Los investigadores que trabajan en el crimen del chef Diego Benson (65) buscan algún rastro del o los asesinos en las cámaras de seguridad cercanas a la casa de San Telmo donde fue hallado muerto a puñaladas .

Además dispusieron el análisis de sus comunicaciones para saber si había acordado recibir a alguien el lunes pasado al mediodía en la casona de Bolívar 1548 que el chef estaba refaccionando.

Benson era comerciante, chef, casado, padre de cinco hijos y muy cercano a instituciones religiosas. El hombre era aficionado a la cocina molecular, reconocida en el mundo entero por el chef catalán Ferrán Adriá. Vivía en Recoleta y tenía un buen pasar económico .

Según fuentes judiciales, el cadáver de Benson fue encontrado tirado en el piso, maniatado con precinto plástico y con al menos cinco heridas cortantes en la espalda. “Creemos que actuaron al menos dos personas . Y lo más importante es que hay un objeto que olvidaron en la casa y otro que se llevaron que podría conducirnos a ellos ”, dijo un investigador.

El chef fue hallado el lunes al mediodía por un albañil al que había contratado para obras en la casa. Llegó a buscar unas herramientas cuando vio que la puerta estaba entreabierta y nadie le respondía. Entró y en una de las habitaciones se topó con el horror .

Según contaron las fuentes, en la cocina había comida recién hecha e incluso en una mesa había cantidad de botellas de vino. Ayer los peritos también buscaban rastros en esos envases de bebidas alcohólicas y en los vasos de vidrio que estaban en la cocina.

Los investigadores no descartan que se haya tratado de un homicidio en ocasión de robo porque no tenía plata en la billetera que solía llevar encima si debía pagar los trabajos en la casa, según dijeron las fuentes.

Pero la Policía y la Justicia no descartan otras hipótesis. “ Lo que más nos llamó la atención fue que las entradas a la casa no fueron violentadas . Eso nos da la pauta de que tal vez conocía al asesino”, sugirieron los investigadores. Pero sus allegados aseguran que Benson no tenia enemigos.

La familia de la víctima mantuvo el caso con mucha reserva, a tal punto que ni sus vecinos supieron la hora y el lugar del velatorio.

“Diego era muy amable, educado. Gente muy macanuda pero muy reservada también y esto se vio en estas horas en el barrio. Todos dicen que fue un robo y que, como no tenía mucha plata, lo terminaron matando.

Pero no sabemos a ciencia cierta qué pasó porque sólo se hizo ese comentario”, contó a Clarín un vecino de Guido al 1600, donde vive su familia.