Los hechos de inseguridad del mes en curso, sucedidos en Trevelin, han puesto un signo de preocupación en las autoridades y la comunidad toda. Con el episodio del martes que tuvo como víctimas a tres mujeres, ya son dos los casos de similares procedimientos por parte de los delincuentes que han sido noticia en agosto, y la semana pasada sacudió a la opinión pública la muerte a puñaladas de un joven de 16 años en la vía pública.
Ayer transitamos calles de esa ciudad, y la conmoción es elocuente, con vecinos que comentan la violencia de la que fueron presas dos familias, y rememoran la tranquilidad que destacó a Trevelin en su historia, manchada ahora por sucesos policiales que ponen al Valle 16 de Octubre en la tapa de los diarios y son el tema del día en medios radiales y televisivos.
En los primeros días del mes, la familia Kikuchi, dueña de una chacra sobre Ruta 71 conocida por la oferta de productos regionales logrados en el establecimiento, fue asaltada por desconocidos que se valieron de un arma de fuego para amedrentar al matrimonio, y perpetrar un robo de dinero en pesos y dólares y algunos electrodomésticos. El procedimiento consistió en maltratar a las personas y maniatarlas para trabajar tranquilos dentro de la casa.
La semana pasada, la ingrata noticia tuvo como víctima a un joven de 16 años, que murió en la calle a consecuencia de las varias puñaladas con saña que le propinaron otros muchachos.
Esto nada más en 20 días de agosto, y la lista se incrementó con el ataque a la familia Evans el martes a la madrugada, resultando una de las tres mujeres golpeada ferozmente en la cabeza.
Trevelin no tenía situaciones tan violentas desde hace por lo menos ocho años, cuando mataron salvajemente a la vecina Silvia Hopkyns, hecho que quedó sin autores materiales más allá de sospechas y detención de un individuo que luego fue liberado.
El martes vecinos, conocidos y familiares invadieron la casa de Cleri, Nuris y María Evans, la última de 99 años, madre de las primeras que superan los 70 años de edad. Era un duro golpe a la tambaleante tranquilidad que aún se respiraba. Las descendientes de Jhon Daniel Evans fueron maniatadas con cinta de embalar para sustraerles más de 10.000 dólares y otros elementos, y Cleri, que desenmascaró a uno de los encapuchados, recibió una paliza con serias heridas en su cabeza, que la llevaron al hospital.
Colocación de cámaras
El impacto del episodio llegó hasta la Casa de Gobierno en Rawson, desde donde el gobernador Mario Das Neves se comunicó para personalmente interiorizarse de la crónica, y solidarizarse con las señoras Evans.
Carlos Mantegna, en su carácter de máxima autoridad de Trevelin, fue uno de los primeros en visitar la casa el martes, para dialogar con la familia y compartir la preocupación. “Esto nos preocupa porque nuestra comunidad estaba acostumbrada a la tranquilidad”, dijo el intendente y rápidamente tomó cartas en el asunto comunicándose con la Policía y el Gobierno, para buscar consenso de criterios y proceder en consecuencia.
Las primeras medidas obviamente serán un refuerzo a los patrullajes por el ejido de la ciudad, y se recibirá asesoramiento del Ministerio de Gobierno y la Jefatura de Policía, para instalar a la brevedad cámaras de seguridad en lugares estratégicos.
Quizás era un objetivo para el futuro mediato el colocar cámaras de vigilancia, pero los hechos precipitaron todo, y se proyecta para lo inmediato, incluso la Municipalidad aportaría 1.000.000 de pesos para la adquisición de los aparatos cuyo modelo será definido con las autoridades y especialistas de la Provincia.
Interrogantes y respuestas
Uno de los primeros interrogantes que surgió tras la seguidilla de casos violentos en el Pueblo del Molino se relacionó con la cantidad de efectivos de la Policía que revistan en la Comisaría, en cuanto a si es suficiente o no. El jefe de la Unidad Regional Esquel, con competencia en esa jurisdicción, comisario mayor Juan Carlos Espíndola, advirtió que en las últimas promociones de policías, por lo menos 15 fueron a Trevelin.
Entonces, lo que plantea el funcionario es una revisión del esquema de trabajo del plantel de efectivos, tarea de la que se ocupará el jefe de la dependencia allí, subcomisario Germán Lagos. Y si al cabo de la evaluación resulta necesario incorporar más empleados, se tomarán las decisiones del caso.
En la URE habrían considerado que la autoridad de la Comisaría deberá encargarse de repasar la estructura de trabajo que llevan adelante; los procedimientos que se realizan en cuanto a si son eficaces o se deben corregir, y a partir de ese panorama se podría destinar más personal si las circunstancias lo requieren.
Más allá de las medidas correctivas que se puedan tomar para una labor más efectiva, algunos coinciden en que la dotación de policías que tiene esa Comisaría no es escasa para la jurisdicción, y se debe tener en cuenta a quienes están afectados a la propia dependencia, a la Sección Abigeato, y a la Policía Comunitaria.
El dato ilustrativo del hecho violento de la madrugada del martes, es que se produjo a 200 metros de la Comisaría, que avisada de lo ocurrido alertó de inmediato al puesto de la Ruta 259 en el acceso a Esquel y al resto de las reparticiones de la zona, para hacer el operativo cerrojo, sin novedades de los ladrones.
FUENTE: www.diariojornada.com.ar