Detenido un sospechoso por el asesinato del fotógrafo mexicano

"Ya voy de salida a la calle”, fue el último mensaje que mandó EL 31 zRubén Espinosa, fotógrafo amenazado el viernes 31 de julio a las 14.13 horas, después de conversar durante 15 minutos por whatsapp con un amigo, también fotógrafo, al que por seguridad, le escribía prácticamente a diario. Un vídeo de la cámara de la calle muestra a tres hombres que salen tranquilamente del edificio a las 15.02 y que, según la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal serían los autores materiales de la tortura, violación y asesinato de Rubén Espinosa, Nadia Vera, Yesenia Quiroz, Nicole y Alejandra. Las autoridades anunciaron ayer que uno de los sospechosos ha sido detenido, cuyas huellas dactilares coinciden con las encontradas en el lugar del crimen. Según la fiscalía mexicana, el detenido tiene antecedentes por violación y lesiones.

Si seguimos esa versión oficial que permanecía al cierre de esta edición, en 49 minutos tres hombres desconocidos pudieron entrar al apartamento, maniatar de pies y manos a 5 personas, golpearlas, violar a algunas de las mujeres, saquear la vivienda y cometer un homicidio quíntuple, sin que los vecinos, atemorizados ahora, escucharan nada. Solo uno dijo que sobre las 14.30 oyó a una de las asesinadas discutiendo por teléfono acaloradamente. El Procurador del DF, Rodolfo Ríos Garza dijo el martes que no se podía descartar ninguna línea de investigación pero insinuó que el robo era una de las hipótesis destacadas.

Lo único real hasta ahora es que esa noche del viernes, la cuarta habitante del apartamento, llegó a casa y se encontró a Rubén, Alejandra –la empleada doméstica, de 42 años– y a sus compañeras de piso, muertas. Yesenia Quirós, tenía 19 años y estudiaba Cultura de la Belleza. Originaria del norte del país se pagaba su estancia en la ciudad haciendo modelaje. De la tercera chica que vivía en la casa solo se sabe que se llamaba Nicole y se le presume la nacionalidad colombiana aunque a 6 días de su muerte todavía no hay una confirmación oficial. La cuarta, Nadia Vera, se mudaba ese domingo a Cuernavaca, a una hora y media de la capital, a trabajar en un festival cultural. Era antropóloga y había liderado un movimiento estudiantil en Xalapa, la capital de Veracruz, hace tres años. Era muy amiga de Rubén Espinosa, de cuando ambos vivían allá. Veracruz es uno de los estados más violentos del país y el más peligroso para ejercer el periodismo. Desde 2010, que asumió la presidencia el gobernador priísta Javier Duarte, hay 14 reporteros asesinados entre una población de menos de 8 millones. En todo México, Espinosa es el séptimo periodista muerto en lo que va de año, prácticamente uno por mes. El país azteca es el más peligroso para informar de toda América.

“El problema es la impunidad, matar periodistas sale gratis en este país. Rubén y Nadia no eran incómodos para el crimen organizado sino para las autoridades de Veracruz y esa es la línea que se tiene que seguir en la investigación” asevera contundentemente Témoris Grecko, periodista de la organización Ojos de Perro.

Rubén Espinosa se exilió el 9 de junio al Distrito Federal después de recibir amenazas de muerte por cubrir la detención ilegal de un grupo de estudiantes movilizados el pasado 5 de junio. No eran las primeras, desde 2013 Espinosa había denunciado agresiones y intimidaciones de funcionarios públicos al cubrir movilizaciones sociales. Vera, por su parte, apareció en un documental el año pasado explicando los abusos a derechos humanos cometidos por el gobierno veracruzano y señalaba como responsable directo de si algo le pasaba a la administración de Duarte.

Ambos se habían mudado a 300 kilómetros de Xalapa, buscando el refugio seguro que parecía la Ciudad de México. Ahora, con su asesinato y pese a que el móvil no está claro, la isla de seguridad que parecía la capital se rompió.
“Hay un sentimiento general de desprotección y desamparo. Entre los periodistas del DF pero sobretodo para muchos reporteros que están permanente hostigados en sus estados y que veían como una opción de supervivencia el desplazamiento forzado aquí. Es un golpe tremendo para nuestra articulación”, explica Daniela Pastrana, directora de la Red de Periodistas de A Pie, que desde hace 8 años apoya a periodistas que cubren casos de violencia y corrupción. Según la organización internacional para la libertad de prensa, Artículo XIX, en la Ciudad de México hay 37 periodistas de provincia que llegaron a refugiarse después de atentados u amenazas en sus estados. Golpear a periodistas del DF es, por rebote, atacar la salud del periodismo en todo el país.


Fuente: larazon.es