Se apagaron las luces y aunque no había pochoclos, en la fiscalía de Saavedra se sentaron a ver la función. El avance prometía un policial de aquellos, con malos muy malos apuñalando a uno que fue malo y que ahora dice jestar redimido, todo condimentado con padrinos de peso. Pero durante los 45 minutos que duró la película, nada ocurrió. ¿Qué pasó? Simple, River borró las imágenes que sus cámaras de seguridad tomaron el sábado 30, el día en que Sergio Ferreyra denunció haber sido apuñalado por los capos de la barra oficial al regreso de Avellaneda, tras el partido contra Racing, acusado de haber filtrado el dato de que Los Borrachos se habían reunido días atrás en el club con la Juventud Sindical que lidera Facundo Moyano.
Ante la sorpresa, River comunicó por nota oficial que las imágenes no estaban porque lel protocolo de seguridad interno del club habilita a volver a grabar sobre una misma cinta cada 48 horas, y oh casualidad, a la institución se le informó sobre la denuncia de los hechos 72 horas después, por lo que la actitud de River legalmente no tiene fisuras.
A sabiendas de lo ocurrido, Gendarmería volvió ayer al club (el allanamiento se había hecho el miércoles) para buscar los CPU, las computadoras que guardan toda la memoria. Quieren saber si quedó asentado algún registro de que antes de borrarse, las imágenes fueron traspasadas a un disco externo. Si bien descubrir esto no es una tarea sencilla, un perito informático comenzará a trabajar sobre el tema hoy mismo. Y ante la pregunta a los empleados de cómo puede ser que hayan borrado cintas donde puede haber imágenes de un delito, la respuesta llevó a la indignación: “Ese día River no era local y casi no había movimiento en el club, por eso no se prestó tanta atención”. Insólito.
La causa, además, pasó del juzgado 18 al cuatro, a cargo del juez Cilleruelo, el mismo que entiende en las otras causas abiertas a Los Borrachos del Tablón.
FUENTE: www.ole.com.ar