“La UAT es lo mismo, pero con cámaras”

 

A pesar de las medidas de seguridad implementadas en la Máxima Casa de Estudios, algunos alumnos no se sienten confiados

Debido al tema de la inseguridad en la localidad, muchas instituciones educativas toman medidas como precaución.

La Universidad Autónoma de Tamaulipas no es la excepción, no en vano ha aumentado su nivel de vigilancia. Aunque, para los estudiantes y sus familiares, la colocación de cámaras de vigilancia no es la solución para el problema de la inseguridad, al menos no tanto.

La rutina del estudiante, desde que arriba a una entrada de la UAT, comienza en el primer módulo de control de acceso donde sacan sus credenciales para identificarse (éste documento es el pase automático hacia el recinto), algunos que la olvidaron o son externos a la institución tienen que apuntar su nombre y la facultad o asunto donde se dirigen en una hoja de control, esto sin que el vigilante encargado revise si el nombre que la persona apuntó es el real, ya que no pide alguna identificación oficial.

No sólo caminando se puede entrar, al mismo tiempo ingresa un buen número de autos a la universidad. Hay cámaras instaladas en las casetas con un vigilante adentro, el cual no hace ninguna indicación a los conductores, sencillamente ingresan sin pasar por ningún filtro.

El recorrido sigue hasta la Biblioteca Central, se ven un par de cámaras más en la entrada, lo irónico es que al ingresar a dicho lugar no hay filtros, solamente al momento de salir. Las personas a cargo sí revisan las mochilas de los alumnos, por si alguno se le cayó “accidentalmente” un libro dentro de sus bolsas.

“La UAT es lo mismo, pero con cámaras. No nos sentimos más seguros, ya que estos aparatos solamente podrían ayudar a identificar a una persona o vehículo pero cuando ya haya lastimado a alguno de nuestros compañeros, en ese momento ya no tiene caso, el daño ya está hecho”, comenta José Luis, un estudiante de Medicina que se dirige a su salón.

En el transporte interno que proporciona la universidad al alumnado para su fácil movimiento de facultad en facultad, dos amigas platican: “Me daba miedo regresar a clases” -expresa con preocupación una de ellas- “A mí también, deberían poner a soldados en las entradas o algo así” -responde la otra- “¡No! ¿qué te pasa?, la vez pasada que se metieron casi me muero del susto” –le dice para después de bajar del transporte.

El autobús se detiene y más de la mitad de los alumnos bajan, la mayoría de prisa ya que eran más de las 9 de la mañana; algunos van a sus salones y otros a tratar asuntos en el Edificio Administrativo del CUTM, entran sin problema y sin ninguna cámara vigilando.
Así es como se vive un día en la universidad, con las medidas de vigilancia que la institución ha tomado, sin duda tratan de cuidar a sus alumnos, maestros y demás personal administrativo, aunque ellos no se sientan del todo protegidos, se hace lo que se puede.

Cabe recordar que la UAT tiene 5 accesos con control, sin contar los “puntos vulnerables” en su perímetro, los escondidos

FUENTE:Milenio.com