SEGUIRÁ SEPARADO DE LA FUERZA

Imputaron y recuperó la libertad el policía que mató a presunto ladrón
La acusación fue por homicidio en exceso de legítima defensa. Testigos coincidieron, en gran parte, con la versión del efectivo. Las cámaras de seguridad no registraron el momento del hecho, como se informó


El fiscal especial Santiago Maximiliano Garay decidió ayer al mediodía liberar al policía que disparó y mató al presunto asaltante que el sábado, mientras se trasladaba en bicicleta, lo atacó junto con dos cómplices con el fin de robarle sus pertenencias. Previamente y en tanto se analiza su futuro en la instrucción, lo imputó por exceso en legítima defensa, calificación penal que prevé de seis meses a cinco años de cárcel (ver aparte).

El aporte de dos testigos que aparecieron en las últimas horas y la declaración del efectivo ante el magistrado fueron la clave para decidir su liberación, después de pasar la noche en una celda de Contraventores.

Tras el hecho, se informó oficialmente que cámaras de seguridad urbana habían registrado el asalto, lo que iba a ser determinante para el caso, pero esto no fue así y sólo detectaron la huida de un par de malvivientes en un vehículo y el traslado de la víctima hacia el Hospital El Carmen en otro. El auxiliar policial, que tiene 28 años y se desempeña en Científica –se reserva su identidad por pedido de los investigadores–, seguirá separado de la fuerza por algunos días, mientras se define su situación procesal, señalaron desde el Ministerio de Seguridad.

El fiscal espera que desde el Cuerpo Médico Forense le envíen el informe final de la necropsia practicada al cadáver de José Miguel Flores, de 26 años, debido a que no está claro si el proyectil de la pistola calibre 9 milímetros del uniformado ingresó por la parte trasera o delantera de la zona media del cuerpo y luego se alojó en el pulmón.

Fuentes judiciales y policiales señalaron que, a pesar de que existen algunas dudas en la instrucción, la situación es clara: el policía se defendió de una agresión y luego disparó, es decir, al terminar la investigación, una vez que se realicen todas la medidas requeridas por el superfiscal, se definirá si corresponde homicidio en legítima defensa (no contempla penas condenatorias) o si existió exceso.

La reconstrucción del hecho sostiene que el policía de 28 años transitaba en bicicleta por el Corredor del Oste y Tiburcio Benegas, de Godoy Cruz, a las 17 cerca del asentamiento Urundel, donde vivía el joven fallecido, y sufrió un sorpresivo palazo en la zona torácica que lo dejó tirado sobre el asfalto. El miembro de la fuerza no vestía el uniforme porque se encontraba de franco.

Cuando declaró en sede judicial, el auxiliar aseguró que fueron tres los agresores y que uno de ellos, sería Flores, portaba un arma de fuego. Esto, agregó en su declaración, motivó que sacara su arma reglamentaria y disparara. El proyectil lesionó al muchacho que murió después de ser operado en el Hospital El Carmen pasadas las 20. Además, sostuvo que antes de apretar el gatillo se resistió y protagonizó un forcejo con los asaltantes.

Las cámaras de seguridad de la vía pública captaron al conductor de un Peugeot 307 llevar a la víctima hasta el nosocomio de calle Joaquín V González y Salta, de Godoy Cruz, y cuando el resto  de la banda huyó en un Peugeot 504 blanco que hasta anoche no había sido encontrado.

Horas después aparecieron dos testigos, vecinos de la zona, que se pusieron en contacto con un policía vial y relataron que vieron la agresión. También lo hicieron ante la Justicia ayer por la mañana. Trascendió que su declaración fue "muy clara" –estaban a unos 50 metros de la escena– y que coincidió, en gran medida, con lo descripto por el policía. Sólo en un punto contrastaron: los declarantes explicaron que en ningún momento vieron a los malvivientes portar armas de fuego, situación que si afirmó el imputado.

De todas formas, le darían la derecha a la testimonial del auxiliar debido a que los testigos vieron todo a media cuadra de la escena. Finalmente, después de reunir las primeras pruebas, el fiscal tomó la decisión de imputar por exceso de legítima defensa al policía y ordenar su liberación.  

Fuentes judiciales señalaron que lo hizo apoyándose en que el efectivo, por su función, "debería saber que primero podría haber disparado al aire" y así salir corriendo del lugar sin lesionar a los agresores.

De todas formas, deberá esperar algunos días a que el fiscal reúna todas las pruebas necesarias para saber qué será de su futuro.   
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El artículo 34 del Código Penal habla de los casos que no son punibles. Entre ellos se destaca la legítima defensa: "El que  obrare en defensa propia o de sus derechos, siempre que concurrieren las siguientes circunstancias: Agresión ilegítima, necesidad racional del medio empleado para impedirla o repelerla y falta de provocación suficiente por parte del que se defiende".

Por su parte, el artículo 35, señala: "El que hubiere excedido los límites impuestos por la ley, por la autoridad o por la necesidad será castigado con la pena fijada para el delito por culpa o imprudencia", es decir, el artículo 84: "Será reprimido con prisión de seis meses a cinco años e inhabilitación especial, en su caso, por cinco a diez años el que por imprudencia, negligencia, impericia en su arte o profesión o inobservancia de los reglamentos o de los deberes a su cargo, causare a otro la muerte".

FUENTE:El Sol Online