Luego de la controversia suscitada por la instalación de cámaras dentro de establecimientos educativos de la región, la Municipalidad de La Plata dio marcha atrás y comenzó a retirar los aparatos de vigilancia de las escuelas. La medida fue adoptada tras la catarata de críticas vertidas por toda la oposición, el Gobierno bonaerense y sendos pedidos de informes presentados por el Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación (Suteba), seccional La Plata.
“Se violaba la intimidad de los alumnos y se trastocaba la función de los directores de los colegios. La solidez de los argumentos hizo que el Municipio resolviera retirarlas”, manifestó a Diagonales la titular del gremio docente, Graciela Sad.
La discusión tomó estado público semanas atrás, cuando el Suteba–La Plata presentó el primer pedido de informes a la Jefatura Distrital para conocer cuáles eran los colegios donde se habían instalado cámaras y en el que cuestionaban su instalación por “violar la intimidad” de los estudiantes. El gremio también pidió explicaciones al Municipio y al Consejo Escolar.
Si bien en un principio trascendió que eran cinco los colegios en los que se habían puesto los aparatos de audio y video, el gremio confirmó ayer que en total son 20 las escuelas, y que la Comuna había puesto a disposición del Consejo Escolar un número de cámaras suficientes para 30 establecimientos, las que nunca llegaron a instalarse.
“Cuando consultamos, el titular del Consejo Escolar (Alberto Darhanpé) nos dijo que era una iniciativa del Municipio”, contó ayer Sad. La decisión de la Comuna respondería al pedido de un grupo de padres ante una seguidilla de hechos de violencia en los colegios, entre los que sobresalió el ataque a una alumna del ex Normal 3.
La contramarcha de la Comuna se puso en marcha el martes mismo, cuando comenzaron a retirar los equipos. Ayer continuaban con la tarea que, se esperaba, será culminada hoy.
En las últimas horas, la concejala Valeria Amendolara, quien participó de las reuniones con los representantes gremiales junto con el jefe de Gabinete de la Comuna, Santiago Martorelli, indicó: “De acuerdo a lo que manifestó el Sindicato, en ciertos establecimientos se habría desvirtuado el objetivo de prevenir hechos delictivos y las cámaras se usaban para realizar controles internos”.
Tras lo cual aseguró que la Comuna “no” está de acuerdo con que se coloquen cámaras en el interior de los colegios, y aclaró que “las que había estaban ubicadas en zonas de ingreso y egreso o en el patio por cuestiones de seguridad”.
Sad, por su parte, criticó la instalación de los aparatos dentro de los colegios “cualquiera sea la zona: no estamos en desacuerdo con las cámaras fueras de las instituciones. No queremos cámaras adentro”. Y reiteró que “con las cámaras se vulnera claramente la intimidad de los alumnos pero, además, también se atenta contra la de los trabajadores”.
No obstante, dijo que así “se desvirtúa la tarea de los trabajadores de la educación. El director de una escuela no puede estar vigilando una cámara porque esa no es su función. De ser así dejaría de cumplir con el rol para la cual fue designado”.
La dirigente anticipó, además, que el sindicato trabajará junto al Municipio en “un protocolo para establecer qué cosas se pueden hacer en una escuela para atender la seguridad de la misma y qué no se puede hacer”.
Oporto está en contra
La discusión por la colocación de cámaras fue clausurada por el Gobierno bonaerense cuando el propio director de Cultura y Educación, Mario Oporto, opinó: “Estoy en contra de que se coloquen cámaras dentro de los establecimientos educativos”.
Los dichos del funcionario coincidieron con el lanzamiento de una campaña callejera en la que Bruera promocionaba la instalación de ese sistema de vigilancia. “La escuela no puede ser una clínica o un instituto de seguridad. No estoy de acuerdo con las cámaras dentro de las escuelas”, manifestó el titular de Educación provincial.
FUENTE: www.elargentino.com