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Argentina:San Rafael Hace más de un año que piden se reponga una cámara de seguridad

El tema de la inseguridad vuelve a ser foco de reclamos por parte de los sanrafaelinos para que se combata este flagelo. Vecinos de las calles Los Filtros y República de Siria piden que se arregle la cámara de seguridad que funcionaba en el lugar y que se reprima con mayor eficacia los robos.

 "Se han incrementado mucho los robos, roban del interior de los autos y en la vía pública cada vez más. Desde que no está la cámara actúan con mayor libertad", explica Jorge, uno de los vecinos de la zona, y agrega que "hace un año que estamos esperando que repongan la cámara del lugar para, por lo menos, frenar el aumento del delito, ya que abren los autos para robar lo que tienen dentro o a vecinos cuando van por la vereda. No sabemos por qué demoran tanto en arreglarla".

De las 60 cámaras de seguridad instaladas en el departamento, en 2015 se han roto cuatro cámaras que no han sido repuestas. Desde el 10 de febrero del 2014 se retiró la cámara ubicada en la intersección de las calles Los Filtros y Presidente Alvear "por daños reiterados". El mismo motivo por el que debieron retirar la cámara de seguridad de la esquina de avenida Ballofet y calle Amapola en  junio del año pasado. Hasta el momento, ambas cámaras no se han podido reponer.

Por otro lado, hace dos semanas un sujeto se aproximó al dispositivo de El Libertador e Irene Curie, y repentinamente éste dejó de transmitir imágenes porque el malviviente había cortado un cable que neutralizó la actividad del domo.  El otro episodio se produjo días atrás cuando  se registró una anomalía en la cámara de calle Pichincha y Ortiz de Rosas en Pueblo Diamante. Desde la fuerza señalaron que se resintió la reproducción de imágenes a raíz de un objeto contundente que impactó en el dispositivo. El fin de semana, en ese mismo lugar, un joven había arremetido contra el domo en dos ocasiones.

 Ambos sucesos fueron calificados como "Daño agravado" e instruidos por personal de Comisaría 38 y Comisaría 8va respectivamente.  Sin embargo, en algunos puntos del departamento, aún con la presencia de las cámaras de seguridad, continúan efectuándose delitos. Un caso reciente fue el producido en el comercio Adamo Video SRL, cuyo propietario explicó que el negocio ha sufrido decenas de roturas de su blíndex, pero esta vez los ladrones, captados por las cámaras de seguridad internas del local, sustrajeron por un agujero del vidrio blindado diversos elementos que alcanzaron un valor de 100 mil pesos...LEER NOTICIA COMPLETA

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Argentina:Algunas claves para un nuevo modelo de seguridad pública

Los últimos veinte años de la vida pública argentina han estado signados por los problemas derivados de la inseguridad, tema excluyente en los reclamos ciudadanos, que ha permanecido inalterable en la agenda de las prioridades.

Los justos reclamos de los vecinos que ven afectados sus bienes y su integridad son recibidos con preocupación por los encargados de asegurar la vida y la propiedad de las personas, pero los hechos demuestran que no existe una mejoría en este tramo del derecho a un estándar de vida con ciertas seguridades y previsibilidad.

La principal reacción del Estado frente a la exigencia ciudadana de más seguridad ha sido el incremento de los efectivos policiales, más patrulleros para recorrer el territorio, equipamientos más sofisticados y la masiva instalación de cámaras de seguridad. Sin embargo, la cuantiosa inversión de dineros públicos a estos fines no parece haber arrojado los resultados esperados. El virtual copamiento policial de la vía pública no parece ser suficiente para contener los hechos de violencia que aquejan a una buena parte de la población. Los casi cien mil efectivos de la Policía de la provincia de Buenos Aires son una prueba elocuente de ello.

Probablemente haya llegado el momento en que la clase dirigente comience a elaborar propuestas en materia de seguridad pública que, sin excluir el aporte policial para la prevención y la represión del delito, no se agoten en ese recurso. Y en este sentido, nuevamente, al igual que en materia penitenciaria y de sustancias estupefacientes, existen experiencias regionales exitosas que nos pueden dar una pauta sobre los caminos a seguir. Tal el caso de Porto Alegre y Curitiba, en Brasil, el municipio de Aguascalientes, en México, o el paradigmático caso de Medellín, en Colombia, que, de ser una de las ciudades más violentas del mundo, hace poco más de diez años se ha transformado en un modelo de convivencia ciudadana e integración social que es ejemplo para el mundo entero.

Simplemente me propongo insinuar (con las limitaciones que supone una columna periodística) algunas pautas que nos permitirían ver a la seguridad pública como un asunto que no debe ser estrictamente policial.

