Dos menores, con edades entre 13 y 16 años de edad, caminan a las 3:20 p.m. del martes de la semana pasada por una de las cuadras principales del barrio Potrerogrande, en el oriente de la ciudad. Van a paso rápido y miran constantemente a su alrededor. Oculto, bajo el brazo uno de ellos lleva un cuchillo.

De repente, los jóvenes cambian su trayectoria y corren por una calle, hacia adentro del barrio. Alcanzan a ver una patrulla de la Policía, que está parqueada dos cuadras más abajo. Los menores pensaron que se habían salvado de una requisa.

“Patrulla. Dos sujetos con arma blanca. Uno con camisa café, pantaloneta blanca. El otro con camisa azul y jeanes. Corrieron por la 123”, informó, desde el otro lado de la ciudad, un agente por radio teléfono.

Aunque para la patrulla del sector habría sido imposible visualizar el arma que llevaban los menores, por medio de la cámara de seguridad, instalada en un poste de seis metros de altura en la mitad del barrio, la Policía logró detectarlos.

Por cada turno, doce agentes observan, desde una habitación con las paredes llenas de televisores, si ocurre algún hecho delictivo en la ciudad. Ayudados de 24 pantallas y un control tipo ‘joystick’, los oficiales revisan hasta quince puntos de Cali, escogidos por su vulnerabilidad en materia de seguridad.

“No todos los puntos son iguales. En algunos uno se queda más tiempo porque sabe que hay más comportamiento delictivo”, cuenta un oficial que tiene las cámaras de la Calle 5 y de El Vallado.

En lo corrido del 2011, las autoridades se han incautado 152 armas blancas en operativos realizados gracias a la información de las cámaras. También han encontrado 32 armas de fuego, 20 kilos de estupefacientes y han capturado a 94 personas. Cada semana detuvieron un promedio de diez delincuentes.

El 80% de las 206 cámaras instaladas en Cali se encuentran en el centro de la ciudad, entre las comunas 1, 2 y 3, ya que en esta zona, según el capitán David Díaz, jefe de Telemática de la Policía, “hay una gran afluencia de público y están los principales edificios gubernamentales y financieros”. Las otras, están en las salidas y entradas de Cali, en las vías principales y en el Distrito de Aguablanca.

De los 361 casos que se han reportado a través de la vigilancia virtual, 315 han ocurrido en el Distrito 4, que corresponde a Desepaz. Tan sólo en la Comuna 15, que comprende seis barrios del oriente, se han adelantado 106 diligencias policiales, por situaciones de porte ilegal de armas, estupefacientes y lesiones personales. Le sigue la 14, con 82 casos y la 13 con 31.

“Acá uno desarrolla una especie de sexto sentido para identificar a los delincuentes”, cuenta uno de los oficiales, que lleva tres años trabajando con las cámaras. Agrega que los días en que tienen más trabajo son los fines de semana y los lunes, cuando los delincuentes “recuperan lo que se rumbearon”.

Arreglaran las cámaras

Antes de acabarse el año serán arregladas las cámaras que se encuentran dañadas.

Actualmente, de las 206 cámaras de vigilancia, que hay en la ciudad, sólo un promedio de 70 funcionan correctamente. En los primeros días de octubre, apenas 62 cámaras podían prestar el servicio.

Sin embargo, el capitán Díaz asegura que por medio de un contrato de mantenimiento de $2.600 millones, entregado desde agosto por la Alcaldía, las 206 cámaras estarán funcionando en diciembre.

“Se van a renovar 50 cámaras que están completamente dañadas, porque se les acabó su vida útil. También se van a instalar 18 puntos nuevos en la ciudad y se trabaja en la colocación de otros 40. La meta es que en diciembre estén instaladas y funcionando 264 cámaras”, afirma el capitán.

En el Distrito de Aguablanca, donde hay 54 cámaras instaladas, sólo 17 funcionan. Como explica el capitán Díaz, “estos aparatos en ocasiones, son dañados por la gente”.

Eso le sucedió a una cámara ubicada en el centro de la ciudad, en la Carrera 12 con Calle 13, que quedó inservible después de que robaran el cable de fibra óptica con el que estaba conectada.

“El problema es que cuando desconectan una cámara, pueden dejar sin señal a las que están a su alrededor, pues van interconectadas”. El reemplazo de uno de estos aparatos puede costar entre $40 y $50 millones, pues “también se deben cambiar otras cosas como el ‘Ups’, la conexión eléctrica, depende del daño”.

“¡Cójalo! Cójalo! ¡El de blanco!”, grita un policía por radio teléfono. A kilómetros de distancia, el agente guía desde un monitor a una patrulla, que busca a un hombre armado en el barrio Mojica.

El delincuente se había percatado del seguimiento realizado por los oficiales, por lo que intentó perderles el rastro y deshacerse de la pistola en un antejardín.

Sin embargo, a través de la cámara del sector, que tiene un rango de visión de hasta 500 metros a la redonda, lograron ubicarlo. “Uno es un patrullero más de la calle”, dice el agente, quien se enorgullece cada vez que logra una captura con la información que entrega desde la oficina.

Prevención del delito

En el 2011, a través de las cámaras de seguridad se han recuperado un vehículo y seis motocicletas que habían sido robadas. Igualmente, se han identificado diez motos y siete carros que eran solicitados por orden judicial.

En 24 casos de hurto, las personas pudieron recuperar sus elementos, gracias al seguimiento que se le hizo al asaltante.

Hasta el mes de septiembre, 94 personas fueron capturadas por medio de esta vigilancia.

 

FUENTE: www.elpais.com.co