Desde Nuevo Encuentro, Guillermo Guerín y Daniel Caferra realizaron un pedido para quitar las cámaras de seguridad que hay en ocho escuelas de la ciudad. En un diálogo que mantuvo con REALPOLITIK, el candidato a intendente aseguró que ese sistema de vigilancia es carcelario y espera que la Justicia tome cartas en el asunto.
A continuación, la entrevista completa.
RP.- Junto al concejal Daniel Caferra pidieron que se quiten las cámaras de seguridad que hay en algunas escuelas, ¿cuál es el motivo?
Para la mayoría de los platenses esto fue una sorpresa muy desagradable; hace unos días nos enteramos a través de los docentes y padres que hay ocho escuelas en La Plata que cuentan con un sistema de vigilancia interna a través de cámaras de seguridad puestas internas con un monitoreo en la oficina de la directora.
A los dos días que nos enteramos de esto, vimos los afiches promocionando más cámaras en las escuelas como parte de las promesas de campaña del intendente actual. Esos anuncios generan una confusión enorme, porque no se sabe si las cámaras están adentro o afuera.
El concejal Caferra se acercó a algunas de las escuelas y se encontró con la sorpresa desagradable de confirmarlo. Nos parece que esto invade el espacio íntimo y altera la necesaria atmósfera de tranquilidad que se requiere en las instituciones educativas y bajo ningún punto de vista las cámaras pueden estar inscriptas bajo alguna estrategia de administración interna.
Estas son prácticas carcelarias de control del funcionamiento interno de la escuela y en contra del código de convivencia democrática. Acá es la autoridad la que observa y los chicos, en lugar de estar en un marco de libertad y desenvolvimiento pleno, se encuentran en un estado opresivo intolerable.
Por lo tanto, hicimos presentaciones en el Concejo Deliberante y declaraciones públicas porque aspiramos a que, esta semana, algún juez actúe y dé por terminado este capítulo.
RP.- ¿Cuál es la justificación de estas cámaras?
No la encontramos. Honestamente no pudimos hablar con ningún funcionario provincial, local o del ámbito del Consejo Escolar que justifique esto.
Sí hablan de un convenio entre el Consejo Escolar de La Plata y el gobierno municipal. El Consejo Escolar las habría pedido para las escuelas conflictivas, la cual es una definición poco precisa.
Recorrimos las escuelas y vimos el monitoreo. La actitud de los directores es dispar y los que no están de acuerdo las tienen apagadas y solo la tienen por una cuestión preventiva ante hurtos menores. Los que están de acuerdo aseguran que sirve para manejar la violencia interna.
Las ocho escuelas en las que están las cámaras son de la periferia de La Plata, fundamentalmente de zona sur y zona oeste.
Lo peor de todo fue enterarnos de las promesas del intendente, diciendo que va a haber más cámaras, suponiendo que eso le dará un impacto electoral positivo. Sería realmente asombroso que eso fuera aprobado por la población.
RP.- Con respecto a la violencia, ¿cómo viste el paro docente por la agresión que recibió un director?
A mí me parece que hay que parar la pelota con la intención de los gobiernos locales de prevenir estos hechos con este tipo de estrategias.
Hablar de violencia escolar no es suficiente. Lo que está pasando es que hay algunos cortocircuitos importantes en lo que nosotros definimos como convivencia urbana. Hay una violencia solapada instalada en algunos lugares, como por ejemplo en una cancha de fútbol o en la noche, a los que hay que atender con políticas activas y de contención.
Esto se expresa en algunas escuelas y esto no aparece solo en los pibes sino en los padres de ellos. Por eso, focalizar el tema de la violencia en el sistema educativo, como si allí solo estuviera, me parece muy mal planteado. Mucho peor si las soluciones se encaminan en las propuestas como las de Pablo Bruera.
Pensamos que es un tema muy complicado y que hay que repensar aquellas escuelas en las que pueda aparecer falta de convivencia entre los alumnos y los docentes. Se necesitan políticas educativas estables, con personal capacitado con el objetivo de armonizar esa convivencia y generar espacios de contención y participación. Nunca con el control social se logra la paz democrática.
FUENTE: realpolitik.com.ar