Las autoridades de Pakistán reforzarán las medidas de seguridad para las festividades del inicio del año islámico, tras el atentado suicida que este domingo segó la vida de 57 personas.
Las autoridades de Pakistán anunciaron un incremento de las medidas de seguridad previstas para las festividades del inicio del año islámico, tras el atentado suicida que este domingo segó la vida de 57 personas y dejó decenas de heridos.
De acuerdo con agencias internacionales, el Gobierno desplegará un plan "sin precedentes" para proteger las celebraciones de Muharram, primer mes del año islámico y las jornadas más festivas para los chiíes, minoría en Pakistán que es objeto de atentados sectarios por parte de radicales suníes.
Está previsto que tanto este lunes como el martes, cientos de procesiones chiíes recorrerán las ciudades paquistaníes.
Para evitar ataques contra ellas, las autoridades desplegaron 12 mil policías y militares en Islamabad; nueve mil en la ciudad oriental de Lahore; 14 mil, en Karachi; siete mil en Pesháwar, y cinco mil en Queta.
Además, está prohibido que las motocicletas circulen con pasajeros para evitar ataques y la telefonía móvil se bloqueó en algunas áreas para evitar la activación de bombas a control remoto.
En Lahore, se instalaron 225 cámaras de vigilancia y desplegado helicópteros para vigilar las procesiones.
El Instituto de Ciencias Médicas de Pakistán de Islamabad se encuentra en alerta con 250 camas disponibles en caso de que haya víctimas en ataques, de acuerdo con Dawn.
El ataque del domingo
El ataque del fin de semana fue perpetrado por un joven de entre 18 y 22 años en el puesto de Wagah, fronterizo de Pakistán con la India, al finalizar una ceremonia marcial que realizan desde hace décadas los dos países y que atrae a un gran número de espectadores.
Las fuerzas de seguridad descubrieron explosivos y chalecos suicidas cerca de donde se cometió el atentado el domingo, después de que se alertara de la presencia "de alguien sospechoso", informaron fuentes militares al diario Dawn.
Los atentados de carácter sectario en Pakistán, en especial contra la minoría chií ( 20 por ciento de la población del país), se han incrementado en los últimos años dentro de un marco general de recrudecimiento de la violencia terrorista desde finales de 2012.
Se estima que Pakistán es el segundo país del mundo con mayor población chií, unos 40 millones de personas, solo por detrás del vecino Irán.
De acuerdo con un informe del Instituto Paquistaní para Estudios de Paz, el año pasado murieron 685 personas, en su mayoría chiíes, en más 200 atentados dirigidos a las minorías religiosas del país.
El Ejército paquistaní comenzó el 15 de junio una ofensiva militar en la región tribal de Waziristán del Norte, donde desplegó 30 mil soldados para tratar de acabar con los grupos insurgentes que se ocultan en la zona, en la que han muerto mil 100 insurgentes y 90 soldados.
Fuente: TyC Sports