Los ojos que vigilan Santiago
Actualmente no existe un registro oficial de cámaras de vigilancia y asociación de empresas de alarmas estima que hay cerca de 700 mil en la capital. A esto se suma la falta de una ley que regule su uso.
Miles de cámaras vigilan a los santiaguinos todos los días. Están en las autopistas, el aeropuerto, las terminales de buses, las sucursales bancarias y los cajeros automáticos. En las plazas públicas, las calles y los hospitales. En los centros comerciales, los supermercados y en el Metro.
En total, según especialistas en seguridad privada, sólo en la capital estiman que hay al menos 700 mil de estos aparatos, estando su mayoría en manos de las empresas de seguridad. En esta línea, Aldo Vera, gerente general del servicio de seguridad “Te pillé”, señaló que “las cámaras públicas que maneja el gobierno son cerca de un 2% del total que existen en el país, el resto son cámaras privadas en las que el gobierno no tiene mucha incidencia”.
Así lo demuestra el bajo registro de cámaras de la Asociación de Municipalidades, donde 10 comunas de la capital, que tienen más videograbadoras de circuito cerrado, cuentan en total con apenas 384 lentes (ver tabla). Santiago es el municipio que lidera el ranking, con 126 cámaras para 200 mil habitantes, seguido por Puente Alto, con 50 para 493 mil personas y 47 en Providencia, con 121 mil habitantes .
La cifra de la Subsecretaría de Prevención del Delito es aún menor. Desde la creación de la misma en 2011 se registra el financiamiento de 232 cámaras, donde el 70% de ellas están instaladas en barrios comerciales. A estos aparatos se suman los 169 de la Unidad Operativa de Control de Tránsito (UOCT), las cerca de 210 ubicadas en el Palacio de La Moneda y las 220 propias que maneja Carabineros.
En cambio, la cantidad es notoriamente más alta en el otro lado de la vereda. “Sólo en mi empresa hemos instalado unas 10 mil en 20 años, y están instalando cada vez más. Si eso lo multiplicamos por la cantidad de empresas, fácilmente debe haber 600 mil a 700 mil cámaras entre públicas y particulares en Santiago, eso como mínimo”, dijo Juan Benard, presidente de la Asociación Chilena de Empresas de Alarmas (Achea). El valor de estos dispositivos van desde los $ 40 mil hasta los $ 15 millones. Su servicio mensual puede partir en las 5 UF (cerca de $ 120 mil).
En Chile no existe un registro oficial de la cantidad de cámaras instaladas en el país, por lo que no es posible llegar a un número exacto de estos dispositivos. En Inglaterra, según los medios de comunicación europeos, se habla que existen 4,2 millones de cámaras de circuito cerrado. Los usos que se dan a estos dispositivos son variados. En la UOCT buscan tacos o semáforos apagados, mientras que las autopistas monitorean vehículos en pana o accidentes de tránsito. Los carabineros de Santiago Centro buscan a los lanzas y los siguen durante todas las vueltas que se dan por los paseos peatonales. No obstante, todas también pueden servir para aclarar delitos. Su uso ha sido clave en decenas, o cientos, de investigaciones penales. En el caso del homicidio de María Soledad Lapostol, a fines de 2007, fueron las cámaras de seguridad del edificio donde trabajaba la mujer las que captaron la cara del hombre que la asesinaría: Luis Araya Galaz.
FUENTE:http://www.latercera.com/