‘Blindan’ vs inseguridad el Tec y la Universidad


Sin detener su paso, Tomás Ríos saca de la cartera su credencial de estudiante y la muestra a dos guardias de seguridad privada que están en el acceso principal del Instituto Tecnológico de Ciudad Juárez (ITCJ), donde cursa la carrera de Administración de Empresas.

“Pásele”, se escucha decir casi al unísono a los vigilantes del plantel, un hombre y una mujer, mientras revisan visualmente la identificación de Ríos, así como las de otros alumnos de la institución que casi al mismo tiempo ingresan caminando por el acceso principal de la Avenida Tecnológico. Sólo unos cuantos son detenidos para una revisión más detenida de su documento.

Por controles de acceso como éste cruzan los más de 36 mil estudiantes de universidades públicas en la ciudad, como la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), la Universidad Tecnológica, así como el ITCJ, que ante la inseguridad registrada desde hace cuatro años adoptaron paulatinamente esta y otras medidas para que los actos delictivos no traspasen la ‘puerta’ de sus campus.

Gasta el Tec casi 4 mdp en los últimos tres años

El ITCJ ha gastado casi cuatro millones, en los últimos tres años, informaron. En conjunto ambas instituciones destinaron a la seguridad el equivalente a casi el 42 por ciento del monto destinado por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez al desarrollo de proyectos de investigación académica en los últimos seis años, de acuerdo con datos oficiales.

Aunque se estima que el monto de recursos económicos asignado por las universidades a la seguridad de sus alumnos, maestros y empleados en general es mayor, considerando el gasto realizado por colegios privados, como el Tec de Monterrey, así como el que destina la UACH para su campus en la ciudad y la Universidad Tecnológica de Ciudad Juárez, que no proporcionaron el monto de su erogación por este concepto.

Esta inversión se elevó desde que se disparó la violencia en la ciudad, coincidieron en informar representantes de las mismas.

“Se tomaron medidas para evitar que los hechos delictivos que se daban en la ciudad cruzan a los campus universitarios” dijo Arturo Herrera, coordinador de bienestar infantil de la UACJ.

Elma Chávez, subdirectora académica aseguró que “la inseguridad en la ciudad nos alertó”.

De ver lo que ocurría en la ciudad, los estudiantes y maestros sintieron miedo hasta en sus aulas, coinciden los entrevistados. Aunque aseguran que los únicos hechos de inseguridad que han ocurrido en los planteles son los robos, algunos casos con violencia.

Así, para salvaguardar la integridad física de sus estudiantes, docentes y trabajadores, las universidades públicas aumentaron su blindaje: contrataron más personal de vigilancia privada e instalaron cámaras inteligentes en cada uno de sus planteles y modificaron sus horarios de clases para evitar que salieran noche de sus aulas.

También se incluyen: pláticas de prevención del robo, difusión de acciones de seguridad, simulacros y diagnósticos de seguridad dentro de los campus universitarios.

Además, colocaron botones de pánico, se cambió el horario de clases en el turno nocturno para que terminen clases a las 20:00 ó 21 horas, se implementaron programa de credencialización, programa de comunicación interna.

En general instalaron barreras físicas, tecnológicas y humanas, se informó.

Del paso libre a los filtros de acceso

Tras la violencia inédita que se desató desde el 2008 en la ciudad y que le arrebató la vida a compañeros, maestros y empleados, los universitarios se sintieron inseguros.

Esto quedó expuesto en una encuesta levantada por la UACJ entre alumnos de sus cuatro institutos en la ciudad, donde la mitad respondió sentirse seguro en su campus, el resto no.

Al pedirles que nombraran el lugar de la institución que consideraban más inseguro, la mayoría mencionó el estacionamiento.

Esta misma situación se registró en el resto de los universitarios, por lo que en todos los planteles públicos y privados se tomaron medidas, como la colocación de casetas de seguridad y accesos restringidos.

Representantes de la institución asocian ese temor a que la mayoría de los incidentes de inseguridad, robos y asaltos, se registraron en esos lugares a donde concurre la mayoría debido a que siete de cada 10 universitarios se traslada en automóvil propio.

“De aquí se robaban carros, estéreos o cosas que dejábamos en la cajuela y nadie sabía nada”, dijo un alumno de Sociología en el Instituto de Ciencias Sociales y Administración.

Esto mismo vivieron alumnos de las otras instituciones, por lo que la Universidad Tecnológica dio a conocer que optó por restringir la entrada a automóviles sin placas o permiso municipal para circular y el Tec de Juárez prohibió a sus escolapios permanecer en interior de los autos, aunque esto último no se cumple a cabalidad, se pudo detectar en un recorrido por el lugar.

En general, las universidades e instituciones de educación superior colocaron controles mecánicos de acceso, sobre vigilados por cámaras o presencia de guardias privados.

La primera en adoptar estos esquemas de control fue la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH), donde se dispuso que toda persona que ingresara al edificio debería identificarse previamente ante personal de seguridad.

Mario Meza, coordinador de comunicación de la institución, dijo que esa medida se dejó de aplicar. Ahora el plantel, ubicado en el Pronaf, sólo es monitoreado por la Secretaría de Seguridad Pública a través de un sistema de cámaras colocadas en distintos puntos.

Se dio a conocer que en el Instituto Tecnológico de Monterrey ocurrió lo mismo, pues los alumnos muestran su credencial escolar, mientras que los padres de familia deben identificarse con un documento oficial y un recibo de pago de algún servicio público.

“Me siento seguro así, quizá perdimos libertad, pero es preferible para estar tranquilos”, dijo Ríos el alumno del ITCJ.

Las medidas adoptadas por las universidades locales forman parte de las recomendaciones que la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) lanzó desde el año pasado para reforzar la vigilancia en los campus, con acciones preventivas para casos como secuestros, balaceras, asaltos y robos a las instituciones educativas.

Estas se expusieron en el Manual de Seguridad para dar cabida a una preocupación grave en la sociedad mexicana, donde se reveló que el 32 por ciento de las instituciones de educación superior no contaban a finales del 2011 con instrumentos de regulación para la seguridad.

De acuerdo con una encuesta de la ANUIES, la mayoría de los incidentes que se presentan dentro de las universidades se centran en el robo de equipamiento escolar, robo de autopartes y vehículos, asalto a transeúntes y existe un incremento en las amenazas e introducción de explosivos.

De la encuesta aplicada por la UACJ a sus alumnos se desprende que los delitos que sufrían dentro y fuera de las instalaciones se registraban en la tarde noche, en algunos casos mencionaron de las 8 a las 10 de la noche.

Debido a esto las instituciones se vieron en la necesidad de bajar sus horarios de clases e implementar un sistema de transporte.

En el ITCJ, las clases terminan a más tardar 9 de la noche, dice Elma Chávez. Ante se extendían hasta las 10. Esto mismo ocurrió en el UACJ, donde se ajustó el horario para concluir una hora antes en los turno vespertino y nocturno, dijo Herrera.

El catedrático agregó que además desde el 2009, en cada uno de los institutos se crearon un comité de seguridad para detectar los problemas de violencia a fin de canalizarlo a las autoridades preventivas.

Los comités de seguridad están integrados por el director de cada uno de los cuatro institutos, así como alumnos, catedráticos, el titular de la Coordinación de Orientación y Bienestar Estudiantil y un representante de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, quienes en conjunto desarrollarán programas que ofrezcan una mayor seguridad a la comunidad universitaria y a la sociedad en general, mencionó.

Aseguró que cuando menos con estas acciones se ha logrado la paz en los campus

FUENTE:Diario Digital Juárez