Florianópolis, rigurosamente vigilada
Los habitués de Florianópolis encontraron este año algo distinto. No en el color o la temperatura del agua, ni en la arena blanca, sino más arriba. Mientras caminan las últimas cuadras hacia el mar, al alzar la mirada pueden ver las cámaras de seguridad que instaló el gobierno de Santa Catarina en los balnearios de la isla, y que son controladas por la Policía Militar, para reforzar la seguridad después de una última temporada marcada por varios hechos de violencia.
El verano pasado se registró una seguidilla de asaltos a familias argentinas en la isla. Uno de ellos terminó con el homicidio del turista cordobés Raúl Baldo (48), a metros de la arena de Canasvieiras, cuando recién había llegado y le dispararon al intentar robarle el auto.
Dentro del Operativo Verano 2012 (similar al Opertivo Sol de la Provincia de Buenos Aires), la Secretaría de Seguridad se unió a la de Turismo e impulsaron un plan que incluyó la colocación de cámaras tipo domo en todos los balnearios y en los puentes de acceso a la isla. Sólo en Canasvieiras instalaron 11 cámaras y pasó a ser una de las playas más vigiladas. En las otras playas colocaron al menos entre dos y cuatro, en las cuadras más importantes de acceso al mar y donde está la mayoría de los comercios.
El programa también incluyó la creación de la Forçatur (Fuerzatur), una policía turística de civiles y policías militares que brinda asistencia a los que veranean y recorre las playas con bicicletas, motos, cuatriciclos y la avenida Beira Mar Norte (la costanera del centro de la ciudad) con segways (el transporte personal de dos ruesdas). “Este es uno de los planes de seguridad de verano más importantes de Brasil”, destaca Valdir Walendowsky, presidente del Santur, y apunta que desde el Turismo le aportaron 7,5 millones de reales ($ 18 millones) a la cartera de Seguridad para el lanzamiento de la nueva fuerza. “Tenemos 1.100 patrulleros, 250 motos, dos helicópteros, mil policías civiles y casi seis mil policías militares”, explica el coronel Freitas, a cargo de la parte militar del operativo.
Muchos argentinos dicen que se ve más seguridad y que se sienten más tranquilos que el año pasado, aunque igual toman recaudos. “Nos movemos por lugares concurridos y a la noche prestamos atención cuando entramos a la posada”, asegura Claudia, una cordobesa que veranea con su esposo y dos hijos en Canasvieiras. El tandilense Walter Di Giorgio (32), de vacaciones con un amigo, aporta: “Para mí era un lugar seguro, pero con todo esto lo reforzaron mucho más
FUENTE:Clarín.com