La reciente propuesta de retomar la ‘Ley zanahoria’ en Barranaquilla, a fin de recortar el horario de funcionamiento de los establecimientos nocturnos, al igual que la necesidad de aumentar las medidas de vigilancia en estos sitios, son dos de los ejes de la discusión surgida a raíz del atraco al restaurante-bar Moy’s, perpetrado por ocho delincuentes.
La primera iniciativa fue lanzada por la exdirectora seccional de Fiscalías, Mercedes Navarro, quien ayer planteó que hechos como ese ratifican la necesidad de aumentar los controles para enfrentar la inseguridad.
En torno a las condiciones de los negocios, propietarios y administradores de restaurantes y discotecas manifestaron estar de acuerdo con la instalación obligatoria de tecnología que permita mejorar la seguridad. De hecho, 1.080 personas, de un total de 1.250 participantes en una encuesta de la página web de EL HERALDO, dijeron no sentirse seguros en los sitios nocturnos de la ciudad.
Según Patricia Pertúz, ejecutiva de ventas de una compañía que ofrece cámaras de seguridad, “en Barranquilla no hay cultura de la seguridad, inclusive en los estratos altos a los propietarios de negocios comerciales se les nota poca preocupación por invertir en este renglón”. A esto, añadió, se suma la cultura de la “clandestinidad” que se vive en muchos sitios nocturnos de la ciudad y que le asegura a sus clientes que no van a ser registrados ni monitoreas en video.
En un recorrido por el norte de la ciudad se pudo constatar que de cada cinco establecimientos de comida y bar, tres de ellos tenían cámaras de seguridad, y de esos cinco, sólo uno era de alta resolución y tecnología de punta.
Actualmente se consiguen en el mercado sistemas de cámaras de seguridad que van desde $7 millones en adelante. La experiencia del restaurante Moy's ha puesto a reflexionar tanto a usuarios como a propietarios para reforzar todos los factores que generen mayor seguridad tanto al lugar como a los clientes, haciendo énfasis en la privacidad de los registros.
FUENTE: www.elheraldo.co