Con el auge que ha tenido la delincuencia en Santiago se hace ya indispensable que esa ciudad pueda contar con un sistema amplio de cámaras de seguridad.

Ese sistema permite que las autoridades puedan ejercer un control visual de las zonas más concurridas, tales como centros universitarios, avenidas o calles de mucho comercio donde han abundado los atracos, de parques y plazas donde la gente acude a distraerse o a ejercitarse, y de vecindarios en los que regularmente se perpetran actos delictivos, o aún en los más tranquilos, que por ello no dejan de ser vulnerables.

Santiago cuenta con un pujante sector empresarial y organizaciones sociales que, estamos seguros, serán los primeros en apoyar la instalación de un centro de cámaras para monitoreo, como el que existe en Santo Domingo y en otras ciudades.

La existencia de cámaras de seguridad permitió, por ejemplo, que Policía dispusiera de imágenes sobre el secuestro del periodista José Silvestre, en La Romana, y lograra pistas seguras de sus asesinos.

Un sistema como este, por ejemplo, sería bastante útil en los Cerros de Gurabo, donde en los últimos tiempos se han producido extraños, macabros y sorprendentes actos de violencia y de terror, que alteran el tradicional estado de tranquilidad y seguridad que ha imperado en dicho sector residencial.

Los últimos acontecimientos delictivos demandan, inexcusablemente, que estas cámaras sean instaladas en Santiago, como un complemento a las medidas adoptadas dentro del programa de seguridad democrática que ha implantado allí el Ministerio de Interior y Policía, dirigido ahora, justamente, por un prominente ciudadano santiagués, Monchi Fadul.

FUENTE: www.listindiario.com.do