La reiteración de denuncias por abusos sexuales en tres puntos no muy distantes de la Ciudad de Buenos Aires, y en cercanías de las estaciones de trenes de Colegiales, Belgrano R. y Villa Pueyrredón, despertaron una enorme preocupación en los vecinos y pusieron en alerta a las máximas autoridades policiales.
Lo que sorprende es que todos los casos ocurrieron en el trazado del recorrido que realiza el ramal “José León Suárez” de la línea Mitre (ver infografía), en sectores desolados sin control. Si bien el modus operandi es coincidente en todos los casos, los investigadores consideran que hay un perfil común para dos de los tres hechos.
Tres casos. La sucesión de ataques comenzó el viernes 6 de mayo pasado cuando una estudiante secundaria de 17 años denunció que fue abordada por un hombre que sacó un cuchillo y la amenazó mientras esperaba el colectivo.
Según el relato de la chica, el sujeto le pidió que simulara conocerla para que nadie sospechara sus verdaderas intenciones. Así consiguió llevarla hasta un predio cercano a la estación de Villa Pueyrredón, donde finalmente la sometió sexualmente. Lo llamativo es que todo ocurrió a plena luz del día –eran las 7.30 de la mañana–, pero nadie pudo advertir el ataque.
Algo parecido ocurrió con el último caso. El martes pasado, y en medio de una fuerte lluvia, una adolescente de 14 años denunció que fue abusada sexualmente en inmediaciones de la estación de Belgrano R.
Por la descripción que realizó la víctima se trataría de un sujeto de características distintas al presunto abusador que actuó en las estaciones de Villa Pueyrredón y Colegiales, donde el martes 17 de mayo una mujer de 35 años denunció que un sujeto la obligó a practicarle sexo oral a metros de las vías del ferrocarril.
En base a los distintos elementos de prueba recolectados, los detectives trabajan sobre la pista que apunta a un joven de unos 20 años, que sería quien habría cometido los abusos en Colegiales y Villa Pueyrredón, y a otro que promedia los 35. Lo que sospechan es que él o los atacantes utilizan el corredor de la línea Mitre como vía de escape. Por eso –entienden– los tres ataques ocurrieron en estaciones que forman parte de un mismo recorrido.
Los puntos débiles. Para María Elena Leuzzi, presidenta de la Asociación de Víctimas de Violación (Avivi), el principal problema en la zona está relacionado con la falta de patrullajes. “La policía patrulla sólo cuando ocurre un hecho”, dice a PERFIL. Entre otras medidas, Leuzzi reclama “mayor iluminación y desmalezamiento de los terrenos baldíos linderos al ferrocarril”.
Desde la línea Mitre, en tanto, dijeron a este diario que las terminales cuentan con iluminación pero aclararon que existen tramos oscuros que no pueden controlar. “Las empresas ferroviarias son ferroviarias, no son empresas para la prevención de delitos. Siempre estamos predispuestos a los reclamos, brindamos apoyo, prevención y hasta contamos con cámaras de seguridad en la estación de Núñez, pero esto es una tarea que debería llevar adelante la Policía Federal”, adujo un vocero de TBA.
Por su parte, Isabel Yaconis, madre de Lucila, la joven que fue abusada y asesinada en 2003 en la estación de Núñez, e integrante de la Asociación Madres del Dolor, también reclama “mayor iluminación y presencia policial”.
Según Yaconis, “un delincuente puede doblegar por el pánico o por la amenaza, pero a las víctimas hay que decirles que griten, que pidan auxilio para distraer al violador”. Para ella “es importantísimo contar con la presencia de cámaras”. “Sé que se está hablando con el Gobierno de la Ciudad –asegura a PERFIL–, para la instalación de cámaras en Núñez y Belgrano. Fue un error haber sacado a la policía en los horarios de entrada y salidas de los colegios.”
Graciela Ochoa, presidenta de una ONG en Belgrano, entiende lo mismo. Sus hijos concurren a la Escuela Roca, cercana a la estación de Belgrano R., y cuenta que para reforzar la seguridad un grupo de padres planea formar grupos que acompañen a los alumnos que viajen en tren o colectivo: “La idea es que entre seis o siete padres acompañemos a los chicos a la salida de la escuela. Algo tenemos que hacer porque nos sentimos desamparados”.
FUENTE: www.online-911.com