Las noticias suelen repetirse con llamativa frecuencia. Y no se trata de un fenómeno antojadizo, pues para las grandes problemáticas difícilmente aparezcan soluciones mágicas y definitivas que logren extinguirlas y convertirlas en historia.

La inseguridad representa uno de esos flagelos que permanecen latentes, más allá de los esfuerzos que la sociedad o el gobierno puedan realizar para enfrentarla.

El jueves 22 de setiembre del año pasado, El Litoral titulaba en su primera plana: “Comerciantes piden por mayor seguridad”.

Ese mismo día, se confirmaba que serían recibidos por el entonces ministro de Seguridad de la Provincia, Alvaro Gaviola. “Así no se puede seguir”, advertían los representantes de las asociaciones que nuclean al comercio de las principales avenidas de la ciudad de Santa Fe. Poco antes, en Av. López y Planes, se habían producido cuatro asaltos en apenas una semana y en un radio de sólo 300 metros.

Un año después, la historia y las noticias se repiten. El título de tapa de El Litoral del pasado sábado fue: “Reclamo por más seguridad”. Así como un año antes habían sido los comerciantes de las principales avenidas quienes pedían respuestas al gobierno, en esta ocasión fueron los propietarios de comercios y los vecinos de calle Suipacha. Es decir, pleno macrocentro de la ciudad.

Mediante una carta elevada a las autoridades provinciales y municipales, denunciaron constantes casos de asaltos a mano armada, en la calle y en los locales comerciales, de noche y a plena luz del día. También el robo de automóviles y de motos; y asaltos a viviendas particulares de la zona.

Como un año antes lo habían hecho los comerciantes de las principales avenidas, reclamaron mayor patrullaje policial y la colocación cámaras de seguridad.

Cuando en setiembre de 2009 la Municipalidad de Santa Fe lanzó la propuesta de instalar un sistema de monitoreo urbano mediante cámaras de seguridad en el microcentro, la idea generó algunas dudas y resquemores. Sin embargo, el paso del tiempo confirmó las virtudes del sistema. Tanto fue así, que en estos momentos se multiplican los pedidos de vecinos y comerciantes para que el monitoreo sea extendido a otros puntos de la ciudad.

En este contexto, el gobierno provincial acaba de anunciar la instalación de 200 cámaras que se sumarán a las que ya están en funcionamiento. Las mismas serán colocadas en los ingresos de la ciudad, en las principales avenidas comerciales y también en puntos neurálgicos del área metropolitana.

La inversión será de 40 millones de pesos -a las 200 cámaras de Santa Fe se sumarán otras 400 en el Gran Rosario- y se espera que el sistema esté funcionando en ocho meses.

Si bien habrá que aguardar para sacar conclusiones contundentes, la experiencia indica que estos monitoreos resultan efectivos para prevenir delitos. Por ese motivo, la decisión del gobierno parece adecuada y responde a los pedidos de quienes, con toda lógica, reclaman mayores medidas de prevención.

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