Pero antes algunas aclaraciones: a) no existen sociedades con cero delito. Pretender la supresión de conductas en conflicto con la ley es una utopía irrealizable. Pero sí puede aspirarse a convivir “con una sensata cantidad de delito”, parafraseando al criminólogo noruego Nils Christie; b) no hay soluciones mágicas, ni en este ni en la mayoría de los temas sociales. Lo que hay son políticas púbicas, sostenidas en el tiempo, que marcan tendencias en una dirección determinada.

Ahora sí, a las propuestas.

Disponer de datos confiables

Es imposible incidir sobre la seguridad ciudadana si ignoramos la realidad, si no estamos en condiciones de conocer con exactitud la magnitud de los fenómenos sobre los que queremos intervenir. Las políticas en materia de seguridad de los últimos años han estado caracterizadas por las reacciones espasmódicas frente a episodios relevantes. Un crimen, un secuestro, una violación, han generado modificaciones en el Código Penal y la adopción de medidas que, como las sucesivas declaraciones de emergencia, a poco de andar, se mostraron ineficaces para atender el problema al que se dirigían.

Es imprescindible contar con datos confiables a través del tiempo, emanados de organismos técnicos e independientes, que nos permitan conocer con exactitud la dimensión de los problemas. Estadísticas, datos duros, relevamientos de campo y, sobre la base de su lectura e interpretación, promover políticas orientadas a torcer esos fenómenos. Datos que deben ser de público acceso, para contar con lecturas e interpretaciones diversas, que enriquezcan la comprensión de la realidad.

En este sentido, varios Observatorios de la Seguridad que funcionan en distintos puntos del país constituyen una base importantísima de experiencia adquirida para desarrollar esta política pública de contacto con la realidad.

Integrar ciudades

Los conglomerados urbanos contemporáneos se caracterizan por la existencia de dos realidades bien marcadas: una parte de la ciudad con acceso a los servicios propios de la vida moderna (agua, luz, cloacas, gas, alumbrado público, pavimento, etcétera), con las necesidades medianamente satisfechas (trabajo, salud, educación, esparcimiento), y otra parte de la ciudad que vive al margen de esas condiciones, que en realidad sobrevive y se desenvuelve por fuera de las pautas sociales que marca la parte incluida. Dos ciudades en tensión permanente, virtualmente irreconciliables. La primera, adoptando recaudos para protegerse de las agresiones de la segunda, y esta última, mirando de soslayo los bienes y los servicios que se encuentran muy lejanos de su alcance. Dos culturas y formas de vida diferentes, muy difíciles de conciliar.

Mientras se mantenga el antagonismo entre estas dos realidades, será muy dificultoso pensar en buenos niveles de seguridad pública. Entendiendo por seguridad pública el derecho a que no nos agredan en nuestras personas y nuestros bienes, pero también en el derecho a una vida digna.

Las experiencias exitosas a que hacía alusión se han caracterizado por integrar ambas realidades, tender puentes, recrear las redes de solidaridad y comunicación y comprender que el destino común no puede ser diseñado desde el individualismo.

Ciudades integradas implica tratar a todos los ciudadanos de la misma manera, comenzando por aquellos que tienen más necesidades. Llevar la urbanización (servicios, acceso a los derechos) desde afuera (desde las periferias) hacia adentro (al centro de las ciudades).

Optimizar los recursos humanos

Los recursos materiales necesarios para concretar ciertos niveles de igualdad en el trato son escasos, principalmente para los países como el nuestro y del resto de la región. No sobra el dinero para restablecer derechos y el que existe suele ser incorrectamente invertido y asignado, cuando no se desvía por los canales informales de la corrupción.

Sin embargo, existe un enorme potencial humano, de cientos de organizaciones y personas solidarias que, en forma silenciosa y cotidiana, desarrollan labores de promoción de la comunidad en sitios desaventajados. Tal el caso de comedores comunitarios, trabajadores sociales, educadores, sociedades de fomento y múltiples expresiones comunitarias. Pero estos valorables esfuerzos suelen estar desconectados y dispersos.

Es labor del Estado (y, principalmente, de los estados municipales) convocar a estos actores sociales a los fines de coordinar sus esfuerzos, evitar superposiciones y compartir las experiencias acumuladas para optimizar sus respectivas labores e incluso llegar a suplir la ausencia de recursos públicos.

Apuntar a la participación ciudadana

La transformación de la realidad debe ser una empresa común, en la que se vea involucrada la población. No existe posibilidad de afrontar cambios sociales de magnitud (como lo es la construcción de niveles aceptables de seguridad pública) si las finalidades y las estrategias no son compartidas por los destinatarios de esa acción.

