la noche, los fines de semana y durante los días feriados.

“No están trabajando más horas. Están trabajando las horas que se supone que trabajen. En algunos períodos estamos trabajando con menos oficiales”, indicó Guadalupe.

Planteó que  se evalúa la necesidad de contratar guardias adicionales y que eventualmente se adoptarán otras medidas para involucrar a la comunidad universitaria en los asuntos de seguridad, pero no las mencionó.

Dijo que ante el cambio en las condiciones de trabajo de los guardias se decidió pagar el tiempo compensatorio que había acumulado. También se analiza una fórmula de pago en per diem a los guardias por los días adicionales que trabajen. Debido a la situación fiscal de la UPR, las horas extras se pagan con tiempo libre o compensatorio.
En este plan de seguridad, de acuerdo con Guadalupe, la Policía estatal quedará limitada a las tareas de patrullaje y a intervenciones en casos de situaciones delictivas como el hurto de vehículos. 

Sobre los policías que todavía quedan en los portones, indicó que todavía no se ha tomado una decisión sobre este asunto.

Con cámaras y trolleys

Como parte del plan de seguridad se inició la repavimentación de los estacionamientos  y se trabaja en la redirección del flujo vehicular para establecer un “circuito de circunvalación”, de manera que se limite el movimiento de carros en el corazón del recinto.

Esta propuesta persigue que los estudiantes, profesores y visitantes eventualmente se muevan desde los estacionamientos hacia las facultades y otras áreas en trolleys híbridos.

Guadalupe indicó que el recinto adquirirá entre cinco a seis de estos vehículos.

Próximamente se contempla colocar cámaras y alarmas en algunas áreas peligrosas o solitarias del recinto riopedrense.

Actualmente la administración universitaria analiza su capacidad para instalar esta tecnología.

Guadalupe también mencionó que se insistirá en el uso de la identificación personal y el sello de los automóviles. Todo carro que entre al recinto los fines de semana o en días feriados deberá identificarse a la entrada.

 

FUENTE: www.elnuevodia.com