El atraco al restaurante-bar Moy’s, en el norte de la ciudad, la madrugada del domingo pasado, puso en evidencia las fallas de seguridad en este tipo de negocios, tanto para el sitio como para sus clientes.
Así lo planteó en rueda de prensa el general Óscar Pérez Cárdenas, comandante de la Policía del Atlántico, tras anunciar la recompensa de diez millones de pesos a quien suministre información que lleve a la captura de los asaltantes. Confirmó que este lugar de comidas y eventos musicales no cuenta con cámaras ni dispositivos de alta tecnología para la seguridad.
Por su parte, Moisés Tarud, propietario del restaurante asaltado, manifestó que estaba en proceso de instalación de cámaras de seguridad y destacó la permanente vigilancia de las patrullas de policía al lugar.
El general Pérez hizo un llamado para que los propietarios de restaurantes, bares y discotecas se pongan a tono con todos estos elementos de seguridad electrónica y, acto seguido, mostró tres retratos hablados de los asaltantes, elaborados con la colaboración de algunos clientes y trabajadores del lugar.
Sin embargo, fueron ocho los asaltantes, lo que hace pensar que se trata de una banda bien organizada, y, según algunas versiones de testigos, llegaron al restaurante en dos motocicletas y un taxi, armados con pistolas y revólveres.
LOS HECHOS. Por un lado la Policía anota que los hechos se desarrollaron a las 2:30 de la madrugada del domingo, y por otro, el propietario del lugar, Moisés Tarud asegura que fue a la 3:45. No obstante, testigos presenciales y afectados por el atraco sostienen que fue alrededor de las 4 a.m. en pleno show del cantante vallenato José Luis Morrón. Era la segunda tanda del conjunto, en la primera sonaron los temas musicales de su última producción, mientras que en esta el público se divertía con canciones ya conocidas y de otros grupos.
La pesquisas de la Policía revelan que de los ocho atracadores, tres estaban ya departiendo en una mesa en el interior del restaurante-bar, dos hombres y una mujer. En un momento se levantaron de la mesa, se acercaron a la caja y desenfundaron sus armas, obligando a la cajera y al administrador a que entregara el dinero recaudado. En total, el administrador, Ricardo Rosso, les dio 8 millones de pesos.
El resto de la banda que estaba en el exterior se dedicó a despojar de sus pertenencias a los clientes que estaban afuera o ya se iban del lugar. El vigilante armado había sido neutralizado y junto con los otros porteros, obligados a permanecer de rodillas.
Un testigo del hecho que estaba en la tarima subrayó que desde lo alto pudo presenciar toda el asalto. No sabe si los asaltantes ya estaban sentados en una mesa, pero sí observó cuando los atracadores armados se le acercaron al propietario y al administrador. “Como que sabían quiénes eran porque los encañonaron de una y los obligaron a entregar todo el dinero de la caja. Incluso le quitaron el bolso a la cajera para meter el dinero”, dijo.
Otro testigo presencial de los hechos fue el escritor Federico Santodomingo, quien se encontraba el la puerta del establecimiento cuando llegaron los asaltantes. El poeta recuerda que lo más impresionante del hecho fue las armas que traían. “No eran simples revólveres”, dijo.
“Habíamos como 20 personas afuera, y a todos nos arrodillaron, al igual que a los vigilantes. Pedían con insultos los blackberries, los relojes, las cadenas, y las carteras. Era un asalto de película porque adentro otros delincuentes hacían lo suyo con la caja”, narró.
Fue claro, además, al recalcar que los asaltantes llegaron en varios vehículos y no en moto. “Uno no se explica cómo esta gente se moviliza tan campante con tanto armamento, mientras que a uno lo viven parando en retenes y revisándole hasta el alma”, concluyó el escritor.
La Policía atribuye el hecho a pequeñas bandas de atracadores y de acuerdo a indicios recogidos ya le están respirando en la espalda.
Labor conjunta. Por el lado de la administración distrital, el secretario del Interior, Luis Tapia, indicó que así como todo establecimiento privado de este tipo debe tener vigilancia, también es cierto que es necesario reforzar la presencial policial en esos horarios. Empero, aclaró que los dueños de negocios cuentan con todo el apoyo de la Alcaldía para el desarrollo de sus labores.
FUENTE: www.elheraldo.co