Los cuerpos de seguridad privada con débil capacitación en el país
Hasta hace un mes trabajó como chofer en un camión. Lo hizo por siete años. Lo despidieron y el pasado viernes comenzó como guardia privado. Tiene 45 años.
Viste chaleco antibalas, tolete y vigila una estación de buses. ¿Cómo consiguió este trabajo? “Un tío me dijo que urgentemente necesitaban guardias aquí. Solo presenté mi hoja de vida y me cogieron ese mismo día”, responde.
Otra revelación: “Primero me dijeron que podía ir de recaudador, pero como no había guardias me mandaron acá”. ¿Sabe qué hacer en caso de asaltos? “No nos dijeron nada sobre esas cosas. Si hay bala tocará botarse al piso”.
La Cámara de Seguridad privada del Ecuador (Casepec) fue la primera en lanzar alertas sobre la “total indefensión” de los celadores. El director ejecutivo de este organismo, Carlos Castillo, fue tajante: “No hay capacitación”.
Esto ocurre pese a que el 5 de abril del 2011, en el Registro Oficial 420 se publicó la reforma al Reglamento de centros de formación y capacitación de personal de vigilancia y seguridad privada.
En el artículo 2 se dice que la idea de esta norma es especializar al personal. Y la primera disposición transitoria determina que el adiestramiento de todos los celadores se cumplirá hasta el 25 de mayo del 2013. Pero Castillo señala que hasta el momento ni siquiera se han creado los institutos para este trabajo. Esa tarea correspondía al Ministerio del Interior. El convenio con tres universidades tampoco está en marcha.
Con base en esa reforma se pretendía capacitar a 80 000 guardias que operan en el país en 750 empresas (Casepec agrupa a 164 firmas con 20 000 hombres). Es decir, en el país el número de guardias privados duplica el de policías (39 000).
En la reforma al Reglamento se determina además que en 120 horas recibirán instrucción sobre legislación relacionada a vigilancia, procedimientos en puestos fijos, derechos humanos, primeros auxilios, evacuaciones. Además, perfil psicológico del sospechoso y conocimiento básicos de armas y práctica de tiro.
El guardia que vigila la estación de buses no conoce de estas materias: “Cuando me fui al cuartel aprendí algo de manejo de armas, pero de ahí no he recibido otras instrucciones”, relata.
Uno de los tres agentes heridos en el asalto que el pasado lunes se perpetró dentro del Quicentro Sur, en Quito, dice que sí sabe sobre manejo de armamento, pero que en el momento del hecho no accionó el suyo, pese a que lo atacaron tres hombres. “En caso de que reaccionaba y mataba a un civil también estaba fregado. Es difícil coger y apuntar a quien me está disparando”. Ese asalto quedó grabado. En un video se ve cómo uno de los armados lo dispara a quemarropa, a solo dos metros.
Otro lo hace desde un costado. Y el tercero por detrás, cuando ya estaba en el piso. “Mejor que no reaccioné. A buena hora, porque me remataban”, cuenta.
En la reforma al Reglamento publicado en abril del 2011 se determina que los institutos de preparación deben contar con un polígono de tiro de al menos siete metros de largo por 2,5 de ancho. Además, las armas de fuego que se utilicen deberán estar registradas.
Pero el presidente de la Cámara, Héctor Santacruz, hace señalamientos: “No tenemos una orientación ni control preciso. Absolutamente, ninguna cooperación para hacer factible nuestro accionar profesional. No hay quién solucione el tema de la preparación”. Y lanza una cifra reveladora: “Los guardias, en un 80%, no están capacitados". El Gobierno se pronunció recién el sábado (ver puntuales).
El asalto en el Quicentro Sur ocurrió 11 meses después del asalto a un blindado en otro centro comercial del sur de Quito. Un vehículo de traslado de valores retiró dinero de un banco ubicado en el interior de ese lugar. Según testigos, tres celadores salían al estacionamiento cuando cuatro hombres y una mujer abrieron fuego contra ellos. Un guardia de seguridad falleció y otros tres resultaron heridos. Al igual que el asalto en el Quicentro Sur, los sospechosos de ese atraco también utilizaron subametralladoras.
Tras ese hecho, la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (ABPE) planteó nuevas medidas de seguridad para los automotores que transportan dinero. Una alternativa era la modificación de los horarios y la forma cómo se lleva el dinero en vehículos. Incluso se planteó trasladarlo en la noche, cuando los usuarios de los centros comerciales no se encuentren allí. Sin embargo, esas ideas no se han cumplido: los traslados aún se realizan en horas laborables.
¿Los guardias tienen un protocolo para actuar en centros comerciales? Castillo reconoce que no, aunque advierte que hay “normas generales”. Se refiere a procedimientos como observación, alertas en caso de sospechas, “uso de fuerza natural” y, “cuando las cosas se complican”, activación del arma.
El guardia de la estación de autobuses tampoco sabe de estas “normas generales”. ¿Conoce sobre uso progresivo de la fuerza? No. Y revela que apenas le hicieron llenar la hoja con sus datos personales y quedó contratado por USD 361 mensuales.
FUENTE:El Comercio (Ecuador)