La dirigencia política debe acordar una verdadera política de Estado en esta materia, seria y razonable, y convocar a todos los ciudadanos a llevarla adelante. Deben recrearse los foros comunitarios, donde todas las voces sean oídas y donde también aprendamos a escucharnos....LEER NOTICIA COMPLETA

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Peru:Arequipa: Casona del Centro Histórico fue dañada con una pinta

El inmueble, que tiene más de 100 años de antigüedad y que es de propiedad del Arzobispado de Arequipa, apareció con una pinta que tiene una extensión de 20 metros.

A lo largo de 20 metros de una casona del Centro Histórico de Arequipa aparecieron pintas de color azul. El monumento afectado se ubica en la esquina de las calles Palacio Viejo y Cruz Verde.

El inmueble de sillar – que tiene más de 100 años de antigüedad- es el Centro Pastoral Juan Pablo II, de propiedad del Arzobispado de Arequipa. Precisamente, hace dos meses, la entidad eclesiástica realizó obras para la recuperación de la fachada.

El vicario general, monseñor Javier Cárdenas, informó que no hay testigos ni cámaras de seguridad cerca de la zona para poder dar con los autores del atentado.

Indicó que coordinarán con el Ministerio de Cultura para buscar la técnica más apropiada para hacer la limpieza del grafiti. El objetivo es no dañar la roca volcánica, añadió Cárdenas....LEER NOTICIA COMPLETA.

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Colombia:Cámaras se seguridad han permitido la captura de 30 personas en Medellín

30 capturas por los delitos de homicidio, hurto y tráfico de estupefacientes, ha permitido la operación de 267 cámaras de seguridad en las comunas de Castilla, Candelaria y Robledo, en Medellín.

El coronel Diego Vásquez, comandante Operativo de la Policía Metropolitana indicó que dos de los casos más relevantes obedecen a  las capturas de dos hombres, quienes son sorprendidos por el sistema de patrullaje virtual, en el momento en que cometieron el delito de homicidio.

Durante las últimas horas, y gracias al sistema, las autoridades reportaron la captura de un hombre, sorprendido cuando portaba 627 gramos de marihuana, mil 400 gramos de cocaína y 720 pastillas de rivotril, con las que se pretendía surtir una plaza de vicio en el centro de Medellín.

Igualmente, fue sorprendida una mujer encargada de la distribución de estupefacientes en el centro, cuando portaba 400 gramos de marihuana, mil 536 gramos de cocaína y mil 700 pastillas de rivotril....LEER NOTICIA COMPLETA.

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Argentina :Tras una semana de búsqueda encontraron a anciana con Alzheimer por las cámaras de seguridad

Una mujer de 66 años que sufre Alzheimer, desaparecida la semana pasada cuando salió de su casa en Neuquén para ir a un almacén, fue encontrada esta madrugada en la costa del río Limay, donde contó que sobrevivió comiendo plantas.

Los familiares, de Dorila Muñoz de 66 años, confirmaron que estaba perdida y que deambuló varios días por la Ciudad hasta que fue detectada por las cámaras de seguridad.

La mujer, que sufre Alzheimer, fue encontrada cerca de las tres de la madrugada por personal de seguridad de un barrio cerrado que la divisó por las cámaras de seguridad en la intersección de la calle Obrero Argentino y la costa del río Limay.

Los guardias vieron a la mujer caminando y, al extrañarse por la situación, dieron aviso a la Policía.

Los policías llegaron al lugar y corroboraron que se trataba de Dorila Muñoz, quien había desaparecido de su casa en el barrio Mariano Moreno.

La anciana se encontraba en buenas condiciones físicas aunque por precaución fue trasladada por el SIEN al Hospital Castro Rendón para una revisión médica.

Según contaron algunos familiares, la mujer manifestó que salió a comprar a un almacén y se perdió. Además, contó que sobrevivió todos estos días comiendo plantas.

El domingo pasado, Cristina Lozano, la nuera de la mujer desaparecida, contó que ellos viven en dos casas, una encima de la otra y que Dorila se ausentó cuando sus familiares estaban en la vivienda de arriba.

Al ir a verla abajo, no la encontraron y llamaron inmediatamente a la Policía.

Además, indicó que un vecino dijo que le pareció ver a la mujer caminando por calle Tronador hacia el barrio Confluencia.

Dorila de aproximadamente 1,50 metro de altura, tez blanca, cabellos castaños claros corto, al momento de su desaparición, vestía una remera de color blanca mangas tres...LEER NOTICIA COMPLETA