Para cuando inició el multihomicidio al menos unos 15 reos ya se habían fugado

Los 44 reclusos fueron asesinados uno por uno

Con ayuda de celadores, internos pertenecientes a "Los Zetas" sacaron a prisioneros del Cártel del Golfo del ambulatorio Delta y del área de visita conyugal, para matarlos a batazos y con puntas.

Los 44 reos masacrados en el Cereso de Apodaca no perecieron en una riña. Con ayuda de custodios, fueron identificados y entregaron uno a uno a sus verdugos, quienes los recibían a batazos, tubazos y pedradas en cara y cráneo, así como puñaladas en el corazón y el abdomen.

El gobernador Rodrigo Medina confirmó el lunes por la mañana que efectivamente se trató de un multihomicidio ejecutado por integrantes de Los Zetas contra sus rivales del Cártel del Golfo.

Para cuando inició el múltiple asesinato, hacia las 01:30 del domingo, al menos la mitad de los reos evadidos, la mayoría jefes zetas, ya había logrado escapar por la torre 6 del reclusorio, de la que descendieron a través de cuerdas.

Los prisioneros sacrificados fueron sacados del ambulatorio D y del área de visita conyugal.

Al cierre de esta edición el Servicio Médico Forense había practicado el 90 por ciento de las necropsias. Para la media noche sólo faltaban cuatro cadáveres por analizar.

El 60 por ciento las víctimas falleció por contusión profunda de cráneo, causada por bates, palos y tubos, mientras que el 40 restante pereció por heridas de arma blanca inferidas en pecho y abdomen.

Se estableció que los prisioneros se desangraron entre los pasillos y patios del ambulatorio C y D.

Ninguno presentó heridas por arma de fuego.

Estas versiones obtenidas por MILENIO Monterrey fueron corroboradas por fuentes de la Procuraduría de Justicia y del Gobierno Estatal.

Hasta ahora se ha podido conocer la situación legal que tenían 37 de los 44 reos asesinados.

En ocho de estos casos los reclusos habían recibido sentencia y en 29 seguía el proceso.

Anoche el vocero de Seguridad del Gobierno, Jorge Domene, confirmó que el asesinato de los 44 reclusos se prolongó aproximadamente durante una hora y media, y reiteró que no hubo heridos.

La fuga de los 30 reos integrantes de Los Zetas ocurrió entre las 01:13 y las 01:45, es decir en un lapso de 32 minutos.

Bajo el manto de la madrugada, los delincuentes organizados acompañados de sus cómplices -los celadores- salieron sigilosos del ambulatorio C para desplazarse hasta la torre 6, de donde descendieron hasta el exterior del reclusorio.

En apego a las declaraciones de los nueve custodios confesos, se estableció que casi en forma simultánea, entre 11:30 y 03:00, los asesinos, también auxiliados por celadores, sacaron discretamente a sus víctimas de las zonas donde dormían.

La versión oficial revela el modo de operar de los criminales.

“Han declarado nueve de los 18 custodios que quedaron retenidos, en donde éstos primeros nueve confiesan el haber participado directamente con los eventos suscitados, tanto para la evasión de los reos, como para facilitar el traspaso de un ambulatorio a otro, del C al D”, señaló Jorge Domene Zambrano, vocero de Seguridad.

Según los celadores confesos, el primero de los reos fugados sale de la torre 6 hacia el exterior del Cereso, por el lado poniente, es decir por la parte contraria a la instalaciones de la Séptima Zona Militar, a la 1:13.

Afuera de las instalaciones, en los solares contiguos, un comando armado a bordo de varios vehículos aguardó la salida de los reclusos.

El último reo en fugarse traspasó la barda perimetral mediante la torre seis a las 01:45.

Las declaraciones establecen que mientras ocurría la fuga masiva, la orden de suspender los rondines de vigilancia fue dictada por el jefe de seguridad Óscar Devece Laureano.

Una vez que se da muerte al último de los reos, es decir, alrededor de las 03:00, los custodios comunican a las autoridades la masacre de los prisioneros y ocultaron la fuga.

La Agencia Estatal de Investigaciones inició con la indagatoria hasta pasadas las tres de la mañana y hasta las 16:00 del mismo domingo se estableció la evasión de los reos.

Como elementos de la averiguación, la fiscalía cuenta con algunos videos de varias cámaras de seguridad en los que podrán robustecer o desechar parte de las confesiones de los celadores.

Los videos con los que cuenta la Procuraduría son del interior del reclusorio y de aspectos cercanos a la torre 6, pero no de la parte frontal, cuya cámara de seguridad está conectada al C-5, debido a que en esa área no se registraron hechos.

El ambulatorio D, donde se encontraban los reos sacrificados estaban confinados en total 450 reclusos, 150 personas más de su capacidad, al igual que en el C, donde se hallaban la mayoría de los victimarios

FUENTE:Milenio.com